Ante el plan organizado del neofascismo, una ofensiva feminista por la paz
Ante la emergencia mundial del neofascismo y de la cultura de la muerte: lo imprescindible de afirmar a escala planetaria una cultura de paz.
Por Cristina Simó Alcaraz*
El neofascismo es misoginia, es odio hacia las mujeres. Las mujeres unidas que somos más de la mitad de la población mundial podemos frenar su avance. Para ello es necesario generar conciencia feminista situando el derecho al cuidado universal como la principal reivindicación, poniendo en evidencia la contradicción capital vida y utilizando como herramienta política la HUELGA FEMINISTA en todas sus expresiones, que nos permita confluir con otros movimientos ecologista, pacifista y obrero hacia la construcción de un gran movimiento por la PAZ.
DE UNA PERSPECTIVA ANDROCÉNTRICA A UNA PERSPECTIVA FEMINISTA DEL MUNDO
Necesitamos una mirada feminista del mundo opuesta a la mirada actual que es androcéntrica y sitúa a los hombres como sujeto de referencia mientras que a las mujeres nos invisibiliza o nos excluye.
Esta mirada «androcéntrica» del mundo nos separa a las mujeres de los hombres porque se construye a partir de estereotipos y roles de género que debemos cumplir un sexo u otro en las diversas esferas de la vida tanto pública como privada.
Se produce una dicotomía que afecta a lo lago de nuestras vidas, que mientras los hombres socialmente se asignan al espacio público, donde se toman las decisiones políticas, sociales y económicas, a las mujeres se nos asigna al espacio privado, donde se lleva a cabo el trabajo de cuidados y la crianza.
Nos referimos a estereotipos cuando hablamos de las ideas, las cualidades y las expectativas que la sociedad atribuye a mujeres y a los hombres de manera diferenciada, que con frecuencia también se usan para justificar las discriminaciones de género.
Al estereotipo de feminidad se asocian ciertas características y roles: la maternidad, el trabajo doméstico y el cuidado de otras personas, el ser cariñosas, sensibles, débiles, sentimentales, intuitivas, buenas, dependientes, sumisas, adaptables. Y al estereotipo de masculinidad se asocian el rol de proveedor, el ser fuertes, competitivos, racionales, valientes, poco expresivos, dominantes, independientes y se naturalizan conductas violentas.
Los roles de género establecen socialmente las tareas y responsabilidades asignadas a los sexos. A las mujeres se les asigna el rol reproductivo mientras a los hombres el productivo. A las mujeres se les asigna el espacio doméstico mientras a los hombres el espacio público. A las mujeres se les asigna el trabajo no remunerado mientras que a los hombres el remunerado. A las mujeres se les asigna el trabajo del cuidado de las personas mientras que a los hombres se les asigna el trabajo con poder y responsabilidad. A las mujeres se les asigna el rol de la mediación y de la subordinación, mientras que a los hombres el rol autoritario y de dominación.
Esta mirada androcéntrica se construye desde una perspectiva patriarcal que plantea una sociedad asimétrica y jerárquica, organizada en función del sexo desde una perspectiva masculina.
Lamentablemente, este mundo masculinizado y androcéntrico se expresa según los estereotipos y roles que se asignan al género masculino que nos lleva a un mundo que en vez de impregnarse de paz e igualdad lo hace de fascismo, desigualdad y guerra.
La lucha feminista siempre va de la mano del pacifismo porque la construcción de espacios seguros y de paz pasa necesariamente por espacios de igualdad donde se pongan en valor la empatía, los cuidados, la centralidad de la vida y buscando soluciones no violentas a los conflictos.
Mientras que el fascismo se nutre de la desigualdad y del caos. Según William Ebenstein, “en el código fascista, los hombres son superiores a las mujeres, los soldados a los civiles, los miembros del partido a los que no lo son, la propia nación a las demás, los fuertes a los débiles, y los vencedores en la guerra a los vencidos”.
El fascismo cree en la desigualdad entre las personas, para ellos no todas y todos somos iguales. Su ideología se sustenta en que la naturaleza y la sociedad hace a algunos superiores y a otros inferiores. Con menos fuerza, menos inteligencia, con menos capacidad en general. La inferioridad es vista como un peligro contaminante, por quienes son superiores que deben disciplinar a los inferiores para que ocupen su lugar o exterminarlos como hicieron los nazis o los sionistas hoy en palestina.
