Novena etapa de la Desbandá
14/02/2025
¡¡Viva la República!!
Comenzamos a andar en la parte del paraje natural de Entinas Sabinar, perteneciente al término municipal del Ejido, y casi enseguida llegamos a la parte del parque, perteneciente a Roquetas. Estamos caminando, 113 mujeres y 100 hombres, en total 213 personas. El año pasado en la misma etapa participaron 175 personas, de las cuales 81 eran mujeres y 94 eran hombres.
Atravesado el paraje, que alberga decenas de especies de aves, entre ellos el flamenco rosa, enfilamos el paseo marítimo de Roquetas, el más largo de España con casi 14 km, superando al de la Coruña, que mide también algo más de 13 km. Es un paseo que recorremos todos los años, sin embargo, este año solo hemos llegado al Castillo de Santa Ana, que está a la mediación del paseo. Desde ahí hemos decidido ir a la puerta del Ayuntamiento, concentrándonos para protestar de alguna manera porque el alcalde del Partido Popular, se niega sistemáticamente a recibirnos y por supuesto a facilitarnos algún polideportivo donde pernoctar. Esa dificultad la estamos resolviendo, marchando en autobús a la ciudad de Vícar, más al norte de Roquetas, donde el Ayuntamiento nos ofrece los medios que tiene para que pernoctemos y también un auditorio para actos culturales.
Hoy en la marcha se ha gritado numerosas veces el Viva a la República. Ello no tiene mucho mérito por cuanto creo que toda la marcha es de convicciones republicanas, sin embargo, si es importante que, desde que salimos de Málaga, en ese cruce de apoyos o críticas que recibimos de viandantes, ciclistas o automovilistas, desde ellos, si que nos han saludado numerosas veces con el grito de Viva la República, y quizás por la mayor concienciación de los tiempos en que vivimos, también nos han saludado como antifascistas. Nuestra marcha defiende la memoria de las víctimas, pero estas víctimas lo fueron por ser defender la República, palabra que significaba para la mayoría del pueblo, el fin de la opresión y el fin de los privilegios de las clases dominantes, la nobleza, el clero, los terratenientes, los gran des capitalistas, y también el fin del centralismo borbónico y la posibilidad de la autodeterminación y el autogobierno de los pueblos de España. Llevar el debate de la República a la calle, permite sembrar la esperanza, entre mucha gente, que considera que los cambios políticos no son posibles.
Una vez en Vícar, hemos terminado el relato que nos contó ayer Michele, una compañera parisina, que lleva acompañándonos en las tres últimas marchas. En años anteriores le habíamos preguntado por su interés o vinculación con la Desbandá. Ella decía que venía por sus ideales, pertenece a la CGT francesa y al Partido Comunista Francés, y además porque de niña, pasó muchas temporadas de invierno, viviendo y yendo al colegio en Nerja. Sin embargo, en esta ocasión nos ha contado la historia de su familia, que tiene mucho que ver, con el sufrimiento de los pueblos de España en su lucha contra el fascismo.
Es la historia de la familia de su padre. Eran judíos polacos que vivían en Varsovia y que en los años 20 se trasladan a Bruselas, con la intención de emigrar a Estados Unidos, cosa que no consiguieron por falta de recursos económicos. Además, el gobierno de Pilsudski, un militar antisoviético, que dio un golpe de estado en Polonia, en 1926, promulgó una ley por la cual, los judíos que llevaran más de seis meses fuera de Polonia eran desposeídos de su nacionalidad, por lo que, la familia del abuelo de Michele, pasaron a ser apátridas. Esta familia estaba compuesta por el abuelo, la abuela, dos hijos, uno de ellos, Mauricio, sería el padre de Michele, y una hija. Su abuelo tenía también 8 hermanos y numerosa familia, pero toda ella continuó viviendo en Polonia.
El 28 de mayo de 1940, los nazis ocupan Bélgica, nueve meses después de ocupa Polonia el 1 de septiembre de 1939. En 1942, los nazis en Bélgica, obligan a todos los judíos a registrarse como tales, y después de ese registro, su abuelo y sus dos hijos son conducidos con otros hombres judíos a un campo de trabajo. Es el campo de Dannes, al norte de Francia, en la costa atlántica, donde los alemanes centralizaron las llegadas de deportados judíos y luego distribuyeron a los prisioneros a otros campos, en el proyecto de Hitler del muro atlántico. El padre de Michele tenía entonces 15 años y el hermano mayor 17. Se quedaron solas en Bruselas, la abuela y la hija.
El 14 de diciembre de 1941 Adolf Hitler dio la orden de construir un cinturón de fortificaciones a lo largo de los 5000 kilómetros de costa atlántica en los países ocupados por la Alemania nazi. Después de 3 años de construcción, el muro atlántico llegó a contar con más de 8000 bunkers y posiciones defensivas. Es por ello por lo que necesitaron mano de obra esclava y se surtieron de judíos, comunistas y cualquier otra disidencia real o inventada, entre ellos 30.000 republicanos españoles exiliados en Francia tras la guerra de España. En los campos de trabajo, los presos morían como moscas, tanto por la intensidad de este, como la mala alimentación e higiene que tenían, pero no importaba mucho, porque había mano de obra de sobra.
