Cuba: Bajo control epidemiológico el virus Oropuche
El Ministerio de Salud Pública (Minsap) confirmó la presencia del virus Oropuche en dos áreas de Salud de la provincia de Santiago de Cuba –en el municipio cabecera y en Songo la Maya–, así como en los cienfuegueros Abreu, Rodas, Aguada y Cumanayagua.
En conferencia de prensa, el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Minsap, explicó que se trata de una arbovirosis, pues el virus es transmitido por vectores del género Culicidae (mosquitos) y Culicoides (jejenes), de estos últimos, su presencia en el país aún es motivo de estudio.
Sobre los casos detectados, Durán García detalló que se han estudiado e ingresado, como parte de la vigilancia clínico-epidemiológica que se realiza desde el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, donde se encuentran los laboratorios de referencia nacional.
Expuso que no se han registrado casos críticos ni graves, tampoco fallecidos. Los enfermos han mostrado una evolución satisfactoria de la enfermedad a partir del tercer y quinto días de mostrar síntomas.
El Director Nacional de Epidemiología comentó que los más comunes son un cuadro febril acompañado por dolores musculares, en las articulaciones en la cabeza y, en ocasiones se han reportado vómitos y diarreas.
Alertó que, ante cualquier síntoma, las personas deben acudir al área de Salud, para determinar la existencia de este virus o de otros como el dengue, que suelen provocar más complicaciones.
Subrayó que es vital el saneamiento de los espacios, aun conociendo la crisis existente con la recogida de desechos en el país por diferentes factores.
Puntualizó, además, que las personas deben ser consecuentes con los autofocales en los hogares, pues, a diferencia del Aedes Aegypti, que lo hace en agua estancada, pero limpia, este se propaga incluso en aguas albañales.
Aclaró que, dado que la transmisión es a través de la picada de un mosquito, no es necesario ni efectivo aislarse o usar mascarillas, pues no se trata de un padecimiento respiratorio, sino de un proceso de incubación de cinco a siete días entre la picada y la aparición de los síntomas.