El racismo, la xenofobia y el sexismo son un rasgo constitutivo del fascismo que promueve el desprecio y la opresión total contra los que consideran débiles. Así, las mujeres tienen misiones en la vida, pero nunca las relacionadas o vinculadas con la política o el ejercicio profesional fuera del ámbito doméstico. El “lugar de la mujer”, es básicamente el hogar, en el que debe desempeñar el papel de reproductora.
En España con la dictadura franquista la maternidad era un deber patriótico. Para ella, la vida debía limitarse a la esfera privada porque carecía de talento para la vida pública y para la creatividad. *Pilar Primo de Rivera, fundadora e impulsora de la Sección Femenina de la Falange, decía en 1942: “las mujeres nunca descubren nada, les falta desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles, nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos han hecho”.
En la actualidad, VOX, el fascismo heredero de Franco y referente del “trumpismo” en España, no revela abiertamente su ideario misógino y utiliza otros métodos.
Han impulsado una corriente negacionista de las violencias y las desigualdades de género y acusan a las feministas de feminazis y de ser el peor enemigo para las mujeres. Son discursos que van calando entre los más jóvenes que siguen “influencers” en las redes sociales impulsados por la ultraderecha. De hecho, intentan blanquear su misoginia situando a mujeres como portavoces, que sirven a sus intereses de clase y traicionan a los intereses de su género. Esto mismo hacen para blanquear su ideario racista en Cataluña teniendo como portavoz de VOX a un hombre racializado.
LAS GUERRAS SON LA EXPRESIÓN PATRIARCAL DE RESOLUCIÓN DE LOS CONFLICTOS
Las guerras son el instrumento de la política imperialista de EEUU que, con el colaboracionismo de la Unión Europea, amenaza la vida del Planeta.
Ante este escenario de guerras bélicas y económicas, de genocidio y de avance de la ultraderecha y el fascismo, la contradicción capital vida se agudiza y la lucha por la vida cobra más valor.
Es necesario generar conciencia de esta contradicción e impulsar acciones y políticas que pongan en el centro la vida de las personas. Una toma de conciencia imprescindible para salvar la humanidad, frenar la escalada belicista y abrir paso a un futuro de paz, igualdad y progreso en armonía con la naturaleza.
También denunciar la situación de dependencia de algunos países con Estados Unidos y su supeditación a la OTAN que afecta a todas las personas hasta el límite de condicionar las economías nacionales a los objetivos belicistas de la OTAN. Porque a mayor inversión en rearme y militarización, menor inversión en políticas públicas de atención y cuidado de las personas, los animales y el medio ambiente.
Dicho de otro modo, las consecuencias de las guerras las pagamos los pueblos, las familias y las personas que ponemos los muertos y sufrimos el encarecimiento de la vida, el aumento del paro y de la precariedad laboral, y de manera especial las mujeres que partimos de situaciones previas de desigualdad.
FEMINISMO Y PAZ UNA MISMA LUCHA
El feminismo y la paz son dos movimientos entrelazados porque las feministas sabemos que sin seguridad y justicia nuestros derechos no existen, así lo han reflejado mujeres a lo largo de la historia, estando al frente de resistencias y movimientos descoloniales, enfrentándose a invasiones y ocupaciones con una valentía y resiliencia extraordinarias.
Desde las mujeres indígenas que han defendido sus tierras y culturas contra la colonización, hasta las líderes africanas que han desafiado el imperialismo y el apartheid, su papel ha sido y es crucial en la lucha por la justicia y la paz.
El papel de las mujeres no se reduce a su condición de víctimas, todo lo contrario, el papel de las mujeres ha sido crucial en los procesos para lograr sociedades más justas, igualitarias y, sobre todo, pacíficas; pues las mujeres a lo largo de la historia y del planeta han sido y son poderosas agentes de paz.
Además, históricamente han apoyado a las víctimas y la reparación por los crímenes cometidos durante la guerra. Su participación en negociaciones, centrada en enfoques imprescindibles como son la cohesión social o la implementación de acuerdos, es vital para asegurar una paz duradera y sostenible.
Son muchas las referentes, individuales y colectivas, que luchan y han luchado por la paz y el desarme. Entre ellas podemos recordar a Rigoberta Menchú, mujer indígena guatemalteca que luchó por los derechos humanos, la paz y la justicia para los pueblos indígenas, en un país afectado por el conflicto armado entre el gobierno y la guerrilla o el movimiento de mujeres en Colombia, que ha clamado por la salida negociada al conflicto armado durante y después de la guerra.
