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Argentina: Milei finalmente dirá presente en una cumbre del Mercosur sin aliados claros y con un discurso amenazante

Por Carla Perelló.

Javier Milei se prepara para intentar patear el tablero sudamericano: desde las entrañas de la Casa Rosada dieron a conocer que planea la salida del Mercosur si no logra una mayor flexibilización para que los países puedan negociar por sí solos tratados de libre comercio, algo prohibido en el Tratado de Asunción. Con esa iniciativa en la mano, el mandatario argentino llegará a Montevideo este jueves y viernes para participar por primera vez de la Cumbre de Jefes de Estado junto con sus pares de Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Especialistas en relaciones internacionales consultados por El Destape calificaron a esta política exterior como “extorsiva” y analizaron cuán efectiva puede ser en un escenario regional adverso y en medio de las negociaciones para que finalmente se firme el acuerdo de con la Unión Europea (UE).

Las posiciones en solitario por parte de Milei en los foros internacionales ya no sorprenden: en soledad habló ante la Asamblea de las Naciones Unidas y trató al organismo de “colectivista”, en soledad Argentina votó contra resoluciones que instan a proteger derechos humanos de los Pueblos Indígenas y de las mujeres. También en soledad se manifestó en contra de la intervención del Estado ante el resto de los integrantes del G20 e intentó evitar firmar la Alianza Global contra el Hambre, sólo por dar algunos ejemplos.

La intención, según el mismo Milei explicó, es llegar a un tratado de libre comercio con Estados Unidos ahora que su aliado, el republicano Donald Trump, se prepara para asumir su segunda presidencia el 20 de enero próximo. “Nosotros creemos que, en estas condiciones, podemos avanzar en mayores acuerdos comerciales con Estados Unidos de la misma manera que estamos avanzando muy fuertemente con China. Estamos abriendo la economía”, respondió en una entrevista en Radio Rivadavia.

Así, el Presidente participará por primera vez de una Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur -aunque es la segunda en su gestión-, el bloque sudamericano que integra junto a uno de los principales socios comerciales, Brasil, pero en cuyo peso específico se incluyen también vínculos a nivel institucional, social, cultural y educativo que deberían contemplarse antes de tomar una decisión definitiva, como amenaza hoy con hacer la Casa Rosada.

“La salida de Argentina del Mercosur no sólo implicaría para el país la pérdida de un patrimonio de cooperación e integración de más de 30 años, sino también la pérdida de beneficios comerciales concretos en un contexto internacional convulsionado marcado por el proteccionismo y la incertidumbre”, advirtió el doctor en economía política internacional por la Universidad Federal de Río de Janeiro, Leonardo Granato, que comparó la actuación de Milei con la de Trump frente a Canadá y México y la amenaza de colocar aranceles de un 30% (o con los BRICS este fin de semana).

Entender la política exterior de Milei

Ese accionar puede explicarse en términos teóricos. “El presidente redefine la política exterior argentina a partir de un Civilizacionismo Supremacista que ve al cosmopolitismo y las organizaciones internacionales como una amenaza al alma de Occidente”, dijo ante El Destape la investigadora del Conicet Gisela Pereyra Doval. Con ello, se refiere al “alineamiento dogmático con Estados Unidos” desde el que trabaja para “alinear a toda la región” mediante una retórica religiosa-conspirativa y “tácticas extorsivas”. Esas ideas están vinculadas a lo que se define como “antiglobalismo”.

Explicado en palabras de la especialista, se trata de “socavar las instituciones y normas internacionales”, lo que implica la creación de una amplia gama de amenazas o enemigos, también contrarios a los intereses occidentales, lo que incluye a los bloques regionales como el Mercosur.

Pereyra Doval consideró que la estrategia “amenazante” de Milei ante el Mercosur puede considerarse “una extorsión” ante un regionalismo que actúa como “propagador de ideas socialistas que -según Milei- socavan la soberanía nacional”. Con esa base, lleva adelante acciones unilaterales en contra de los acuerdos regionales. “También se utiliza como una estrategia para negociar la reducción de las limitaciones regionales, como el arancel externo común”, apuntó.

