Debacle económica si Israel ataca a Irán
Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Varias son las razones por las que Israel no respondió al ataque iraní (lanzó cerca de 300 drones y misiles), después que Tel Aviv realizó, el primero de abril, una operación terrorista contra el consulado del país persa en Siria.
Recordemos que el ataque a ese local diplomático dejó 13 muertos, entre ellos siete miembros del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán que se encontraban en una misión de asesoramiento. La embestida terrorista violó la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que garantiza en sus artículos la inviolabilidad de los locales consulares.
En primer lugar, Tel Aviv sabe que Irán tiene uno de los más poderosos ejércitos de la región con numerosos y modernos armamentos que provocarían grandes daños a Israel, régimen que ya de por sí enfrenta problemas internos e internacionales debido al genocidio que está cometiendo contra los palestinos en Gaza.
La República Islámica de Irán tiene medios para atacar ciudades israelíes y sitios militares relevantes como las bases aéreas de Ramón y Nevatim, esta última a 30 kilómetros de la planta nuclear de Dimona; las bases secretas del Mossad en Tel Aviv, y la ubicada en la anexada Alturas del Golán sirio.
En este contexto, una escalada entre Israel e Irán podría sumir al mundo en una desastrosa crisis energética por lo que Washington ha tratado que Tel Aviv no se lance contra la nación persa.
El genocidio que desde el 7 de octubre pasado comete Israel contra poblaciones indefensas palestinas que han provocado la destrucción completa de Gaza, más de 34.550 muertos, el 70 % de niños y mujeres y decena de miles de heridos, motivó que los huties de Yemen atacaran en el Mar Rojo a barcos de diferentes nacionalidades que abastecen al régimen sionista.
El Mar Rojo es una arteria que, desde y hacia el Canal de Suez, vincula el Mediterráneo con toda el área del Océano Índico y gran parte del Pacífico por donde circulan anualmente cerca del 15 % del comercio mundial.
Como los ataques de Estados Unidos, Gran Bretaña y otras fuerzas occidentales no han podido detener a los huties, las grandes navieras comenzaron a utilizar la ruta que rodea África con una extensión de 6.500 kilómetros para llegar al Mediterráneo por Gibraltar lo cual incrementa los gastos de combustible en más de un millón de dólares y alarga el tiempo entre 10 y 12 días. La vía por el Canal de Suez por donde transitan anualmente unos 24 000 buques, se ha reducido en un 60%.
Esa situación provoca un aumento importante, ya no solo del petróleo y el gas, sino de las materias primas para la alimentación y las industrias.
Otra importantísima carta que podría jugar Irán si Israel comenzara una guerra de agresión contra la nación persa, es el posible cierre del Golfo Pérsico.
El jefe de la Armada de la Guardia Revolucionaria iraní, Alí Reza Tangsirí, advirtió que su país podría bloquear el estrecho de Ormuz, por el que pasa el 20 % del tráfico de crudo por mar, si el enemigo los presiona.
Considerado una de las vías petrolíferas más importantes del mundo, el estrecho de Ormuz (unas 21 millas de ancho) une el Golfo de Omán con el Golfo Pérsico. Se estima que 17 millones de barriles de petróleo pasan por este estrecho diariamente que ha sido un punto clave desde hace años en la confrontación entre Irán y las acciones agresivas de Estados Unidos en la región.
Gran nerviosismo por esa posible decisión ha caracterizado a varios medios hegemónicos occidentales como Financial Times, Wall Street Journal y Bloomberg que le temen más al aumento descontrolado del barril de petróleo, mientras hacen caso omiso al genocidio que comete Israel en Palestina.
Bloomberg que mantiene una estrecha alianza financiera con Israel y Estados Unidos, ha puntualizado la relevancia del tránsito por esa vía de navíos que transportan 15,5 millones de barriles diarios de crudo y condensados de Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y de Irán, así como la quinta parte de gas licuado natural que abastece al orbe, principalmente de Qatar.
Sin embargo, Bloomberg también reconoce que Irán nunca ha cerrado el estrecho de Ormuz ni durante los ocho años de la guerra que sostuvo contra Irak que fue instigada por Estados Unidos y principalmente por el ex secretario del Departamento de Estado, Henry Kissinger.
Estos son serios motivos para que Washington presione a Israel para que no cometa una locura guerrerista contra Irán pues el hipotético cierre del estrecho de Ormuz provocaría un enorme alza en los precios del petróleo y del gas que elevaría la inflación a nivel mundial y afectaría la posible reelección del presidente Joe Biden.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
Foto de portada: RFI.