Washington evalúa operación militar en suelo mexicano
La Administración del presidente estadounidense Donald Trump evalúa una operación militar contra los carteles del narcotráfico en territorio mexicano, que incluiría el despliegue de tropas estadounidenses para atacar laboratorios de drogas y líderes criminales, según reveló la cadena NBC News, citando a funcionarios actuales y exfuncionarios de seguridad nacional.
De acuerdo con el reporte, la misión aún no es inminente, pero forma parte de una estrategia de seguridad regional que el Gobierno de Trump considera “necesaria” para combatir la expansión del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
Sin embargo, la propuesta ha despertado fuertes reacciones en México, donde el tema evoca episodios históricos de intervenciones extranjeras y plantea un nuevo desafío diplomático para la administración de Claudia Sheinbaum.
Las relaciones entre México y Estados Unidos han atravesado etapas de cooperación y fricción en materia de seguridad. Desde la llamada Iniciativa Mérida de 2008 hasta los acuerdos de inteligencia compartida, ambos países han mantenido mecanismos de colaboración contra el crimen organizado.
Sin embargo, el debate sobre la intervención directa del Ejército estadounidense en México tiene raíces históricas sensibles. En 1846, la invasión de las tropas de Washington derivó en la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano, y un siglo después, durante la Revolución Mexicana, Estados Unidos volvió a incursionar militarmente, destacando la Expedición Punitiva de 1916 liderada por el general John J. Pershing para capturar a Francisco “Pancho” Villa, que terminó en fracaso y en el fortalecimiento del sentimiento nacionalista mexicano.
De acuerdo con declaraciones de anteriores semanas, Sheinbaum ha reiterado que “ninguna fuerza extranjera actuará en territorio mexicano”, subrayando que la lucha contra los cárteles debe realizarse “bajo jurisdicción mexicana y con respeto al derecho internacional”.
En semanas recientes, la presidenta había recordado que México no permitirá operaciones armadas sin consentimiento del Estado, y que cualquier intento de intervención militar sería considerado una violación del principio de autodeterminación.
En el Congreso, legisladores de Morena y aliados expresaron su respaldo a la posición del Ejecutivo, calificando el posible despliegue estadounidense como un “acto inaceptable” y una “repetición de los errores del pasado”.
Según NBC News la operación en discusión formaría parte de un plan más amplio de “acción directa” contra redes transnacionales de narcotráfico.
El esquema incluiría ataques selectivos contra laboratorios clandestinos, pistas de aterrizaje y estructuras logísticas de los cárteles, con el argumento de que México no ha logrado contener la producción y el tráfico de fentanilo.
No obstante, exfuncionarios del Departamento de Defensa advirtieron que una incursión militar violaría la soberanía mexicana y podría agravar las tensiones bilaterales, especialmente tras el reciente enfriamiento de las relaciones diplomáticas por la revisión de acuerdos migratorios y de seguridad fronteriza.
La postura del Ejecutivo mexicano busca mantener el equilibrio entre la cooperación en materia de seguridad y la defensa plena de su soberanía territorial. Sheinbaum ha sostenido que la cooperación con Washington “debe basarse en el respeto mutuo, la transparencia y la corresponsabilidad”, insistiendo en que México no es ni será un protectorado militar.
Las incursiones militares de Estados Unidos en México han dejado huellas profundas en la memoria mexicana. La ocupación de Veracruz en 1914, el intento de captura de Villa en 1916 y las presiones posteriores durante la Guerra Fría consolidaron un consenso político transversal: el territorio nacional no debe ser escenario de operaciones extranjeras.
La tradición de defensa soberana, articulada desde los gobiernos posrevolucionarios, ha sido reafirmada por sucesivos presidentes, desde Lázaro Cárdenas hasta Andrés Manuel López Obrador, y hoy continúa siendo uno de los principios centrales de la administración de Sheinbaum Pardo.
México ha reiterado que las estrategias conjuntas deben orientarse al desarrollo social, la inteligencia compartida y el fortalecimiento institucional, no al uso de la fuerza externa.
En palabras recientes de Sheinbaum: “La defensa de la soberanía no es una consigna política, es un principio histórico que ha costado sangre y dignidad al pueblo mexicano”.
Tomado de teleSUR / Foto de portada: EFE.

