Cuba

Díaz-Canel en Asamblea Nacional: ¡Hagamos posibles los sueños y hasta los imposibles!

Por Oscar Figueredo Reinaldo, Lisandra Fariñas Acosta, Deny Extremera San Martín, Ismael Francisco.

“Esta última sesión de la Asamblea del 2023 puede marcar el inicio de una nueva tendencia en el comportamiento de la economía cubana”, afirmó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la clausura del segundo periodo ordinario de sesiones del Parlamento en su décima legislatura, este viernes en el Palacio de Convenciones.

Díaz-Canel señaló que, en medio de profundas distorsiones y deformaciones estructurales que marcan el desempeño económico, afectado por el recrudecido bloqueo estadounidense, los efectos de la crisis en las relaciones económicas internacionales y nuestros propios errores, “una vez más, todo dependerá de la capacidad que tengamos de ejecutar e implementar adecuadamente las medidas aprobadas aquí”.

“‘Economía de guerra’ la hemos llamado, porque debe operar en un escenario de política de máxima asfixia diseñada y aplicada contra un pequeño país por el más poderoso imperio de la historia”, dijo el mandatario, recordando que somos una nación del Tercer Mundo, marcado por la herencia del colonialismo y una larga y multifacética crisis agravada por guerras y desajustes consustanciales con la desigualdad que genera el capitalismo neoliberal y que profundizó la reciente pandemia.

“Llamo la atención de aquellos que prefieren que soslayemos el término bloqueo. Ojalá fuera sacarlo de nuestra cotidianidad y borrar sus amenazas y sus efectos sobre la sociedad cubana. Hacerlo equivaldría a actuar como aquellos que hoy pretenden negar el genocidio israelí en Gaza cuando las bombas sionistas caen sobre barrios, escuelas y hospitales con el criminal propósito de exterminar a ese pueblo.

“Como dije en el Séptimo Pleno del Comité Central del Partido: las medidas de asfixia económica de los últimos años son bombas dirigidas a derribar las columnas que sostienen la resistencia cubana. Importa entonces que encontremos las vías y modos de impedir que exploten. 

“No parece que cambiará en el 2024 la hostilidad del imperio vecino. En su jamás abandonado empeño de destruir la Revolución y lograr el ‘cambio de régimen’, Estados Unidos favorece acciones de desestabilización, descrédito y guerra mediática que buscan alentar el estallido social”, afirmó el mandatario ante los diputados.

“Se reactivan, incluso, las amenazas de actos terroristas y las autoridades hacen como que no ven o no lo reconocen. Como si fuera posible ignorar que desde territorio norteamericano se facilita y financia el entrenamiento con apoyo logístico a grupos armados que desbordan mensajes de violencia por todos los medios a su alcance”.

Díaz-Canel subrayó que “queremos reiterar aquí que la determinación de enfrentarlos es firme y que la información que hemos divulgado en días recientes es parte de la alerta”.

“La historia recoge numerosos actos y crímenes perpetrados por elementos vinculados a la extrema derecha de Miami, en lo que no se descarta la participación de las agencias norteamericanas”, añadió.

Advirtió que quienes alientan planes terroristas contra Cuba tienen su base en el sentimiento de impunidad que prevalece en estos sectores. Ahí están los casos de impunidad de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch quienes, a pesar del reconocimiento público de sus crímenes, lo que está registrado incluso en los documentos desclasificados, en entrevistas concedidas a importantes medios de prensa norteamericanos, terminaron tranquilamente sus vidas en Miami bajo la protección de las autoridades de ese país”.

El presidente cubano continuó señalando que no hay correspondencia, sino incoherencia, en el discurso y el compromiso que propugna Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo, “y en la actuación permisiva que mantiene ante personas de origen cubano que desde territorio norteamericano alientan, planifican, financian, organizan y realizan planes violentos contra Cuba y ss dependencias diplomáticas, incluso en nuestra sede ubica cerca de la Casa Blanca.

“Exigimos a las autoridades norteamericanas que investiguen y tomen medidas, hagan justicia contra elementos que profesan el terrorismo y acciones violentas que no han cesado de aplicar estos métodos en medio del reforzamiento del bloqueo”, afirmó.

