Internacionales

Sayyed Hassan Nasrallah, estela duradera

Frente a los ojos de sus hermanos guerreros y el resonar de su ciudad milenaria, emprendió otro viaje.

Tomado de Al Mayadeen

Dicen que Sayyed Hassan Nasrallah ya no está, que las bombas de “Israel” nos recordaron que también él era humano; que el metal acabó por vencer su cuerpo, pero el Jefe de ojos chispeantes no creyó nunca en la metralla ni en leyes físicas. 

Y desde hace unas horas es posible encontrarse más con Sayyed. Las almas rebeldes no saben de muerte. Sayyed vuelve a ser el niño que caminaba por las calles de Beirut, se detiene, sueña con estudiar teología en la ciudad santa de Nayab, admira una vez más las ideas del Imam Khomeini.

Lo encontramos a sus 22 años, cuando graduó las mirillas y acomodó en su mochila el sueño de liberar a Líbano de la ocupación de “Tel Aviv”. A esa edad comenzó a hablar en Hizbullah, un movimiento entonces recién creado. 

Muchas lunas después, con su mirada victoriosa, el joven que inició movilizando personas en la región de Baalbek, frente a los ojos de sus hermanos guerreros y el resonar de su ciudad milenaria, emprendió otro viaje…

“Irá hacia el camino divino de la fe, tras las huellas de los profetas y de los mártires”, aseguraron sus compañeros de lucha.

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