¿Qué puede aportar el feminismo en este contexto de guerras y avance del neofascismo?
- La defensa de la economía del cuidado de la vida (poner en el centro de la inversión lo que sostiene la vida), la opuesta a la economía de guerra (poner en el centro de la inversión el rearme y la militarización) que promueven las derechas, la extrema derecha y el neofascismo, que nos lleva a una carrera de máxima velocidad hacia la destrucción del planeta.
- La denuncia de las guerras económicas con las que se pretende asfixiar a los pueblos que no comulgan con el deshumanizado sistema capitalista y se niegan a someterse al imperialismo criminal de EEUU. Que responde a la jerarquía patriarcal, pueblo que no se somete, pueblo que se maltrata y mata.
- La organización de una comisión de la verdad de mujeres feministas que desmientan el bombardeo de noticias falsas contra la revolución cubana y la revolución bolivariana de Venezuela. Poniendo en valor los avances y conquistas de las mujeres de estos pueblos y por otro denunciando las consecuencias dramáticas que el bloqueo tiene en sus vidas.
- La exigencia de la paz en Gaza para frenar el genocidio del gobierno sionista de Israel al pueblo palestino y acabar con todas las guerras buscando una salida diplomática y negociada a las guerras como la de Ucrania, porque solo puede haber progreso, igualdad y desarrollo de derechos en un mundo en paz.
¿Qué finalidades debe perseguir el feminismo?
- La erradicación de la feminización de la pobreza que se acentúa con las guerras, porque se invierte en armamento en detrimento de la inversión social y aumentan las mujeres que migran huyendo de los conflictos siendo vulnerables ante las redes de trata. Por lo que no se puede hablar de avances si no hay paz.
- Un mundo alternativo multipolar donde se respete la soberanía de los pueblos y se permita libremente desarrollar modelos socioeconómicos centrados en el beneficio de las personas.
- El derecho a la vida. Es decir, defender la paz para superar las guerras e invertir en los cuidados de la vida, en la salud, la educación y en la igualdad lo opuesto a invertir en el rearme y el militarismo.
- La igualdad real, que no será posible mientras la mayoría de las mujeres carguen en exclusiva con el trabajo que es necesario para el mantenimiento de la vida. Porque de esta falta de corresponsabilidad deriva la desigualdad en sus carreras profesionales y condiciones laborales, en la brecha salarial y de las pensiones. Incluso una mayor desprotección ante maltratadores.
- La consideración de cuidado como un derecho humano universal y no un derecho adquirido solo por quienes se lo puedan pagar. Está claro que el derecho al cuidado es una cuestión de género, pero también de clase.
- El blindaje del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas ya que el neofascismo y la ultraderecha han convertido el derecho al aborto en uno de sus campos de batalla. Porque negando este derecho pretenden también colonizar nuestros cuerpos y decidir sobre nuestras vidas, para que nos dediquemos en exclusiva a la reproducción y a los cuidados.
Como ejemplos en Italia, el gobierno de Giorgia Meloni ha aprobado que activistas antiaborto puedan entrar en las clínicas donde se interrumpen embarazos o en Hungría donde se obliga a las mujeres que quieran abortar a escuchar el latido del corazón del feto. - Un mundo en paz con las mujeres que pasa por liberar a miles y miles de mujeres que invisibles sufren situaciones de esclavitud sometidas por las redes de trata para explotación sexual y reproductiva. La mercantilización de los cuerpos forma parte de la concepción que el neofascismo tiene de las mujeres, las mujeres son una mercancía más.
Por ello urge reclamar la persecución eficaz y coordinada de las redes de trata a nivel internacional acompañado de leyes que proteja y atienda a las víctimas y no se las penalice. De la misma manera que la explotación reproductiva, la adopción ilegal y el matrimonio forzado.
Los países deben legislar leyes contra la trata en las que prime la vida y la libertad de las mujeres, con el apoyo, la protección adecuada y el respeto a su derecho al asilo.
La humanidad tiene una deuda con estas mujeres que debe saldar persiguiendo y sancionando a quienes se lucren de la mercantilización de sus cuerpos y de sus vidas. Solo así el mundo estará en paz con las mujeres.