Díaz-Canel sostuvo que el estímulo que representa la política de Estados Unidos para la comisión de acciones violentas contra Cuba “no es ningún absurdo. Por el contrario, ha sido recurrente en el contexto bilateral y es un patrón de conducta probado por la historia.

“Como expresó Fidel en 1998, en conmovedor e inolvidable acto de homenaje a las víctimas del atentado a un avión de Cubana frente a las costas de Barbados: ‘Lo que no podrán nunca imaginarse aquellos que cometen grandes crímenes contra los pueblos en la embriaguez de su impunidad y en el carácter efímero de su poder, es que la verdad siempre se abre paso, más tarde o más temprano’.

“Tres años de una administración demócrata que actúa con total apego a su antecesor republicano confirman que la hostilidad contra Cuba no responde a un partido, sino que es una política afincada en la pretensión hegemónica de un imperio incapaz de aceptar la soberanía de su pequeño vecino.

“Si alguien tuviera dudas, basta con leer lo dispuesto en el título II de la lLey Helms-Burton, que, entre otros aspectos, plantea la permanencia del bloqueo económico hasta que sea derrocado el Gobierno revolucionario, desaparezcan el Partido Comunista de Cuba y las organizaciones políticas y de masas, y sean devueltas las propiedades o haya recibido compensación todo el que alguna vez tuvo una propiedad en Cuba.

“También establece que durante el periodo que medie entre el derrocamiento del poder revolucionario y la devolución de las propiedades, habrá en Cuba un Gobierno de transición seleccionado e impuesto por el Gobierno de Estados Unidos que certificará si las disposiciones de esa perversa ley se han cumplido”, dijo el mandatario.

“A pesar de irrefutable evidencias –continuó– de absoluta prepotencia imperial, no faltan los dispuestos a reclamar o sugerir que Cuba ofrezca gestos o concesiones para ‘ayudar’ al Gobierno estadounidense a asumir una conducta más benévola y constructiva.

“Con frecuencia desconocen o simplemente no se quiere oír hablar sobre el impacto del bloqueo. Algunos ni siquiera lo mencionan como el aspecto central del conflicto entre los dos países y los impedimentos que impone a nuestro desarrollo. Más de 30 veces consecutivas, la mayoría de los Gobiernos del mundo han respaldado, mediante votos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la resolución cubana contra el bloqueo.

“La prepotencia imperial desprecia este apoyo global, vira la cara a este reclamo mundial y mantiene su criminal política, la cual justifica desde una construcción discursiva de doble rasero, mentirosa y calumniosa que, tras una falsa preocupación y compromiso con los problemas del pueblo cubano, esconde sus reales propósitos de destruir la Revolución a cualquier costo”.

Díaz-Canel afirmó que “con la solidaridad y la comprensión de una parte significativa de la comunidad internacional, Cuba enfrenta los impactos del bloqueo recrudecido. Hoy nos corresponde enfrentar la concurrencia de estas problemáticas con las secuelas de la pandemia y la crisis global. Lo haremos con decisión y firmeza, con inteligencia e integralidad, con optimismo y confianza; compartiendo esfuerzos y aportes entre todos, en medio de un contexto adverso, pero seguros de que vamos a superar los desafíos con trabajo, talento y creatividad. O sea, con resistencia creativa”.

Asamblea Nacional. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

El mandatario cubano apuntó que “como el dinosaurio de Monterroso, el bloqueo seguirá, ahí ahora mil veces recrudecido, deteniendo nuestros sueños, poniendo obstáculos, impidiendo el desarrollo y la prosperidad merecida debido a que el Gobierno de Estados Unidos continúa lastrado por la falta de voluntad política para avanzar hacia una relación con Cuba que sea respetuosa y apegada a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional”.

El empeño –dijo– es cortar el acceso a capital y a financiamientos, asfixiar la economía y mutilar así la capacidad del Gobierno para dar respuesta a las necesidades fundamentales de la población. El efecto de esa política es visible en la depresión de varios servicios esenciales, entre ellos la electricidad, la salud, la educación, el abasto de agua, los servicios comunales, el transporte público, la producción de alimentos y de medicamentos, todos los cuales requieren de la importación de equipos, piezas, partes, combustibles o materias primas, para los que no alcanzan los escasos recursos financieros con los que podemos contar. 

