Internacionales

El fascismo como modelo de regulación

Por Gabriela Cultelli

El Concepto

El hecho de tomar al fascismo como un modelo de regulación, al menos en va – rios momentos históricos y lugares, implica el cambio en sus formas, e incluso en alguna que otra forma esencial.

¿Cuáles podrían señalarse como las características esenciales del fascismo? El fascismo es una reacción posible de los poderes económicos ante la baja de la tasa de plusvalía, característica que responde a la ley económica fundamental del sistema capitalista definida como la obtención de masas cada vez mayores de plusvalía, a lo que es funcional la acumulación y reproducción misma del capital, por lo que el fascismo es un modelo político de organización. No necesariamente el Fascismo se presenta ante una amenaza de sustitución del sistema por otro superior, basta con agudas crisis internas que amenacen su esencia.

El fascismo es esencialmente patriarcal, racista, xenofóbico y discriminador en tanto sistema de dominio que busca la hegemonía absoluta, y este hecho implica otras relaciones sociales de producción de explotación con rasgos más o menos tipificables que ahondan la sobre explotación del trabajo en momentos de necesaria recomposición de las formas de acumulación. De hecho, el fascismo es una forma de organización de la extrema derecha, con cierto bagaje internacional, más o menos amplio, regional o interregional, pero que sin dudas rompe las fronteras nacionales, no necesariamente como el propio capital lo hace, pero sin despegarse de él. El discurso, lenguaje y formas de comunicación, guardan ciertas características comunes, fundamentalmente destacadas por Goebbels y que amanecen 56 renovadas y enriquecidas convirtiéndose en formas específicas de Capital y por tanto de dominio y hegemonía.

El fascismo es entonces y al mismo tiempo, un proceso, “proceso de fascistización” como se deduce de los trabajos de Nicos Poulantzas (Poulantzas, 1971). El sistema capitalista lo mantiene latente permanentemente, “Ur -Fascismo o Fascismo permanente” como definiera Umberto Eco (Eco, 1995), pero que bajo determinadas características resurge de distinta manera por aquí y por allá, con diferencias palpables, marcando época. Es que hablar del fascismo y sobre todo del fascismo dependiente que pueda estar avanzando en este continente necesariamente como zona en disputa, merece además recordar a estos pensadores, y en tal sentido podría hablarse de gérmenes de fascismo, movimiento fascista incipiente o proceso de fascistización naciente. Jorge Dimitrov definía a grandes rasgos el fascismo como “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital” (Dimitrov, 1935). Al mismo tiempo señalaba que el fascismo y las dictaduras fascistas se habían dado de forma diferente en los distintos lugares según las condiciones históricas, sociales y económicas, las particularidades nacionales y la posición internacional de cada país. De hecho Dimitrov, nos habla de procesos, de transiciones necesarias (etapas preparatorias), de restricciones sucesivas de los derechos de los trabajadores y de las grandes mayorías. Engloba el fenómeno en grandes regiones. Se plantea la atracción de las masas por el fascismo, pues éste juega con sus necesidades y aspiraciones. Azuza los prejuicios arraigados, pero también trabaja con el clamor de justicia de los pueblos. Toma como suyos nuestros discursos, se apropia de nuestras palabras. Se muestra como ultra nacionalista, como “el salvador de la nación”, pero, en el caso del fascismo dependiente, es ultra servil al imperialismo en sus fases más agresivas. De hecho, ya Dimitrov lo exponía por los años 40, y agregaba como posibilidad del advenimiento del fascismo, la debilidad del movimiento popular. Se trata de una amenaza siempre latente.

En momentos de caída del imperialismo cuando muestra y mostrará su cara más violenta, en momentos que vivimos y viviremos ciclos de crisis muy cortos y especialmente agudos, en tiempos que el continente está en disputa, bien vale volver a conversar sobre estos temas y sus posibles facetas. La Amenaza fascista hoy, algunos elementos que la sustentan Desde el punto de vista económico, uno de los elementos es la recomposición necesaria de la tasa de ganancia, y a través de ella como primer momento, de la tasa de plusvalía. Esto es condición necesaria, pero no suficiente, en tanto que la misma puede recuperarse (y lo hizo a lo largo de la historia de la formación económico social capitalista) sin acudir a los modelos de regulación fascistas o procesos en esa dirección. Sin embargo, en tanto que condición necesaria, su observación en tendencia es fundamental. Los estudios en los que hemos participado sobre el comportamiento de la tasa de plusvalía (Gabriela Cultelli y Héctor Tajam, 2020) muestran que para 5 de los países (Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Uruguay) que en América del Sur vivieron el primer ciclo progresista, la recomposición de esta variable se dio al restituirse la derecha en los gobiernos. Más adelante se sucedió la crisis que se agudizó a nivel mundial con la pandemia, y la nueva recomposición que no llega a los niveles anteriores, en momentos en que la masa de plusvalía ya no se incrementa como antes. Los estudios mencionados muestran a su vez la situación de estancamiento de la tasa de plusvalía para 27 países europeos en los últimos años (Hector Tajam; Gabriela Cultelli, 2023).

