Injerencia de Washington contra el gobierno de Xiomara Castro
1 de septiembre / Resumen Latinoamericano-Cuba.
Agencias de prensa desde Tegucigalpa, capital de Honduras, informan sobre la renuncia del Ministro de Defensa y el secretario del Congreso para ofrecer sus testimonios ante la justicia de ser requeridos, sin los privilegios de protección que les confiere sus cargos.
“Voy a presentar mi renuncia al Congreso Nacional como diputado y como secretario del Congreso para despojarme de cualquier tipo de blindaje que pueda tener y se me investigue”, declaró a la prensa el diputado Carlos Zelaya.
El ministro de Defensa José Manuel Zelaya, renunció a la jefatura del Ministerio de Defensa “para que se investigue con toda libertad, he presentado mi renuncia como Ministro de Defensa ante la Presidenta”.
Carlos Zelaya reconoció en sus declaraciones ante la Fiscalía de Honduras “haber caído en una trampa” hace once años (2013), cuando participó en una reunión donde un conocido narcotraficante hondureño ofreció “una aportación para la campaña” electoral de Libre.
Declaró que “esa reunión nunca tuvo el aval del expresidente Zelaya, ni su acompañamiento ni conocimiento. Tampoco el de la actual presidenta Xiomara Castro, fue una reunión unilateral de mi parte”, reconoció ante los medios de prensa en las afueras de la Agencia Técnica de Investigación Criminal, en Comayagüela, ciudad contigua a Tegucigalpa.
Manuel Zelaya, presidente del Partido Libre, convocó para este domingo a una “sesión de emergencia” de la directiva del partido Libre, según lo anunció el red social X.
El 28 de agosto la presidenta Xiomara Castro dio por concluido el tratado de extradición con Estados Unidos para poner fin a la injerencia de Washington en los asuntos internos de Honduras y su pretensión de asestar un golpe de Estado como el que dio cuando secuestraron a Manuel Zelaya para despojarlo del poder en el año 2009.
“Se está fraguando un plan en contra de mi gobierno”, afirmó la mandataria el jueves 29 de agosto.
La embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu, tuvo el atrevimiento de criticar públicamente y acusar falsamente al ministro Zelaya, al jefe de las Fuerzas Armadas, general Roosevelt Hernández en la reunión que sostuvieron con el General Vladimir Padrino ministro de Defensa de la República Bolivariana de Venezuela.
La injerencia llegó al extremo cuando la embajadora Dagu expresó: “sentados al lado de un narcotraficante en Venezuela”.
“Si mañana mismo el gobierno de los Estados Unidos cree que tiene los suficientes datos o pruebas para entablarme un juicio, mañana mismo puedo presentarme a la justicia estadounidense”, dijo a la prensa el diputado Carlos Zelaya.
Washington se valdrá de toda su maquinaria perversa, aún cuando es el principal país del mundo en consumo de estupefacientes y contrabando de drogas, un inmenso negocio a costa de las vidas de los propios estadounidenses que en desesperación caen en ese flagelo. Utilizará el juicio celebrado en Nueva York contra Juan Orlando Hernández expresidente de Honduras, condenado a 45 años de reclusión en el que fue mencionado el diputado Carlos Zelaya, y por lo cual declaró ante el Fiscal general de Honduras.
Hará uso también de los lazos familiares del ministro de Defensa, hermano de Manuel Zelaya y su sobrino Carlos, secretario del Congreso.
La renuncia de ambos pone de manifiesto la intención de no entorpecer lo que dictamine la Fiscalía de Honduras e incluso si fuera necesario declarar ante la justicia de Estados Unidos, tal como lo expresó el diputado Carlos Zelaya ante la prensa.
La transparencia de la presidenta Xiomara Castro y el expresidente Manuel Zelaya, están fuera de toda duda, cuenta con el respaldo del pueblo hondureño y sus Fuerzas Armadas y un gran prestigio internacional.
La arremetida de Washington en la región con su demostrada injerencia en el proceso electoral de Venezuela, la reforma judicial en México, el brutal recrudecimiento del bloqueo contra Cuba y mantenerla en la absurda lista de países promotores de terrorismo, hacen que no sea extraño que pretenda asestar un golpe de Estado en Honduras. Los pueblos de Nuestra América están alerta para impedirlo.