8. El impulso de una nueva internacional pacifista y feminista que defienda el derecho al cuidado. No es posible pensar en un mundo alternativo que no ponga en valor este derecho. Implica repensar la economía, implica la equidad en el reparto de las riquezas, implica el respeto a la diferencia, a la diversidad y a la soberanía de nuestros cuerpos y de nuestros pueblos. Implica garantizar derechos sociales, trabajo y vivienda para vidas dignas de ser vividas. Implica vivir en paz.
EL MOVIMIENTO FEMINISTA GENERADOR DE CONCIENCIA ANTICAPITALISTA
El feminismo anticapitalista del movimiento 8M o el que también se ha denominado el de la cuarta hola, en su crítica a la desigualdad generada por la explotación y la contradicción capital-trabajo, incluye también al beneficio que el capital obtiene con la explotación de los trabajos que realizamos la mayoría de las mujeres en su mayor parte no remunerados para garantizar el funcionamiento de la sociedad: cocinar, limpiar, lavar, comprar, cuidar niñ@s, personas mayores y discapacitadas. Trabajos que son condición necesaria para sostener el sistema productivo o la acumulación de capital
Este punto de vista pone de relieve la contradicción capital-vida que se considera inherente al sistema capitalista heteropatriarcal. Por ello se convocó a la huelga feminista con el lema “Sin nosotras, se para el mundo” porque el proceso de construcción de la huelga sirvió para evidenciar esta contradicción y generar conciencia individual y colectiva de como la organización de la reproducción social (la organización de los trabajos de cuidados y domestico) impacta en la reproducción de la desigualdad de género.
En épocas de crisis se agudiza esta contradicción porque con las medidas de ajustes, recortes sociales y privatización de los servicios públicos, estos trabajos de atención a las personas que dejan de ofrecerse recaen de nuevo en las mujeres, quienes lo hacen de manera invisible siendo sobreexplotadas y por otro lado estos sectores que también son altamente feminizados sufren mayor desocupación por los recortes y mayor precarización al ser externalizados. En definitiva, aumenta la brecha de género en el trabajo productivo y reproductivo.
El feminismo de la Cuarta Ola o del 8M sitúa en el centro la sostenibilidad de la vida, lo que es necesario para hacer vidas dignas de ser vividas, descentrando los beneficios de los mercados.
Durante la pandemia la falta de red de cuidados pública, los insuficientes recursos de atención a la dependencia y a la salud pública puso también de relieve la histórica reivindicación feminista de “poner la vida en el centro” y no los beneficios de las grandes empresas”.
Lo pudimos constatar en aquellos países donde la extrema derecha gobernaba, las consecuencias fueron dramáticas, la gente con pocos recursos moría sin debida atención, fueron más de 700.000 personas fallecidas en Brasil con Bolsonaro, que situó a Brasil como el segundo país del mundo con más fallecidos por covid-19, por detrás apenas de Estados Unidos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el caso de la comunidad de Madrid en España donde gobierna el Partido Popular más rancio, que según el estudio de la Comisión ciudadana de la verdad, Madrid fue la comunidad autónoma con mayor número de residentes fallecidos con Covid-19 en España y la región que tuvo un mayor exceso de mortalidad en toda Europa. El informe concluye que los 7.291 mayores que murieron en residencias de Madrid fueron abandonados a su suerte y se estima que, si se hubieran trasladado al hospital, al menos 4.000 hubieran sobrevivido.
El feminismo del 8M plantea un modelo económico que tiene la mirada en la reproducción de la vida y no del capital. Sitúa la centralidad en la distribución equitativa de la riqueza y del tiempo.
Este movimiento que surgió en 2018 alrededor de la construcción de la Huelga feminista desveló para mucha gente la alianza criminal que existe entre patriarcado y capital. Fue capaz de sensibilizar y concienciar a una mayoría de mujeres de clase trabajadora, de las capas populares, de que este sistema produce desigualdades y de que este sistema mata.
El impacto de la huelga feminista en España fue tal que se habló de ella hasta en los bares como el que habla de futbol o en las peluquerías o en las puertas de los colegios en la recogida de los hijos e hijas. Hasta el punto que millones de mujeres muy diversas se sintieron apeladas a participar de una manera u otra.
