Cuba

Retos del turismo en Cuba hoy

Por José Ernesto Nováez Guerrero* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Dos noticias recientes le dan contexto a este artículo. La primera es el anuncio hecho a finales de abril por el Ministerio del Turismo de Cuba de que el país había arribado el día 26 de ese mismo mes al primer millón de visitantes en 2024. La segunda es la recién concluida 42 Feria Internacional de Turismo (FIT), la cual sesionó en Jardines del Rey entre los días 2 y 5 de mayo. La FIT, el mayor evento de su tipo en el país y uno de los mayores del Caribe, contó en esta ocasión con más de 600 participantes entre líneas aéreas, turoperadores, agencias de viaje, hoteleros, transportistas, etc. El encuentro concluyó con el anuncio de China como país invitado de honor de la Feria en 2025 y el anuncio de la exención de visado para ciudadanos chinos, lo cual se enmarca en el empeño de diversificar mercados y ampliar los ya existentes.

Este esfuerzo por lograr el despegue del turismo en Cuba responde al programa de recuperación que viene impulsando el gobierno para superar los efectos de la pandemia y el bloqueo estadounidense sobre la economía cubana. La “industria sin humo”, como es llamada por algunos, era antes de la COVID-19 una de las principales y más estables fuentes de ingresos para la isla, tenía un sostenido crecimiento y aportaba encadenamientos productivos fundamentales para el desarrollo de la agricultura y otras ramas de la economía nacional.

Algunos datos del desarrollo del turismo cubano (1990-2024)

Aunque antes del triunfo revolucionario de 1959 ya existía un cierto desarrollo turístico, este era bastante limitado. Su crecimiento fue conservador en las tres primeras décadas de la Revolución y no es hasta los noventa que inicia un amplio desarrollo del turismo en el país. El colapso del socialismo en Europa del Este representó para Cuba la pérdida del 80% de sus exportaciones e importaciones y una caída del 35% en el PIB. Este contexto obligó a la isla a diversificar sus fuentes de ingreso y el turismo se presentó como una industria con grandes posibilidades.

Cuba tiene una combinación de historia, cultura y naturaleza que la hacen un destino único en el Caribe. Esto determinó que a partir de los noventa varias cadenas hoteleras extranjeras se interesaran en el destino y se decidieran a invertir de conjunto con el estado cubano en el desarrollo del sector.

Como resultado de estas inversiones el crecimiento anual del turismo en la década del noventa fue de un 19% en los visitantes y 26% en los ingresos. En esta etapa también se desarrolló un importante sector privado de servicios asociado al turismo, desde casas de alojamientos hasta restaurantes. En las dos primeras décadas del siglo XXI la tendencia se mantuvo.

Las políticas seguidas por el gobierno norteamericano luego de los anuncios conjuntos entre Cuba y EEUU en 2014 agilizaron aún más el desarrollo del sector, llegando al pico más alto de visitantes extranjeros en 2017, con 4,7 millones. En ese momento el turismo representaba el 10% del PIB de la isla y generaba más de medio millón de empleos.

Con la administración de Donald Trump se dio un viraje a la anterior política, incrementándose el ataque a todas las fuentes de ingreso del país, especialmente el turismo. Las compañías de cruceros se vieron obligadas a retirar el destino Cuba de sus recorridos, las aerolíneas que volaban a diferentes provincias del país se vieron restringidas solo a La Habana, con menos frecuencias semanales y las cadenas hoteleras norteamericanas que operaban en el país vieron revocadas sus licencias y debieron retirarse apresuradamente del mercado cubano. Estas medidas y la pandemia de la COVID-19 determinaron que el turismo en el país cayera estrepitosamente, fundamentalmente entre los años 2020 y 2021.

En 2022 inició un lento proceso de recuperación que dura hasta hoy. En ese año se recibieron 2,1 millones de visitantes y en 2023 se alcanzó la cifra de 2,4 millones. Los indicadores para el primer trimestre de 2024, si bien son alentadores, ya que se registra un crecimiento del 7,5 por ciento con respecto a igual período del año anterior, hacen parecer irreal la meta de los 3,5 millones de habitantes trazada para el año.

En esta etapa se han hecho grandes esfuerzos por diversificar los mercados emisores de turistas al país. A la recuperación de mercados tradicionales, como Canadá, se suma el crecimiento significativo de otros, como el mercado ruso, que es hoy uno de los más importantes. El anuncio de la FIT muestra una disposición a potenciar tanto como sea posible el mercado chino.

Principales retos del turismo cubano hoy

Aunque sostenido, el desarrollo del turismo no ha sido con la celeridad ni ha generado los ingresos que el país necesita. Cuba se enfrenta a tres retos fundamentales para sacar adelante su industria turística. El primero y más importante de todos el bloqueo. La administración Biden ha mantenido intactas las principales políticas de la administración anterior, lo cual afecta desde los servicios que terceros países le brindan a la hotelería cubana, servicios financieros, de transporte, etc, hasta el acceso de los turistas norteamericanos, la principal fuente turística de la región, al mercado cubano. En este sentido las cercanas elecciones presidenciales en el país pueden ser muy relevantes. De darse un hipotético regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es esperable una política de hostilidad recrudecida.

El segundo reto es que el destino Cuba se ha quedado rezagado en la relación calidad-precio con respecto a otros destinos de la región. La propia crisis económica incide grandemente en los esquemas de formación de precios y rentabilidad de la industria nacional. A esto se suma una guerra sucia, intencionada desde EEUU y medios financiados por este país, que apunta a desacreditar la hotelería cubana y a generar mayor inflación y desabastecimiento.

El tercer reto, que ya estaba en la etapa prepandémica y se mantiene en esta, es lograr construir una industria turística que no solo nos favorezca en un nivel macroeconómico, sino también que ayude a preservar y promover la cultura nacional, que genere mayor calidad de vida para la población cubana. Esto implica enfrentarse a un modelo turístico depredatorio en el cual se entremezcla una actitud agresiva con el medio ambiente y el fomento de vicios como la prostitución y las drogas. Elevar la competitividad del producto cubano aprovechando lo mejor, más digno y más bello de la nación cubana.

(*) Investigador y periodista. Coordinador del capítulo cubano de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Es autor de los libros “Hijos del polvo” y “La ideología en el semanario Lunes de Revolución con respecto a la situación del intelectual y el arte en la Revolución Cubana”.

Foto de portada: Melia.

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