Desde Brasil, el profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de San PabloFeliciano Guimarães, dijo que el accionar mileísta es “típico de los gobiernos populistas de extrema derecha”. Se trata de “ver quién es el más conservador de los conservadores para tener una posición privilegiada, lo que para él es fundamental para la reconstrucción del relacionamiento estratégico con Estados Unidos y con Trump”, apuntó en una entrevista en el podcast Café da Manhã. Además, entiende que ve a Brasil como una “amenaza” ante la idea de posicionar a Argentina internacionalmente en un lugar de poder.

Mientras tanto, la diplomacia brasileña parece actuar con cautela y no se vieron manifestaciones sobre la drástica decisión que podría tomar Milei. Lo que sí se filtró a la prensa es que, frente a la intención de retirar a la Argentina del Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos (IPPDH) del Mercosur que funciona en la ex Esma, la oposición de Brasil es “taxativa”, según el diario Folha. También denunció que la delegación argentina bloqueó las agendas que tienen que ver con derechos de las mujeres, LGBTI+ y ambientales.

Las posiciones y las alianzas en el Mercosur: Argentina en soledad

A lo largo de sus 33 años el bloque sudamericano atravesó diversas fases. La idea de mayor flexibilización para poder negociar tratados de libre comercio (TLC) en soledad es algo que se discute hace, por lo menos, diez años con vaivenes en las posiciones de cada uno de los socios. “Lo que hace eso es desarmar al Mercosur tal cual está concebido y volvés a una zona de libre comercio, que es como la etapa más primigenia que tuvo el bloque entre el 91 y el 94”, apuntó ante este medio el profesor de la Maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Alejandro Frenkel.

Hasta ahora, Milei tenía en Uruguay un aliado para su objetivo, pese a que Luis Lacalle Pou había hecho evidente su molestia con el presidente argentino por haberse ausentado en el encuentro que tuvieron en Paraguay hace seis meses. Más allá de que comparten posiciones similares, un primer problema apareció en los últimos días cuando el oficialismo uruguayo perdió las elecciones, por lo que junto con Lacalle Pou, en la reunión de este jueves y viernes, estará también su sucesor Yamandú Orsi, del Frente Amplio.

“El tema es que Uruguay quiere firmar un tratado de libre comercio con China y viene amagando con eso”, sostuvo Frenkel. De hecho, durante esta última gestión llegaron a suscribir un Acuerdo de Asociación Estratégica, pero Lula convenció a Lacalle Pou de ir primero por la UE. Vale, además, aclarar dos puntos: más allá de sus dichos, Milei no cosecha muy buenas relaciones con esa potencia y Paraguay ni siquiera la reconoce. Es el único país sudamericano que mantiene relaciones con Taiwán, la isla reclamada como territorio propio desde Beijing.

Si bien Orsi se ha cuidado mucho respecto a las declaraciones sobre Milei, sí vamos hacia una visión más mercosuriana, cambiando la estrategia de la flexibilización ya sea con el Tratado del Transpacífico o con China, dos esfuerzos que Uruguay lideró y ahora se van a enfriar”, coincidió el doctor en relaciones internacionales de la Universidad Católica de Uruguay Ignacio Bartesaghi. De esta manera coincide con el resto de los analistas consultados: en este escenario, Argentina se “queda sola”.

No son meras especulaciones. En esa línea fue el encuentro que Orsi mantuvo hace solo unos días con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia. Ante la prensa, el uruguayo se declaró “optimista” frente a la posibilidad de estrechar lazos con otras regiones “fundamentalmente con Europa”.

Entre el resto de los socios que quedan están: Brasil, Paraguay y Bolivia. Los desencuentros entre Lula y Milei son más que públicos. Alcanza con decir que son los dos socios mayoritarios del Mercosur y los presidentes nunca mantuvieron una reunión bilateral desde la asunción del libertario, hace casi un año. Milei insultó a Lula, Lula exigió unas disculpas públicas que nunca llegó, pero de todas maneras resguarda los intereses de la embajada argentina en Caracas, Venezuela, y abasteció al país con GNC en plena crisis de desabastecimiento.

