El fascismo imperial amenaza a los pescadores del Caribe
El ataque del destructor estadounidense USS Jason Dunham contra el humilde barco atunero venezolano «Carmen Rosa» no es un simple exceso militar.
Es la expresión viva de las prácticas fascistas en el escenario internacional.
El fascismo se reconoce por su culto a la fuerza bruta, por el desprecio a la legalidad y por la persecución de los más vulnerables. Eso es exactamente lo que ocurrió, un buque de guerra arremetió contra pescadores de atún indefensos, violando el derecho internacional y buscando instalar el miedo en quienes, con su trabajo diario, sostienen la soberanía alimentaria de los pueblos.
Como todo acto fascista, este ataque responde a la lógica de la provocación planificada: sembrar terror, criminalizar lo popular y preparar el terreno para justificar nuevas agresiones.
El imperio actúa con desespero, y en ese desespero se despoja de todo límite racional. Ha llegado al extremo de convertir la pesca, actividad de vida y sustento, en un frente de guerra.
Pero la historia enseña que el fascismo nunca ha podido con la dignidad organizada de los pueblos. Cada vez que los trabajadores, los movimientos y las fuerzas sociales han levantado la voz y cerrado filas, el fascismo ha sido derrotado.
Por eso, este ataque no debe verse como un hecho aislado, sino como una advertencia: si hoy hostigan a los pescadores de atún venezolanos, mañana cualquier trabajador del mar en el Caribe puede ser objetivo de la misma barbarie.
El fascismo se enfrenta con memoria, con claridad política y con solidaridad activa y a tiempo. Y la Internacional Antifascista reafirma que el Caribe no será un mar de guerra, sino un mar de dignidad, donde los pueblos libres resisten y vencen.
¡El mar es de los pueblos, no de los imperios!
Internacional Antifascista, 13 de septiembre de 2025.