Porque la mayoría de las mujeres se responsabilizan del trabajo de cuidados que sostiene la vida, un trabajo que no es valorado ni reconocido como debiera ya que sin él no podría haber vida y en cambio condiciona y genera desigualdad a lo largo de la vida de todas las mujeres trabajen en casa o fuera de casa, pensionistas o estudiantes.
Su capacidad de generar conciencia levantó alarmas a quienes han diseñado un plan neofascista totalmente opuesto y estos empezaron a diseñar una campaña frontal de desprestigio y criminalización de las feministas.
Por ello el neofascismo que es profundamente heteropatriarcal se impone en el mundo destruyendo y menospreciando aquellos sistemas socioeconómicos que sitúan el cuidado de la vida en el centro de sus acciones políticas.
EL DERECHO UNIVERSAL DEL CUIDADO
Los sistemas públicos de cuidados son una reivindicación necesaria para evolucionar hacia un cambio sistémico opuesto al diseño neoliberal y fascista que planea sobre nuestras vidas.
Son necesarios para revertir la falta de corresponsabilidad en el trabajo de cuidados que es la principal causa de la desigualdad de género.
Los cuidados nos ofrecen una buena plataforma social donde pensarlo todo, reconstruir lo público y avanzar hacia lo común, a la reorganización social y a la articulación de sistemas que garanticen cuidados dignos y universales a lo largo de la vida de las personas.
El derecho al cuidado nos reafirma la defensa de la paz, porque no es posible desarrollarlo en un contexto de guerras y de violencia.
LA HUELGA FEMINISTA UNA HERRAMIENTA POLITICA
Existe ya un sector del feminismo global que ha lanzado la convocatoria de huelga feminista para el próximo 8 de marzo para exigir el alto al fuego a Palestina. Desde el feminismo deberíamos sumarnos para convertir esta jornada combativa en una jornada de lucha feminista por la Paz. Porque el feminismo del Ni Una Menos, del @MeToo, del 8M o el de la Cuarta Ola aún sigue tensionado y es en la actualidad el movimiento global con mayor capacidad de convocatoria.
La huelga feminista no es una convocatoria esporádica, resulta de un proceso de acumulación de fuerzas que llevó al 8M de 2017 con el lema de las feministas argentinas “Ni una menos, vivas nos queremos” a que ocuparan las calles millones de mujeres de 70 países del mundo o el 8M de 2018 en España participaran 11 millones de mujeres.
La huelga feminista no es una huelga laboral al uso porque alcanza a todos los trabajos que hacemos las mujeres, también los invisibles: el de los cuidados, el consumo, la vida estudiantil y asociativa para demostrar que sin las mujeres no se produce, y sin las mujeres no se reproduce.
El éxito de la huelga feminista depende del proceso previo a la jornada reivindicativa, al igual que una huelga laboral, pero esta tiene mayor alcance porque se construye desde lo local a lo internacional, con asambleas abiertas y encuentros nacionales e internacionales. Todas las mujeres se sienten identificadas con la huelga, pero también los hombres tienen un papel fundamental, porque tienen que apoyar haciendo aquel trabajo de cuidados que las mujeres dejan de hacer y que es necesario para la vida.
El método de construcción del argumentario y de la unidad de acción también es clave en el éxito de una huelga de mujeres diversas y plurales. Construir sobre lo que une, dejando fuera las diferencias.
Es así como en el proceso llegan a confluir todas las mujeres que luchan, contra las violencias machistas, por el derecho al aborto, por la justicia social, la vivienda, la salud, la educación, la soberanía alimentaria, la laicidad, contra el extractivismo y los tratados de libre comercio, la explotación y muchas otras luchas colectivas. Unidas con un marcado carácter antimilitarista, contra las guerras, y las fronteras, contra los estados autoritarios y represores y para defender los derechos humanos.
También es importante destacar el papel de los sindicatos para que la huelga resulte exitosa. La experiencia de 2018 en España en la que, a pesar de las discrepancias por el concepto de huelga, los sindicatos mayoritarios de clase convocaron paros de dos horas y otros huelga general. Esta discrepancia se valoró finalmente positiva porque facilitó que mujeres en condiciones precarias pudieran ejercer dos horas de paro, asambleas y hablar en el lugar de trabajo de la huelga feminista. Una huelga inclusiva que apeló también a la mayoría de mujeres migrantes sin contratos en el sector doméstico o a las mujeres que se dedican en exclusiva al trabajo de cuidados no remunerado Mujeres que también pudieron participar en otras acciones simbólicas como colgar un delantal en los balcones como símbolo de huelga de cuidados.