“Incluso, si la gestión económica del Estado fuera la más eficiente y efectiva del mundo, cosa de la que no puede presumir ningún Gobierno en el mundo, muchos de nuestros problemas persistirían por esa causa, por la causa del bloqueo, como se expresa en la contracción de los abastecimientos para el consumo de la población, el nivel de inflación y el insuficiente poder adquisitivo de la mayoría del pueblo”.

Ese –subrayó– “es el objetivo de la guerra económica, y los resultados se materializan con claridad, aunque no alcanzan a cumplir con la meta que se trazó el imperialismo desde el triunfo de la Revolución.

“Junto a las acciones constantes de subversión y desinformación contra Cuba, la meta es quebrar al país, provocar la descomposición social y generar la ingobernabilidad, un propósito en el que han fracasado rotundamente”.

El presidente cubano destacó que durante los debates de estos días en el Parlamento se ha hablado crítica y autocríticamente de los errores cometidos, que “forman parte también de la complejidad en la toma de decisiones en un contexto de tensiones extremas.

“En una suerte de tormenta perfecta, confluyen con mucha frecuencia el deseo de superar la situación adversa, la correlación entre las variables económicas, el compromiso por preservar las conquistas sociales y la muy poca, y a veces nula, disponibilidad de divisa. Todo ello ha sido caldo de cultivo para la toma de decisiones no integrales que provocan lógicas incomprensiones e impactos negativos, por su aplicación en condiciones favorables, lo que muchos consideran causa de todos los problemas, sin ser realmente las únicas y, ni siquiera, las más determinantes”.

Recordó que “durante estos días hemos hablado de esfuerzos que todavía no se traducen en soluciones, de medidas que no fructificaron, de pronósticos que no se cumplieron. Así como reconocemos errores en el diseño de la Tarea Ordenamiento y su inadecuada implementación, hemos cuestionado también la aprobación de nuevos actores económicos sin la adecuada precisión de las reglas de actuación que podían haber evitado numerosas desviaciones.

“Es importante señalar también que la falta de control y defensa de las normas que se aprueban y el inadecuado funcionamiento de entidades estatales responsables de ejecutarlas, han afianzado los errores. Corresponde ahora avanzar en la rectificación paulatina”.

Apuntó que la coincidencia de estas problemáticas y su acumulación en el tiempo han facilitado la presencia de fenómenos y manifestaciones negativas en la sociedad cubana que no deseamos. 

“Otra vez es tiempo de rectificar. La rectificación es un proceso inherente a la Revolución. Del ideario y las acciones del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el General de Ejército Raúl Castro Ruz aprendimos la importancia de la corrección oportuna ante cualquier situación que pudiese comprometer el futuro de la construcción socialista. Se trata de un pensamiento consolidado de varios años atrás. En 1986, el Comandante en Jefe había impulsado un profundo proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, que no pudo concluir por el inicio del Periodo especial, cuando el país debió enfocarse en encarar esa difícil etapa para salvar las conquistas de la Revolución y el socialismo.

“En el año 2000, el propio Fidel nos exhortó a cambiar todo lo que debiera ser cambiado, con sentido del momento histórico, y cinco años después, en el 2005, desde la Universidad de La Habana, advertía que la Revolución la podíamos destruir nosotros mismos si no corregíamos los errores y las desviaciones.

“Por su parte, el General de Ejército Raúl Castro también ha hecho importantes llamados de atención sobre distorsiones que se han manifestado en nuestro proceso. Sus referencias al combate a la corrupción, la chapucería y las indisciplinas sociales adquieren absoluta vigencia en las circunstancias actuales”.

Díaz-Canel continuó afirmando que “estamos siendo protagonistas y testigos de decisiones cruciales. Aquí se han abordado los temas de gran relevancia para el presente y el futuro de la nación. Los debates de esta sesión de la Asamblea Nacional se han sumergido en lo más profundo de los problemas del país, considerando las posibles salidas y soluciones a la situación actual”.

Enfatizó que la efectividad de las medidas que en 2024 debe implementar el país para avanzar con mayor celeridad en la recuperación económica “depende de cuanto hagamos para generar más riquezas, con incentivos al trabajo y una más adecuada distribución de los recursos”.

Del éxito de su implementación –subrayó–, “dependerá también el avance en la eliminación de las principales distorsiones que hoy comprometen las posibilidades de crecimiento económico y desarrollo del país en el corto, mediano y largo plazos”.