Las crisis económicas con ciclos cada vez más cortos (2008, 2014, 2019, y hoy que comienza a anunciarse un nuevo ciclo) muestran en definitiva la necesidad de recomposición del capital fijo y la tasa de ganancia. Estas son crisis multifacéticas y sistémicas. Vale entonces recordar en términos de crisis, que en los albores del siglo XX se dio una profunda crisis que acompañó los cambios de fase, y pensemos también en la más aguda del siglo XX, la crisis del 29 al 33, que fuera preámbulo del fascismo y de un nuevo reparto del mundo a partir de la Segunda Guerra Mundial, así como la situación de Alemania pre y post primera guerra, los años XX y a posteriori, nueva crisis y necesidad de expansión (Bettelheim, 1972).

Estamos viviendo un cambio de época, cosa que es muy diferente a los cambios de ciclo eco- 57 nómicos o políticos, más allá de que sean atravesados por éstas, son cambios estructurales de gran envergadura. Nos estamos refiriendo al ocaso de uno de los imperios más omnipotentes de la historia, el yanqui. Hoy la economía China ya está en primer lugar, generando casi el 30% del PBI mundo, mientras que EEUU no llega a la cuarta parte. A raíz de este proceso, 800 millones de chinos/as, salieron de la pobreza. Pero además China no está sola y a diferencia de la historia del imperialismo norteamericano. Si sumamos los BRICS, se supera la mitad del PBI mundial y se trata de países que tomaron el Renminbi para sus intercambios. China es el primer exportador y es el principal socio comercial del 70% de los países del mundo, y en América Latina ya es el principal financiador interviniendo más que el Banco Mundial (BM) y el de Desarrollo (BID). Todas las caídas de imperios en la historia de la humanidad han sido sangrientas y peligrosas para la sobrevivencia misma. Hoy el mundo no se muestra menos belicista, otra condición necesaria para la reacción fascista a nivel global y localizada. La hegemonía cultural se nos presenta como una guerra sin cuartel. El slogan visualiza a un enemigo único y diverso, feminista, de movimientos de la diversidad, izquierda, o cualquier otra forma de organización popular que ponga en riesgo alguno de los elementos del poder sobre el cual se sustenta. Es que la organización popular, no parece ser ni por lejos suficiente en muchos de nuestros países siendo este otro de los elementos que, aunados a la organización de las clases dominantes, se levanta como otro factor necesario para el advenimiento del fascismo. Las crisis traen consigo cambios importantes.

Vivimos épocas de niveles no imaginados de movimientos de capital, donde las redes y las comunicaciones, no solo son parte de ello, si no que centra en sí mismas partes fundamentales de los poderes económicos a nivel mundial. No solo es tiempo del Capitalismo de Estado que funde el poder del capital con el Estado capitalista, es tiempo además del capitalismo comunicacional, que también funde el poder del capital al de las comunicaciones de forma expansiva. En ello, también se juega la nueva carrera entre potencias, pues ya no alcanza con dominar el mercado de textiles o automóviles, hoy resulta vital la competencia en el mercado de las Comunicaciones, tanto como sobre los recursos naturales estratégicos. Y estas formas de desarrollo del Capital Comunicacional, nos plantea nuevos desafíos. Campañas mediáticas gigantescas, dónde de alguna manera o en algún momento todos terminamos cayendo, penetrando noche y día en este ser individual y colectivo que dimos a llamar pueblo, masas y que con orgullo integramos. Las formas hegemónicas de dominio del sistema son una ley del desarrollo capitalista, como expresara Gramsci. Nuestras luchas las sentimos a veces Quijotescas y pero se puede como aquel mensaje que cantaba Daniel Viglietti en “Las hormiguitas” (Viglietti, 2008).

Bibliografía

Aramayo, R. R. (2021). ¿Seguimos viviendo bajo los principios de propaganda de Goebbels? The Conversation. Bettelheim, C. (1972).

La Economía Alemana bajo el Nacismo. Madrid: Fundamentos.

Dimitrov, J. (1935). Contra el Fascismo. Informe ante el VII congreso de la internacional comunista. Sofia: Sofia-Press. 1975.

Eco, U. (1995). Ur-Fascismo o fascismo eterno. Ur-Fascismo o fascismo eterno. Columbia: Biblioteca Libre OMEGALFA .

Gabriela Cultelli y Héctor Tajam. (enero-junio de 2020). América Latina: progresismo y después. Economía y Desarrollo. Hector Tajam; Gabriela Cultelli. (enero-junio de 2023). Teoría del Valor & Cuentas Nacionales: Posibilidad de estimar sus principales categorías. Economía y Desarrollo, 167(1).

Poulantzas, N. (1971). Fascismo y Dictadura. La tercera Internacional Frente al Fascismo. México: Siglo XXI.

Viglietti, D. (2008). Las Hormiguitas. Trabajo de Hormigas. Canción, Montevideo.

Fuente: REDH

Foto: El Pensador

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