La huelga feminista se caracterizó por ser intergeneracional porque apeló a todas las realidades de mujeres, por ello no es casual que la mayoría de las españolas indiferentemente de la edad opten electoralmente por opciones progresistas o de izquierdas.
La huelga feminista de 2018 fue un punto de inflexión para muchas mujeres que elevaron su nivel de conciencia, un antídoto contra los discursos negacionistas de la desigualdad y las violencias machistas que promueven las fuerzas neofascistas y de extrema derecha, pero que siguen ganando adeptos, multitud de hombres machistas y misóginos que con estos falsos discursos afianzan su machismo.
El próximo 8 de marzo es oportuna una convocatoria global de HUELGA FEMINISTA POR LA PAZ que se centre en la defensa del derecho al cuidado porque sin él no es posible la vida.
El cuidado es el derecho humano que el imperialismo fascista niega a gran parte de la humanidad promoviendo conflictos armados, expoliando las riquezas naturales del planeta y asfixiando con bloqueos económicos a los pueblos que niegan someterse a su voluntad como Cuba o Venezuela.
La convocatoria de huelga feminista debe ser inclusiva a todas las realidades del mundo con capacidad de adaptarse a todas las realidades de mujeres.
Una acción global el 8M nos podría unir a todas colgando una bata blanca como símbolo del cuidado y de la paz por ejemplo o realizando paros parciales de un minuto a una hora para homenajear a todas aquellas mujeres que han sufrido el genocidio en Palestina y las consecuencias de las guerras en sus vidas o acciones simbólicas en la calle para denunciar al imperialismo de EEUU que con su política injerencista no permite que se desarrolle el derecho al cuidado dignamente.
Son diversas las acciones que nos que podrían desarrollarse en una misma jornada de lucha y en los diferentes puntos del planeta.
OFENSIVA FEMINISTA FRENTE AL AVANCE NEOFACISTA
Ante el plan organizado del neofascismo, urge una ofensiva feminista por la paz, que pasa por volver a convocar huelga feminista global con la implicación de sindicatos y también de los hombres en el trabajo de cuidados y de acompañamiento. Para convertir este 8M en una acción global antifascista y por la paz.
Urge recuperar del feminismo el lema «Ni guerra que nos destruya, ni paz que nos oprima». Las mujeres unidas debemos reivindicar no a las guerras y no a la OTAN, a la estructura que mantiene una sociedad militarizada y patriarcal. Porque no es posible construir sociedades igualitarias con la imposición de las armas sino al contrario con el dialogo y desde la paz.
Debemos recuperar lo mejor de nuestras experiencias, el espíritu con el que se fundó tras la II Guerra Mundial, el 1 de diciembre del 1945 La Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM). Mujeres de organizaciones surgidas en la lucha contra la ocupación nazi de todos los continentes que en su primer programa llamaron a unir las mujeres “Por la paz y el desarme universal”.
Es imprescindible que el feminismo de la Cuarta ola avance para confluir con otros colectivos y movimientos sociales que pretenden superar la contradicción capital vida como el pacifista, el ecologista y el obrero en un gran movimiento por la paz que vuelva a destapar la alianza criminal entre el patriarcado y capital para plantear una alternativa global al sistema capitalista que se base en un nuevo orden mundial, multilateral y humano.
Hasta el 8 de marzo de este año, todas tenemos una gran tarea, tensionar los núcleos, asambleas y encuentros feministas para construir una huelga feminista por la paz global para volver a ocupar las calles y reclamar un mundo alternativo respetuoso y garantista de los derechos humanos.
Que pasa por no mantener a la OTAN económicamente, ni aceptar las imposiciones del 5% de los presupuestos nacionales, e invertir en el impulso de políticas sociales para erradicar la feminización de la pobreza y en el desarrollo de sistemas públicos de cuidados universales frente a la financiación de las guerras.
Las feministas que aspiramos a un mundo en Paz, este 8 de marzo debemos enmarcarlo en una ola de solidaridad feminista con el pueblo palestino víctima de un genocidio, donde las mujeres y la infancia son el 70% de las víctimas mortales y con todas las mujeres que sufren las consecuencias de las guerras bélicas y económicas.
¡Ni una menos, nos queremos vivas!
(*) Presidenta Movimiento Democrático de Mujeres en España.