Recordó que “ninguna medida resuelve por sí sola todos los desafíos; incluso, todas en su conjunto pueden, en un primer momento, acrecentar determinadas problemáticas. El reto es aplicarlas organizadamente, evaluando sus impactos, ajustando el proceso sistemáticamente y ocupándonos del tratamiento diferenciado para para los que puedan resultar más afectados, las personas y las familias en situaciones de vulnerabilidad; los niños, los adolescentes y los jóvenes, las mujeres y las personas de la tercera edad, junto a los pensionados y jubilados.

“Esas y otras decisiones que seguramente se derivarán de las actuales, deben ir ordenando en el mediano plazo los indicadores macroeconómicos y situar al país en una situación más favorable para que avancemos en el 2024 abriendo puertas a la esperanza y a la prosperidad que nos debemos”.

El presidente cubano señaló que se escuchan y leen en redes sociales opiniones de todo tipo acerca de medidas que apenas se han esbozado.

“Es comprensible. Se trata de decisiones complejas, como complejo es el momento. En los próximos días se darán explicaciones más amplias y detalladas al respecto en nuestros medios y plataformas, pero afirmo enfáticamente que para nada existe un paquete neoliberal contra el pueblo ni una cruzada contra las mipymes, ni la eliminación de la canasta básica, como ya la contrarrevolución está poniendo en las matrices en las redes sociales”.

“No faltan los que piensan que el fin de año es solo para buenas noticias. Nada nos haría más felices que anunciarles que se suben los salarios y que tendremos divisas y combustibles suficientes para terminar con el agobio que provocan las carencias. Lamentablemente, todos sabemos que no es posible. Esta revolución comenzó por decirle al pueblo, en la hora de mayor celebración y alegría, lo siguiente, y cito: ‘La alegría es inmensa y, sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás, en lo adelante, todo sea más difícil’.

“Estas son palabras de Fidel en las primeras horas del triunfo revolucionario, en 1959. Así se ha actuado en los 65 años transcurridos y así actuaremos los continuadores de la Revolución. Estamos conscientes de la gravedad de la situación económica y que, para resolverla, es preciso actuar. Mala, muy mala noticia sería quedarnos paralizados o insistir en seguir una ruta que ha demostrado ser impracticable por insostenible”, dijo el mandatario cubano.

Citó al diputado Félix Martínez, quien en la recién concluida sesión de la ANPP recordó una advertencia de Raúl en 2010, en otra sesión del Parlamento, en la que dijo que “si bien hemos contado con el legado teórico marxista-leninista, donde científicamente está demostrada la factibilidad del socialismo y la experiencia práctica de los intentos de su construcción en otros países, la edificación de la nueva sociedad en el orden económico es, en mi modesta opinión, también un trayecto hacia lo ignoto, hacia lo desconocido, por lo cual cada paso debe meditarse profundamente y ser planificado antes del próximo, donde los errores se corrijan oportuna y rápidamente para no dejarle la solución al tiempo que nos acrecentará y al final nos pasará la factura, aún más costosa”.

A propósito, Díaz-Canel afirmó que la dirigencia del Partido y el Gobierno, desde los municipios hasta la nación, ha abordado el tema con sinceridad, transparencia y un claro sentido de la responsabilidad, que a cada uno compete.

“Aquí escuchamos al primer ministro expresando insatisfacción porque no se logró lo planificado y no han dado resultados positivos las medidas y decisiones que se tomaron antes. Podemos dar fe de la voluntad expresa del Gobierno de preservar el mayor grado de justicia social posible, y nuestro compromiso desde siempre y para siempre con el pueblo cubano.

“Sin dudas, algunas cosas pudieron hacerse antes, pero en un sistema socialista en un país como el nuestro, con bloqueo recrudecido, en una economía planificada y en una democracia con participación del pueblo, las decisiones exigen un nivel de consenso y madurez para implementarse. El país tiene un Estado con una alta responsabilidad de la que no reniega. Este Gobierno propone, informa, consulta y espera de sus diputados y de todo el pueblo el apoyo en la implementación de las decisiones que puedan llevarnos a las más rápidas salidas de la compleja situación actual.