En ese contexto, el hermano mayor del padre de Michele, se fuga del campo de trabajo, y consigue llegar con ayuda de la resistencia local a la ciudad francesa de Bourg-en-Bresse, cerca de Lyon. Su hermano Mauricio, futuro padre de Michele, y su padre, siguen en el campo hasta su cierre, momento en que los nazis, los meten en un tren rumbo a Auschwitz. En el viaje, Mauricio sostenía que los llevaban al matadero, pero su padre pensaba que no, que seguirían trabajando hasta que la guerra acabara y los liberarían.
Un grupo de jóvenes decidieron fugarse del tren, hicieron un agujero en el techo del vagón y salieron de éste, y saltaron al suelo aprovechando que el tren iba a poca velocidad. En el grupo iba Mauricio, su padre no quiso saltar. El tren iba hacia el campo de exterminio de Auschwitz, allí murió el abuelo de Michele y padre de Mauricio. Éste se volvió a Bruselas andando a casa de un amigo. El padre del amigo formaba parte de la resistencia francesa y le consiguieron papeles a Mauricio para que pudiera llegar a Marruecos, donde quería alistarse en el ejército francés. Atravesó Francia, quiso pasar clandestinamente la frontera de Francia con España, con otras cuatro personas, y los detuvo la guardia civil. Michele cuenta, que su padre Mauricio le decía que la Guardia Civil daban aspecto de ser más pobres que los refugiados que cruzaban la frontera. Les robaron todo lo que de valor llevaban y lo trasladaron a la cárcel de Jaca, donde estuvieron varios meses. Entonces, la policía franquista no devolvía a Europa a los europeos que venían huyendo del nazismo, y finalmente los soltaron. Bajó hasta Madrid, contactó con franceses también huidos, quienes le dieron contactos para seguir su viaje. Llegó a Málaga, donde estuvo varias semanas y desde allí cruzó a Marruecos, donde por fin se pudo alistar en la División Leclerc. Desde Marruecos, enviaron soldados de la División a Londres, entre ellos Mauricio, donde tuvieron un adiestramiento militar. En junio, participa en el desembarco de Normandía. El 24 de agosto de 1944, la división Leclerc, entra en París, comandado por La Nueve, compañía de la 2ª División Blindada, compuesta mayoritariamente por exiliados republicanos españoles. Michele cuenta que, su padre, Mauricio, le decía que ese había sido el día más feliz de su vida.
Todavía la guerra continuó cerca de 9 meses más, hasta el 8 de mayo de 1945, cuando se celebró en Berlín la ceremonia de la rendición del ejército alemán ante el ejército soviético. Al cesar la guerra, Mauricio intentó localizar a su familia, se enteró que su padre murió asesinado en el campo de Auschwitz; según Michele, Mauricio, sintió toda su vida que había dejado abandonado a su padre, además toda su extensa familia judía que vivía en Varsovia fue también asesinada por los nazis Su hermano mayor, murió en la batalla de Alsalcia, su madre y su hermana, sobrevivieron en Bélgica, gracias a un convento de monjas católicas que las protegieron dentro del convento. Al acabar la guerra, y salir del convento, la hermana de Mauricio se enamoró de un soldado inglés y se fue con él a Londres. Y la madre de Mauricio, abuela de Michele, pudo cumplir su sueño de viajar a Nueva York.
Su padre, se instaló en París donde conoció a la madre de Michele. Mas tarde, como trabajaba en el sector turístico en París, en primavera y verano, viajaba todos los años en otoño a Nerja, recordando su paso por Málaga, camino de marruecos, que lo enamoró. Y en invierno viajaba a Laponia. Así Michele puede traducir francés y finlandés al castellano. La guerra contra el fascismo en Europa produjo innumerables éxodos y desbandadas. Los pueblos pagaron con su sangre y su sacrificio, la libertad frente al fascismo. Mujeres víctimas del franquismo: represaliadas, exiliadas y silenciadas. Con las intervenciones de, Carmen Negrín Fetter y Amparo Sánchez Monroy (Hijas del Exilio)
A las 7 de la tarde tenemos dos actos, el primero una Conferencia sobre “Mujeres víctimas del franquismo: represaliadas, exiliadas y silenciadas” que comparten Carmen Negrín Fetter y Amparo Sánchez Monroy (Hijas del Exilio). La primera nieta de Juan Negrín, último presidente del consejo de ministros de la República, y la segunda, víctima de la retirada de Cataluña, que estuvo con sus padres en el campo de concentración francés de Argelés, cuando aún no tenía un año. El segundo acto es una lectura de poemas, declamados por Lola Moreno Rojas.
Mañana, en última etapa y fin de la edición de la marcha de la Desbandá de 2025, recorreremos 19 Km desde Vícar hasta Almería, pasando por Aguadulce.