Y el pragmatismo no parece ser unilateral. Pese a las repetidas amenazas y a denunciar varios puntos como “colectivistas”, Milei firmó el documento para crear la Alianza global contra el hambre y la pobreza y la declaración final de la reunión del G20 en Río de Janeiro. Además, en la misma cumbre ambos países firmaron un memorando en materia energética para avanzar hacia la exportación de gas barato de Vaca Muerta para proveer a la industria paulista, un sector clave en la base de apoyo del actual gobierno de Lula.

Paraguay, en tanto, es uno de los socios históricos y “tiene la particularidad de estar a favor de los TLC, pero no tiene el peso relevante como para bloquear alguna iniciativa”, señaló Frenkel. Finalmente, Bolivia, el miembro pleno más nuevo, alcanzó el estatus recién hace seis meses y, según destacó el analista, su crisis institucional interna no lo deja posicionarse como un actor geopolítico relevante en este momento. De todas maneras y pese a las diferencias político ideológicas de los presidentes, Santiago Peña y Luis Arce son claros aliados de Lula.

El Acuerdo Mercosur–Unión Europea: todo listo

Las negociaciones por este acuerdo ya llevan más de 20 años. Un intento de cierre se hizo en 2019, pero las reuniones técnicas se trabaron en las normativas ambientales exigidas para Sudamérica y el grado de las sanciones a implementar. Ahora, Francia y Polonia se aliaron por presión de sus sectores productivos del agro para intentar frenar la firma definitiva, pero la decisión ya está en la Comisión Europea y todo parece indicar las mesas técnicas acercaron posiciones en esta última semana en Brasilia, en donde estuvieron reunidas durante cinco días.

Con este tratado, la idea es crear un mercado común de 800 millones de personas con grandes beneficios arancelarios en un mercado que, en 2023, mantuvo un intercambio comercial de 110.000 millones de dólares. Aunque no se conocen las implicancias para Argentina, Milei ya dijo estar a favor, por lo que la firma podría actuar para retenerlo de patear el tablero.

Según publicó la CNN Brasil, quedaron pendientes puntos a ser resueltos en el “máximo nivel político”. Es decir, entre Lula y la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Úrsula Von Der Leyen, por lo que la gran expectativa es que haya un anuncio histórico en los próximos días.

Desde el lado europeo, los apuntes van en el mismo sentido: Von Der Leyen asumió su segundo mandato al frente de la Comisión hace dos domingos y estará acompañada en el Consejo Europeo por el ex primer ministro socialista portugués Antonio Costa, quien se manifestó en favor de la negociación entre Mercosur y la UE, en reemplazo del belga Charles Michel, quien era reticente al acuerdo. En vistas de la luz verde que pareciera estar por encenderse, el vicecanciller y ministro de Economía alemán Robert Habeck, consideró que el tratado “se ha vuelto más sostenible y mejor”, según reportó el portal Deutschlandfunk.

Las consecuencias

¿Cuál es el riesgo de la ofensiva que la Casa Rosada prepara para el Mercosur? Para Pereyra Doval es simple: “Quedar aislada de la región”. Milei, que se autodenominó como el “topo que va a destruir al Estado” por considerarlo una “asociación ilícita”, entiende que “todo lo que esté regulado por el Estado es una abominación, ergo, el Mercosur debe ser destruido”, precisó la analista.

Por eso, desde la concepción del Presidente, retirar a la Argentina del Mercosur puede tener dos consecuencias: 1. Los estados del Mercosur no hacen lugar al pedido de flexibilización, lo que implicaría que Argentina salga del bloque, lo que puede ser tomado como “un triunfo por ponerse del lado de la libertad y en contra de bloques comunistas”. 2. Los estados del Mercosur hacen lugar a la “extorsión” argentina “y Milei se erige, al menos para sus seguidores, como el líder que redefinió el regionalismo sudamericano de cara al Civilizacionismo Supremacista”, subrayó la analista. En cualquier caso, aclaró, “es performativo, una actuación para su alineamiento con los Estados Unidos de Trump”.

A los ojos de Granato, sin embargo, Milei tiene un escollo: esta narrativa de apertura radical y de modelo exportador que embandera el Gobierno argentino “son confrontados por un mundo que está yendo mucho más hacia un comercio administrado que hacia el libre comercio, y de eso no hay cómo escapar”.

Fuente: El Destape

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