Cuba

Redimensionar las estructuras del gobierno: Para menos burocracia y más eficiencia

Por Fidel Benito Rendón Matienzo

Entre las proyecciones presentadas en diciembre pasado ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, para eliminar distorsiones y reimpulsar la economía en el 2024, figura la implementación de medidas dirigidas al redimensionamiento del sector presupuestado que abarcan las estructuras del Gobierno central, provincial y municipal.

En la actualidad, el 51% de la fuerza laboral se encuentra en el sector presupuestado y el 49% en el empresarial, señaló entonces el Primer ministro Manuel Marrero Cruz,  además de anunciar la elaboración de la propuesta de Política y anteproyecto de Ley “De Organización de la Administración Central del Estado”, con el objetivo de ajustar su actual estructura a los cambios que se establecen en la Constitución de la República.

Bajo el escenario de una economía de guerra como la que enfrenta Cuba, la búsqueda de la eficiencia desde los niveles de dirección o conducción de la economía y la sociedad pasa también por la racionalidad de plantillas, allí donde el exceso de personal indirecto atenta contra la productividad y la solución de los problemas.

Por supuesto que por otro lado también urge resolver el asunto del completamiento de los cuadros, la selección y desarrollo de quienes ejercen sus funciones en los municipios, y lograr el mejoramiento de su gestión en correspondencia con las estrategias de desarrollo territorial aprobadas.

EL LLAMADO A ELIMINAR LAS TRABAS BUROCRÁTICAS

Recuerdo cómo hace varios años en las visitas gubernamentales a los territorios, en su condición entonces de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llamaba a “eliminar las trabas y la burocracia que tanto entorpecen el día a día de los cubanos, a ser más eficientes en el uso de los recursos de que disponemos y a aprovechar mejor el talento colectivo para potenciar el trabajo.

“Hay burocracia al lado de nosotros, frente a nosotros, detrás de nosotros y, a veces, cuando uno se pone a buscar, se da cuenta de que estaban los recursos, estaba la voluntad, estaban las posibilidades y no se hacen las cosas porque alguien las trabó”, dijo, por ejemplo, en Sancti Spíritus.

“Esta es una visita que nos permite darnos cuenta de que podemos destrabar un grupo de procesos, buscar más eficiencia, perfeccionar procedimientos, sistemas de trabajo, podemos actualizar políticas públicas relacionadas con diferentes temas, de manera tal que todo pueda avanzar más fácil”, aseguró el mandatario durante su estancia en suelo espirituano.”

Pero también hace 14 años, en correspondencia con el proceso de actualización del modelo económico y las proyecciones de la economía para el periodo 2011-2015, se previó  la reducción de más de 500 000 trabajadores en el sector estatal y paralelamente su incremento en el sector no estatal, debido a que  el exceso de plazas sobrepasaba el millón de personas en los sectores presupuestado y empresarial.

“Nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas, y pérdidas que lastran la economía, resultan contraproducentes, generan malos hábitos y deforman la conducta de los trabajadores. Es necesario elevar la producción y la calidad de los servicios, reducir los abultados gastos sociales y eliminar gratuidades indebidas, subsidios excesivos, el estudio como fuente de empleo y la jubilación anticipada”.

Así decía un llamamiento de la Central de Trabajadores de Cuba, respecto a esa medida,  y aunque hoy persisten fenómenos como esos, su tratamiento o soluciones no pueden ser los mismos dado que el escenario actual es mucho más complejo, difícil y adverso.

Lo que sí debemos tener claro que el exceso de plantillas lo mismo en el sector empresarial como presupuestado afecta la eficiencia, la productividad, los ingresos, genera mayores gastos y en muchas ocasiones  impacta en la calidad de los servicios a la población e incluso deviene fuente de ilegalidades.

URGE MINAR EL IMPERIO DE LA BUROCRACIA

Hoy día, cuando son mayores las carencias y dificultades, no son pocas las quejas o denuncias de la población respecto a hechos fraudulentos, de soborno o corrupción para poder resolver un asunto determinado. Ése es otro de los combates a que el país está abocado paralelamente al redimensionamiento de las estructuras del gobierno y el Estado.

En febrero del 2022 la colega Dalia Reyes, bajo el  título “Minar el imperio de la burocracia”, escribió lo siguiente en la revista Bohemia:

“Si quiere medir –realmente– cómo anda el exceso de burocracia en Cuba, atrévase a iniciar algún trámite respectivo a la vivienda. Le aseguro, escuchar el cuento no es igual a sufrirlo en carne propia. Años atrás, agobiada por ciertos absurdos y “deslices” técnico-jurídicos, desistí en Marianao de traspasar la propiedad de la casa de mis padres. O terminaba ingresada en el Psiquiátrico.

“Con lamentable impudor, unos funcionarios culpan a los otros de la tardanza en un trámite que, según refieren las normas, se hace de oficio a los arrendatarios con derechos. Lo “más lindo” del caso, cuando reclamas por tal peloteo y las infracciones a la legalidad, hasta ponen “caritas” de ofendidos. Porque eso sí, la burocracia tiene rostro, y se cree por encima del bien y del mal”.

Pero no podemos obviar que en las condiciones de un país como Cuba, bloqueado y con serias dificultades económicas y financieras, ha habido que tomar decisiones de manera centralizada, en aras de la distribución equitativa de los recursos, de que a todos los territorios lleguen los alimentos y otros bienes imprescindibles.

Sin dejar de reconocer el carácter social de la mayoría de las medidas o esfuerzos del Estado, de que nadie quede abandonado a su suerte, tal centralización de decisiones también ha tenido sus distorsiones en diversas estructuras burocráticas.

Sobran los ejemplos de cómo en muchas ocasiones producen retrasos en el tiempo de respuesta entre la aparición de un problema y la llegada de una solución, lo cual crea irritación e inconformidad en la población.

¿Cuántas veces no ha habido que esperar que instituciones y órganos formales discutan tal problemática o asunto, lo aprueben y orienten su implementación, siguiendo la cadena de mando en sentido inverso?

En fecha tan temprana como el 2 de enero de 1965 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz  calificó al burocratismo como el enemigo más peligroso de la Revolución.

La lucha contra la burocracia y el burocratismo ha ocupado debates y resoluciones de los Congresos y plenos del Partido Comunista de Cuba, y también el General de Ejército Raúl Castro Ruz no sólo acompañó al máximo líder de la Revolución en esa batalla sino que hasta nuestros días nos sigue dando lecciones y alertas en torno a la necesaria y estratégica unidad del pueblo y sus dirigentes, a la ética y el papel de los cuadros.

Esperanzados entonces de que a tan importantes propósitos contribuyan – cuando este año se discutan y aprueben- la Política y anteproyecto de Ley “De Organización de la Administración Central del Estado”,  en aras de ajustar su actual estructura a los cambios que se establecen en la Constitución de la República.

Tomado de Cubahora

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