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Ni cohabitación, ni transición: el pueblo de Venezuela ya decidió

El respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos es un principio que cualquier proyecto revolucionario debiera tener como prioridad. Debe hacer de esta una bandera política en las relaciones internacionales, incluso en medio de la presión externa de matiz reaccionaria, que siempre pretende desconocerla.

Los movimientos sociales y populares que conocemos, amamos y defendemos al pueblo bolivariano, rechazamos, por insólita y extemporánea, la más mínima idea o sugerencia, como la planteada por algunos sectores “progresistas” de la región de desarrollar intervenciones diplomáticas, políticas, militares o de cualquier tipo en Venezuela dirigidas a desconocer , de facto, el resultado de un proceso electoral ya concluido. Estas insinuaciones no son otra cosa que el desconocimiento de su soberanía, y una falta de respeto a la voluntad de su pueblo expresada en las urnas el 28 de julio.

Aunque sabemos del espíritu democrático de los gobiernos de Brasil y Colombia, esperamos que sus dirigentes estén a la altura de los pueblos que representan y que los eligieron: el respeto a la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela, a sus instituciones, y la conciencia plena de que permitir versiones a medias tintas, o la insinuación de métodos extranacionales para “resolver” el intento de golpe lo único que traerá será la creación de oportunidades para el imperialismo que lleva más de 25 años soñando con el momento en que pueda sepultar la Revolución.

Ni Petro entraría nunca en un «Frente Nacional» liderado por Álvaro Uribe; ni Lula sería parte de una coalición que encabezara Bolsonaro. La extrema derecha, antidemocrática por definición, no permitirían eso jamás. No tiene sentido, ni siquiera pragmático, pedirle a Venezuela que lo haga

Ni los medios de comunicación, ni la OEA, ni Estados Unidos, ni ningún país de la región: es el pueblo venezolano, quién con la fuerza de sus legítimas instituciones, determinará su destino. El solo planteamiento de un co-gobierno con la derecha golpista, financiada por EE.UU., y que ha utilizado la violencia física y simbólica para atacar las organizaciones, los/as militantes chavistas, y el pueblo en general, es un desconocimiento del funcionamiento del Estado de derecho venezolano, y de su Constitución Nacional, que no contempla segundas vueltas electorales, o auditorías foráneas. Ningún país estaría dispuesto a entregar su soberanía permitiendo que otros países califiquen sus procesos electorales.

Es muy simple: El marco jurídico venezolano contempla un procedimiento en caso de que haya dudas sobre el proceso electoral, que es la interposición de un recurso ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia. Este proceso se encuentra en curso por iniciativa del mismo presidente Nicolás Maduro, y la sentencia que dicte el Tribunal debe ser el punto final de cualquier especulación.

Desde ALBA Movimientos llamamos a las fuerzas progresistas y revolucionarias consecuentes con la lucha antiimperialista a la defensa activa de Venezuela en este contexto de intento de Golpe de Estado desarrollado en la superficie por el único sector de la oposición local de corte fascista, pero impulsado en el fondo por la estrategia de control regional de los Estados Unidos. Hoy van por Venezuela, mañana irán por nuestros otros pueblos. Si no lo defendemos en esos términos, mañana será demasiado tarde para nosotros.

No nos confundamos, ni nos equivoquemos: el enemigo sigue siendo el mismo, aunque se disfrace con nuevas ropas y nuevas máscaras. Nosotros y nosotras, también somos las y los mismos que prometimos al Comandante ser leales siempre, aquellos que nos comprometimos a conseguir la segunda y definitiva independencia, aquellas que defenderemos siempre la soberanía de nuestro continente.

Tomado de Alba Movimientos / Foto de portada: Yaimi Ravelo.

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