Alicia Alonso, la del pueblo de Cuba
Por coronel (r) Nelson Domínguez Morera (Noel).
Faltaban solo escasos dos meses para celebrar el advenimiento 99, sobria e íntimamente como acostumbrábamos encomiar, cuando Alicia Alonso decidió con su manifiesta y axiomática tenacidad colapsar, el 17 de octubre de 2019, restando horas al emblemático Día de la Cultura Nacional.
Hubo un mar de pueblo en la despedida, totalmente espontánea y sin citaciones previas, tampoco fue necesario compelir convocatorias ni la presencia visible o simulada de agentes de protección; su pueblo, soberano, disciplinado, la escoltó y congratuló desbordándole los aplausos de siempre.
Ya había sido suficiente en otros variados escenarios, discreta y profesionalmente, nuestro resguardo consciente o reticente, a veces velado o abierto, en Cuba o en el exterior, pero también a lo interno ello acontecía en los maratónicos Festivales de Ballet o en las innumerables presentaciones en teatros y otros escenarios.
Hubo otros acompañamientos, menos tensos y llenos de satisfacciones con propios y sanos orgullos, los de cortejarla y estar con ella en sus onomásticos, próximos a los 21 de diciembre, como solíamos hacerlo siempre, a veces en su casa o en las de la institución.