Cuba

Para esos que viven engañados

Un día como [ayer] 13 de julio, hallan sin vida el cuerpo de un pescador, asesinado por marines yanquis de la ilegal Base Naval de Guantánamo.

Esta es la historia …

11 de julio de 1962… Era un día cualquiera de su trabajo como pescador cooperativista y esperaba regresar temprano al hogar, quizás para comentar en familia los secretos del silencio y las nostalgias de un hombre solo, enfrentado con el mar.

En horas de la tarde aborda su lancha «Las Dos Hermanas” para cumplir con su pesquería diaria. En su hogar dejaba a sus hijos Maricela (7) y Rodolfo (5), y a su esposa Berta, embarazada de la que luego sería su hija Reina.

Un beso a su mujer y la caricia al vientre que cargaba el tercer hijo, fue la despedida de Rodolfo Rosell Salas aquel 11 de julio. No podía imaginar el joven pescador de Caimanera su aciaga suerte.

12 de julio… su esposa Elisa Bertó se levantó un poco más temprano que los demás días, como siempre hacía cuando Rodolfo andaba de pesquería. Pero este día era diferente, algo la inquietaba.

Así lo relató su esposa Elisa Bertó:

Cuando fui, como de costumbre, a llevarle el desayuno, y él no apareció, eso me aterró, porque era la primera vez que no se presentaba. Mi esposo no desconocía el peligro que significaba atravesar el canal de entrada de la bahía de Guantánamo, porque a ambos lados estaban apostados los soldados norteamericanos, quienes incluso una noche le habían tirado. A partir de ese momento el temor me embargaba cada vez que salía al mar, y por eso le pedí que dejara de hacerlo, pero él no cejó nunca en el empeño.

Cuando la esposa del pescador dio la voz de alarma, sus vecinos y amigos iniciaron la búsqueda que se prolongó hasta las 7 de la mañana del siguiente día.

13 de julio… en la zona de Tres Piedras, un cayo dentro del territorio de la ilegal Base Naval estadounidense, y distante a unos ocho kilómetros del poblado de Caimanera, es avistado el bote del pescador, el cual estaba encallado y ladeado completamente.

Dentro, en la popa (la parte posterior del bote) se encontró el cadáver, boca arriba y en estado de descomposición, de Rodolfo Rosell Salas con su ropa hecha jirones y signos de salvajes torturas. Su perro ladraba como loco.

En su cráneo y otras partes del cuerpo eran visibles las perforaciones hechas probablemente con punzones, y hematomas de una cruel golpiza. La causa de la muerte fue una hemorragia intracraneana. En el certificado de defunción constó que la causa directa de muerte fue hemorragia intracraneana, tras golpes con objetos fuertes. Y la indirecta: heridas por instrumento punzante.

Fue otra infamia de los marines de la Base Naval de Guantánamo. Fue un horrendo crimen, hacia un sencillo pescador que abrazó la causa revolucionaria, y quien jubiloso y orgulloso, vestía su uniforme verdiazul de las Milicias Nacionales, desde el triunfo de la Revolución. Acababa de cumplir tan solo, 29 años.

El sepelio de Rodolfo Rosell Salas fue una estremecedora manifestación de duelo en la localidad de Caimanera, y un rotundo rechazo del pueblo cubano a la barbarie norteamericana.

Sus restos mortales descansan en el Panteón de los Mártires en el municipio de Caimanera.

Nota: Aunque fuerte, decidimos mostrar la imagen de su cuerpo sin Vida, porque grafica sin dejar margen a dudas, lo mucho que «importa” la vida de nuestra gente al gobierno de los EE.UU.

Agradecemos a los amigos del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE – DSE)

Tomado del Perfil de Facebook de Ale JC Boyeros Comunicación

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