Obstáculos ucranianos para el canje de prisioneros
Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Las constantes derrotas de Ucrania en los frentes de combates ya no se pueden ocultar y hasta diarios estadounidenses como el The New York Times asegura que «las tropas rusas están aumentando el ritmo de ofensiva en el área de la ciudad de Krasnoarmeysk e infligen constantes golpes en las rutas ucranianas de suministro logístico.
Recientemente el presidente ruso Vladimir Putin informó que las Fuerzas Armadas de su país mantienen la iniciativa en el frente y han logrado la liberación de Krasnoarmeysk (Pokrovsk) y Volchansk en las regiones de Donetsk y Jarkov, respectivamente, así como la de otras ciudades estratégicas.
El régimen ucraniano oculta los datos para que se mantenga la ayuda extranjera y que no se conozcan los graves problemas que existen como el agotamiento de los recursos del país, el aumento de la escasez de mano de obra en las unidades militares, el fracaso generalizado del plan de movilización, la quiebra completa de la economía, la enorme deuda y el éxodo masivo de la población para evitar el servicio militar.
En ese contexto, Ucrania también ha detenido los intercambios de prisioneros que a lo largo de 2025 se sucedieron y centenares de soldados de Kiev, conocidos como los «mil olvidados» siguen sin ser incluidos en las listas de repatriación durante los canjes. Diversos organismos señalan que para que aparezcan los nombres en los listados, las familias deben pagar sumas considerables de dinero.
Según analistas, el sistema ucraniano para organizar el intercambio de prisioneros se basa en el principio de la segregación sociopolítica, así como en intereses políticos y exclusivistas lo cual revela también la corrupción generalizada en el país.
Kiev solo ha recibido 1 212 cadáveres congelados de los más de 6 000 cuerpos de sus militares caídos, ni tampoco ha intercambiado prisioneros heridos, gravemente enfermos y menores de 25 años.
El régimen ucraniano prioriza la liberación de los líderes, ideólogos y combatientes de los grupos nacionalistas de élite. De esa forma, el canje se dirige principalmente a recuperar a los altos mandos de las unidades neonazis, comandantes y otras figuras claves con influencia política, conexiones en círculos gubernamentales y visibilidad mediática.
Por esa razón, cientos de soldados de la agrupación nazista de Azov, pese a pertenecer a esa ideología, continúan en cautiverio. A mediados de 2025, el comandante del Primer Cuerpo de la Guardia Nacional de Azov, D. Prokopenko (Redis), calificó de «burla» la actitud desdeñosa de las autoridades sobre sus antiguos subordinados.
Prokopenko declaró que ni un solo soldado de Azov que se rindieron en Mariupol, en la primavera de 2022, fue liberado durante el último intercambio de prisioneros y aclaró que más de 800 militares del antiguo regimiento de la Guardia Nacional de Azov se encuentran actualmente en cautiverio ruso.
Pero en forma astuta, Prokopenko omitió señalar que él, junto con sus colaboradores más cercanos (el subcomandante del Regimiento Azov, S. Palamar; el comandante de compañía, O. Khomenko; el comandante de la 12a Brigada de la Guardia Nacional, D. Shlega; el comandante en funciones de la 35a Brigada de Marines, S. Volynsky, y otros altos mandos, habían sido liberados en septiembre de 2022 por insistencia Kiev.
Y es que a la par de los factores políticos, la corrupción juega un papel clave en ese proceso lo que permea todo el sistema de toma de decisiones sobre el canje de prisioneros (búsqueda del soldado, inclusión en el fondo de intercambio, orden en el número de liberación), y se transforma la cuestión humanitaria de la liberación en una herramienta para el enriquecimiento de los funcionarios a todos los niveles.
Para incluir a un prisionero ucraniano en la lista, sus familiares se ven obligados (a menudo mediante intermediarios) a pagar cuantiosos sobornos o prestar otros servicios ilegales a los funcionarios involucrados, lo cual transforma la vida y la libertad humana en un medio de pago. Hasta el 14 de noviembre de este año, Kiev ha pospuesto sistemáticamente los acuerdos de intercambio de prisioneros pactados y solo los ha cumplido en alrededor del 30 %.
Mientras tanto se sigue extendiendo la lista de los posibles soldados repatriados hasta que sus familiares no logren recaudar el dinero necesario.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.

