Variaciones sobre la libertad
A veces, caemos en la trampa. Confundimos las metas. Violan tanto sus principios que acabamos defendiéndolos nosotros. La democracia burguesa está podrida, no cumple su principal cometido: sostener y reproducir el poder burgués. Los gobiernos la abandonan, a veces de manera sutil, otras, descaradamente. Pero el discurso la mantiene vigente, y las contradicciones que genera son reclamadas como si el objetivo de nuestra lucha fuese el puntual cumplimiento de sus promesas. Hay otra democracia, otra libertad por conquistar, la de un mundo nuevo en construcción.
El capitalismo se ha vuelto impúdico. Revise usted mismo la prensa “libre”. En la Florida, han aprobado una ley que obliga a los escolares a estudiar y aprobar una peculiar asignatura: el anticomunismo. Sí, olvídese de la libertad de pensamiento. Todos los libros que no expongan la “historia oficial”, y exalten el sistema supuestamente libre —que prohíbe otras maneras de entender la libertad—, todos los que aborden sin cortapisas, por ejemplo, los temas de la sexualidad humana, están prohibidos en las bibliotecas escolares de varios Estados de la Unión. Las piras incendiarias de libros satánicos existen, aunque no sean los libros los que ardan: son los cerebros infantiles. ¿No decían que los comunistas “lavaban el cerebro” de sus hijos? ¿No fue esa la excusa de la Operación Peter Pan en los sesenta del siglo pasado, que sacó del país a miles de niños y los separó de sus ingenuos o perversos padres?
Ah, pero existe la libertad de expresión. El imperialismo dicta un mensaje, lo reproduce mediante sus redes sociales, en sus trasnacionales de la información, una y otra vez. La prensa occidental se vuelve unánime, los titulares son casi idénticos en Washington, Santiago de Chile, Berlín, Sidney o Tokío. Pero si aparece con fuerza un argumento alternativo, en la voz del acusado, o del oprimido o del excluido, que para todo juicio justo debe escucharse, es inmediatamente prohibido; ¿por qué se silencian en sociedades “libres” las voces de TeleSur, de Al Mayadeen, de Rusia Today? No existe libertad de expresión, esta se tolera solo de manera marginal. La Embajada de Alemania —un país “libre”— en Cuba, difundió hace pocos días en su perfil de Facebook un mensaje con motivo del Día de la Libertad de Expresión, en el que pretendía burlarse de la prensa cubana, en él se reproduce la foto de la portada de Granma… y ¡sorpresa! La palabra Palestina aparece tachada en negro, haciéndola ilegible.
Sí, los campus universitarios estadounidenses han sido tomados de forma pacífica por estudiantes que rechazan la implicación de su gobierno en los indiscriminados ataques israelíes a la población civil de Gaza (más de 40 mil palestinos muertos, la mayoría, mujeres y niños). La policía los reprime con brutalidad, aunque supuestamente estos “tienen el derecho a la libre expresión”. El Nuevo Herald informa orgulloso: 2 500 estudiantes han sido detenidos. Los estudiantes extranjeros son amenazados con la expulsión del país.
No ocurre en Cuba, pero el país que los encarcela por pensar distinto, dice que el nuestro viola los derechos humanos. En Europa, ocurre otro tanto: está prohibido defender a Palestina, exponer sus razones. Si sales con una bandera palestina, puedes ir preso. ¿Ser antiimperialista es ser antiestadounidense?, ¿ser antisionista es ser antisemita?
Ahhh, las elecciones, la voluntad popular, el cambio de presidentes… No quiero extenderme sobre un asunto profusamente tratado entre nosotros, pero las variantes para derrotar o derrocar, que viene siendo lo mismo en las urnas o fuera de ellas, son disímiles y nada democráticas (en el sentido burgués). Ya no disimulan. Existen todas las variantes de golpes de estado o judiciales, “sublevaciones blandas” teledirigidas, etc. Hasta que es elegido “libremente” el libertario Milei. ¿Cómo un payaso con un discurso absurdo y la promesa de esclavizar a su pueblo, logra alcanzar la presidencia en un país de gran tradición cultural? Hablaré sobre esto en otro artículo.
No se confíe amigo lector. Fidel dijo: pido que lean, no que crean. Cuando Milei habla, que es como si desenfundara la pistola de Goebbels, yo enarbolo un libro.
Tomado de Cuba Sí.