Ya no son tiempos de Doctrina Monroe
Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Parece que Estados Unidos piensa que todavía amordazará a América Latina con la funesta Doctrina Monroe, acordada en 1823 con el propósito de que el naciente imperio no toleraría interferencia o intromisión de las potencias europeas en América y que al paso del tiempo se convirtió en un mecanismo para invadir y controlar a las naciones del hemisferio.
La Doctrina Monroe fue la base para decretar “América para los americanos” o mejor dicho, “América para Estados Unidos”.
Pero en 200 años los pueblos de Latinoamérica han ido liberándose y tomando conciencia de lo perjudicial que ha sido ese amarre imperial. Un caso relevante, en estos tiempos, es el de la República Bolivariana de Venezuela, que ha sabido contraponerse a esas ataduras desde que el líder histórico, Hugo Chávez llegó al poder en 1999. Su continuador, Nicolás Maduro, junto al pueblo y sus fuerzas armadas, han seguido fielmente el legado de Chávez.
Una reciente escalada de amenazas estadounidenses contra Venezuela comenzó cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificó la inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos a la posible candidata derechista María Corina Machado y a otros opositores.
Machado fue inhabilitada por la Contraloría en 2015 a 15 años por presuntos delitos de corrupción pero de todas formas aspiraba postularse a las presidenciales que tendrán lugar este año como ha ratificado el presidente Maduro.
El tribunal Supremo de Justicia consideró “improcedente” su solicitud, ratificó la decisión y añadió que ella ha estado involucrada en acciones contra la República para revertir el orden constitucional y ha respaldado la imposición de sanciones contra su país.
El portavoz de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, dio un ultimátum al señalar que los dirigentes del Gobierno venezolano tenían hasta abril para implementar los pactos acordados con la oposición o, de lo contrario, “Washington restablecería las sanciones”.
Inmediatamente Venezuela rechazó “el grosero e indebido chantaje de Estados Unidos”, que intenta interpretar a su forma y conveniencia los Acuerdos de Barbados suscrito en octubre pasado entre el gobierno bolivariano con el ala de derecha radical de la oposición.
En un documento que leyó el canciller Yván Gil se caracterizan esas acciones como “un ultimátum contra todo el pueblo de Venezuela que a través de amenazas y coerciones, busca imponer el golpismo y desconocer las instituciones de la República, aplicar nuevas medidas coercitivas y desestabilizar la economía venezolana y el bienestar del pueblo por medio del intervencionismo neocolonialista”.
Recordemos que desde que el líder histórico de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez llegó al poder en febrero de 1999, Venezuela ha sufrido constantemente sanciones y agresiones dirigidas y coordinadas desde Washington para tratar de derrocar al gobierno democrático de la nación sudamericana.
El presidente Maduro y funcionarios del gobierno han exigido respeto a su política interna, rechazado las presiones de Washington y han significado que desde hace años, “ya deberían saber que no nos interesan sus intenciones de inmiscuirse en los asuntos que solo le competen a los venezolanos. Ocúpense ustedes de su país donde tienen muchos problemas”.
Durante las últimas semanas se han sucedido masivas manifestaciones a lo largo y ancho del territorio venezolano en las que el pueblo ha ratificado el apoyo al gobierno y refutado las constantes agresiones y sanciones emitidas desde Washington.
Para los venezolanos, desde hace años, la Doctrina Monroe ha pasado al basurero de la historia.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
Ilustración de portada: Adán Iglesias Toledo.