“En la concepción y diseño de esas decisiones, han participado los directivos y funcionarios del Partido y el Gobierno, apoyados por estudiosos, académicos, expertos y profesores universitarios, y también se ha tomado en cuenta la opinión popular respecto a todo lo que debe ser cambiado.

“La eliminación paulatina de algunos subsidios y los cambios en la política fiscal, entre otros, van orientados a corregir desviaciones y distorsiones insostenibles en las condiciones actuales de la economía. Son ajustes que permitirán un necesario y mejor aprovechamiento de los magros recursos financieros disponibles”.

El mandatario cubano destacó que requiere especial atención la producción de alimentos, resolviendo territorialmente las necesidades de cada localidad.

Asimismo, destacó la necesidad de recuperar el turismo, detener la caída en la industria, tomar el control de las divisas y del mercado cambiando por el Estado y ordenar el sistema financiero, garantizando niveles de autofinanciamiento y gestión de las divisas. 

Subrayó que la empresa estatal socialista deberá lanzarse con mayor celeridad en transformaciones de mecanismos y el esquema institucional en que opera con el objetivo de avanzar en su autonomía real, recuperar los niveles de eficiencia de las principales actividades económicas y lograr su desarrollo sostenible, así como su efectivo encadenamiento.

El sistema empresarial, subrayó Díaz-Canel, debe estar dispuesto a hacer todo lo posible para estimular la producción de bienes y servicios que permitan ampliar la oferta, aprovechando adecuadamente las facultades que le han sido otorgadas.

Ratificó que las políticas públicas de Estado y de Gobierno ”son de obligatorio cumplimiento para todos los sectores” y que “enfrentaremos decididamente las intenciones enemigas de fracturar la unidad y poner al sector no estatal de la economía en contra de la Revolución”.

Para enfrentar con éxito esas pretensiones, añadió el mandatario, se precisan reglas claras, coherentes y ajustadas a los objetivos de todos los actores económicos, para evitar deformaciones y tendencias negativas. 

“Nos corresponde crear las condiciones para la puesta en práctica de las decisiones explicando, argumentando y, sobre todo, con el propósito superior de vencer las dificultades económicas del país”, sostuvo.

En otro momento de su intervención ante los diputados, Díaz-Canel dijo que la presidencia pro tempore del Grupo de los 77 y China que Cuba asumió desde el mes de enero ha demandado un gran esfuerzo de nuestras instituciones y del país, en el cual se refleja nuestro compromiso con la causa de los países del Sur Global y la disposición de movilizar las energías para garantizar la más efectiva representación de los intereses de las naciones en desarrollo en el concierto internacional.

En ese ejercicio, destacó el mandatario, Cuba ha demostrado la autoridad y el liderazgo de la diplomacia,  su apego a principios, al diálogo y la cooperación, y su capacidad para construir consensos y defender la unidad de los países en desarrollo en los múltiples eventos multilaterales ocurridos en el año.

“Seguiremos denunciando con mucha firmeza la masacre que hoy comete Israel contra el pueblo palestino”, reiteró, “su derecho a la autodeterminación y a contar con un Estado independiente y soberano con las fronteras anteriores a 1967 y con Jerusalén Oriental como su capital”.

En el 65 aniversario de la Revolución, añadió, “vamos a celebrar nuestra voluntad de cambiar lo que debe ser cambiado, para mantener y superar las conquistas sociales que la Revolución convirtió en derechos del pueblo. Vamos a celebrar nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestra libertad.

“Este es la revolución de Fidel, de Raúl, de Ramiro, de Guillermo, de Machado, de la heroica generación del Centenario del Apóstol, cuyas ideas nos siguen inspirando. Y es la revolución de todos los que estamos en esta sala para hacer valer la voluntad del pueblo, digno y rebelde, que nos honra representar”, dijo Díaz-Canel.

Llamó a, juntos, hacer posible el sueño de derribar la política de persecución contra el país y avanzar en el ideal de prosperidad para el pueblo.

“Se impone la voluntad de trabajar, el afán de avanzar, la disposición de perfeccionar y la convicción profunda de que vamos a vencer”, añadió, y concluyó con un “¡Patria o muerte!”, respondido con un atronador “¡Venceremos!” por todos los presentes en el plenario de la Asamblea Nacional.

Tomado de Cubadebate / Foto de portada: Ismael Francisco.

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