Culturales

Libres por 24 horas

Por Julio Martínez Molina

En el filme homónimo, la cineasta Rita Arbolay realiza una exhaustiva recreación del suceso popular que convirtió a Cienfuegos en la primera ciudad libre de Cuba, a lo largo de la histórica jornada.

El documental histórico constituye un género audiovisual que ofrece una explicación de hechos del pasado, valiéndose de filmaciones de archivo o recreaciones; pero también de otros elementos que son incluidos en el montaje, como fotografías, periódicos, mapas, obras de arte, planos y las siempre valiosas entrevistas a testigos.

Tales elementos fueron muy tenidos en cuenta por la cineasta cienfueguera Rita Arbolay Abdo, al dirigir su documental histórico Libres por 24 horas, en torno a los sucesos del 5 de Septiembre de 1957, cuando se produjo, en Cienfuegos, el alzamiento de civiles y marinos, contra la dictadura sangrienta de Fulgencio Batista.

Libres por 24 horas, primera producción del canal local Perlavisión alrededor del trascendental hecho histórico, es un material de 54 minutos, también escrito por la artista, miembro de la Uneac y realizadora de varios documentales sobre el pasado patrio.

Al presenciarlo, el espectador asiste a una exhaustiva recreación de los distintos momentos del suceso popular que convirtió a Cienfuegos en la primera ciudad libre de Cuba, a lo largo de la histórica jornada, hace 67 años.

Fruto de ardua labor investigativa, revela importantes aspectos de la epopeya, entrelazados con testimonios de algunos protagonistas de los hechos y familiares de los mártires y de las víctimas civiles, caídas a consecuencia de los bombardeos de la tiranía.

Ahona en antecedentes y propósitos del hecho

La película ahonda en los antecedentes y propósitos del levantamiento armado del 5 de septiembre de 1957, e incorpora las consideraciones del Comandante en Jefe, en su discurso por el aniversario xx de la gesta, en 1977.

Reflexionó entonces Fidel: «El origen de la sublevación de Cienfuegos databa de muy atrás. Ya desde el año de 1956, un grupo de marinos, soldados y cabos de la Base de Cienfuegos había entrado en contacto con el Movimiento 26 de Julio. Y el 30 de noviembre, cuando se aproximaba el desembarco del yate Granma y cuando tuvo lugar el alzamiento de Santiago, existía desde entonces la idea de producir el alzamiento de Cienfuegos. Pero no fue posible en esa ocasión».

Tal como refleja el audiovisual de Arbolay Abdo, en septiembre de 1957 la unidad del aparato militar de la tiranía batistiana se fragmenta, como parte del proceso de vinculación de efectivos de la Marina de Guerra al Movimiento 26 de Julio, intensificado desde junio de ese año. Otros sectores del ejército del tirano también habían contactado con la estructura revolucionaria.

El objetivo era un levantamiento conjunto, a través de la conformación de un plan de envergadura nacional, que incluía ataques a puntos militares enclavados en varias ciudades; si bien las acciones no pudieron realizarse de acuerdo con el plan previsto.

Como consecuencia de la no concreción de los planes propuestos, la sublevación del 5 de septiembre quedaría aislada, y eso le otorga una connotación singular, puesto que patentiza el valor supremo de un pueblo capaz de enfrentar, en solitario, con unas pocas armas, a la maquinaria bélica garantizada por Washington al tirano Batista, como subraya el filme.

El levantamiento, visto por el documental

El documental aborda, entre otros ángulos, el hecho histórico desde la perspectiva de su conducción. La acción fue dirigida por Julio Camacho Aguilera, en representación del Movimiento 26 de Julio, eje articulador central en la concepción y desarrollo de la gesta. Los jóvenes oficiales de la Marina de Guerra designaron al alférez de fragata Dionisio San Román como su jefe.

Luego de la rápida toma de Cayo Loco –sede del Distrito Naval del Sur de la Marina de Guerra–, las acciones se intensificaron y expandieron a otros enclaves de la ciudad.

Desde horas muy tempranas del 5, el pueblo de Cienfuegos se sumó al alzamiento. Hombres, mujeres, jóvenes y adolescentes pidieron armas para el combate contra el dictador y un sistema de gobierno que olvidaba los intereses del pueblo, y tenía a Cuba hundida en la miseria, el atropello y el crimen.

Cerca de las diez de la mañana, comienzan los primeros vuelos de la aviación batistiana, preludio del lanzamiento de bombas.

Varios pilotos no se atreven a lanzarlas contra la ciudad y arrojan sus bombas al mar. No obstante, los proyectiles de sus naves provocaron decenas de fallecidos, heridos y mutilados en la población.

Las imágenes y las entrevistas destacan cómo, a pesar de la manifiesta superioridad militar de los soldados del tirano, la resistencia del pueblo es heroica y se produce hasta las últimas consecuencias.

Valor ideológico e histórico del filme

Fue mucho el derroche de coraje y decoro en una ciudad, libre durante 24 horas.

Rita Arbolay Abdo, lo documenta a través de fuentes vivas que testimonian, y mediante fuentes pasivas merced a un montaje vivaz, que sabe dedicarle a cada aspecto su espacio, sin excederse o limitarse en ningún caso. Parecería de manual, pero supone uno de los problemas más reiterados de muchos documentales históricos.

El valor ideológico de Libres por 24 horas es extraordinario. Subraya la verdad esencial de que los héroes y mártires de 1957 protagonizaron una de las hazañas patrias más valerosas de la década de los 50. Atemorizó al dictador proyanki, quien –de inmediato–, suspendió las garantías constitucionales, decretó el estado de sitio en todo el país, implantó la censura general de prensa y otorgó regalías y condecoraciones para mantener calmado al ejército.

Nada de eso bastó para que, menos de dos años después, Cuba fuera al fin libre gracias al triunfo de la la Revolución el Primero de Enero de 1959.

De forma fresca, ágil e inteligente, Rita Arbolay Abdo configuró una dinámica de dramaturgia y puesta que posibilita a su obra llegar a los más jóvenes, desde la voz invaluable de personas que participaron y contaron sus historias personales. De ahí el relieve de este documental, encargado de guardar y atesorar para el futuro, tan extraordinarias aproximaciones, de primera mano, al suceso histórico patrio.

Fuente: Granma

Foto: Jorge García / Archivo

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