«Desde su fundación, la Casa de las Américas trabaja desde Cuba frente a la colonización cultural»: Fernando Luis Rojas
Conversamos, durante el pasado IX Encuentro Continental, Latinoamericano y Caribeño de Solidaridad con Cuba, con el intelectual cubano Fernando Luis Rojas, director editorial de la Casa de las Américas de La Habana y coordinador del Capítulo Cubano de la Red en Defensa de la Humanidad. Les ofrecemos la entrevista en video y también en transcripción escrita.
En la Ciudad de México, en el IX Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba, vamos a conversar con Fernando Luis Rojas. Él es el director editorial de la Casa de las Américas, esa prestigiosa institución cultural de la República de Cuba, y también es el coordinador del Capítulo Cubano de la Red en Defensa de la Humanidad.
Cubainformación
Después de presentarte, saludarte y darte la bienvenida, te quería preguntar, Fernando Luis: en un país como Cuba, que atraviesa un momento económico tan delicado, ¿cómo se consigue continuar con la prioridad de la cultura? ¿Cómo se logra seguir llevando la cultura a la población?
Fernando Luis Rojas
Muchas gracias por la oportunidad de conversar. Sin duda, la cultura es uno de los ámbitos más golpeados en un escenario de dificultades económicas, que se reflejan desde el punto de vista social desde diferentes perspectivas. Uno de los ámbitos más golpeados siempre es el cultural. Al mismo tiempo, el hecho de que hable, como decías en tu presentación, desde la Casa de las Américas —que es una institución creada el 28 de abril de 1959, una de las primeras medidas revolucionarias del gobierno, o una de las primeras medidas del gobierno revolucionario, como quisiéramos decirlo— expresa la relación y la perspectiva que, desde el primer momento, tuvo la Revolución también como un cambio cultural.
Por lo tanto, en medio de las dificultades existentes, renunciar al peso que tiene la promoción de la cultura, y sobre todo a tratar de hacerla llegar a los y las cubanas en su sentido más amplio, sería prácticamente renunciar a uno de los pilares del proyecto. Es por ello que la Casa de las Américas sostiene y busca todas las alternativas posibles para continuar con su labor, específicamente dentro del ámbito editorial, que también está muy golpeado por la carencia de papel, por las medidas hostiles y unilaterales por parte de los Estados Unidos —codificadas en diferentes leyes— y que impactan directamente nuestra labor.
Tendría muchos ejemplos; he conversado con algunos compañeros y compañeras y les decía: en la vida cotidiana, en las prácticas cotidianas, para poder producir libros, para poder editar, para poder relacionarnos en términos de derecho de autor, se ven impactos concretos de esas afectaciones y de esas medidas. Entonces, en ese escenario, seguimos apostando por ser ese puente con América Latina y el Caribe, con Nuestra América, esa Nuestra América de Martí, pero también desde la visión ampliada que ha ido aportando la Casa de las Américas. Y más allá de eso, sin limitarnos a este ámbito, sino también conectando con otras causas que siempre han estado en las prioridades y en las líneas de acción de la Casa.
No hay que olvidar que, en el año 1968, la propia fundadora de la Casa de las Américas, Haydée Santamaría, estuvo en Vietnam, y la Casa manifestó siempre su solidaridad con los pueblos del denominado Tercer Mundo, como lo sigue haciendo hoy, por ejemplo, con causas como la de Palestina.

Cubainformación
La Casa de las Américas es una institución cultural cubana muy reconocida, no solamente en América Latina, sino en el mundo; tienen un enorme prestigio. Pero, además, la Casa es una organización que se relaciona con otras organizaciones, fundamentalmente de América Latina, y leemos prácticamente cada semana declaraciones de la propia Casa manifestándose en repulsa a determinados acontecimientos, en solidaridad con determinados pueblos. Es decir, que tiene una vida más allá de la propia producción cultural. Me gustaría que nos hablaras un poco de esto.
Fernando Luis Rojas
Sí, la Casa, digamos, tiene como centro algo que, en la perspectiva de Haydée, estuvo muy claro desde el primer momento: que, por el proceso de radicalización de la Revolución Cubana, en un momento u otro, más temprano que tarde, buena parte de los gobiernos de América Latina en aquel momento iban a romper sus relaciones con Cuba, como en efecto ocurrió, con la excepción de México. Y que Cuba no podía aislarse, y que el pueblo cubano no podía aislarse de la cultura de América Latina y el Caribe, ni de la cultura del mundo.
¿Qué quiere decir eso? Que hay una relación mucho más allá de las que se puedan establecer entre gobierno y gobierno; que hay una relación que se da pueblo a pueblo; que hay una relación que se da entre instituciones de nuestro continente. Y a eso sigue apostando la Casa de las Américas: a mirar también a las causas de los pueblos. Hay un vínculo, por una parte, con artistas, escritores e intelectuales que, en la mayoría de los casos, también comparten esa reivindicación y esa solidaridad con determinadas causas justas. Y es un compromiso que ha asumido la Casa el de plantear esta denuncia del avance de la ultraderecha, del avance de expresiones del fascismo, que ya había visto de una manera muy clara, en el 2003, Fidel, en un escenario también muy complejo para Cuba, en el cual incluso algunos amigos que habían sido amigos tradicionales de la Casa y de Cuba cuestionaron determinados acontecimientos que se dieron, asumieron una posición crítica en relación con Cuba. Y eso hizo que, entre otras cosas, surgieran experiencias como la Red en Defensa de la Humanidad, a partir de un encuentro de Fidel con un grupo de intelectuales mexicanos en el 2003.

Entonces, la Casa, digamos, no es un nuevo aporte el que está dando; es un acto de fidelidad y lealtad a la historia que ha mantenido hasta el momento. Haydée fue la secretaria ejecutiva de la Organización Latinoamericana de Solidaridad; ahí se explica, en una entrevista publicada en la revista “Casa de las Américas”, por qué las figuras de Bolívar y el Che fueron las que presidieron el encuentro de la Tricontinental en La Habana, y que, al mismo tiempo, fue también un posicionamiento por las causas internacionales. Por eso es que ahora nosotros tampoco somos ajenos a lo que sucede en Palestina, al despliegue militar que se está dando por parte de los Estados Unidos en el Caribe, las amenazas directas que se están dando contra Venezuela, donde además compartimos con escritores o con el posicionamiento de intelectuales y escritores. Te puedo mencionar el caso, por ejemplo, de Luis Britto García.
O sea, nosotros también recogemos en nuestro posicionamiento las perspectivas, las visiones, las ideas de intelectuales de América Latina y el Caribe. Luis Britto García ha sido tres veces Premio Casa de las Américas; o sea, no estamos hablando de alguien ajeno a la Casa, o alguien que tiene una relación, por ejemplo, distante de la Casa, o que se ha dado en los últimos años; es una relación que viene de décadas. Y que, al mismo tiempo, en un acto de fidelidad, en un acto de lealtad, la Casa contribuye con esos posicionamientos.
Y decía que los trabajadores de la Casa no son solo los que habitan en sus paredes, sino también todos los que contribuyen de una manera u otra desde fuera de Cuba. Y yo creo que lo lógico, desde el punto de vista de nuestra labor, sería ser consecuentes con esa solidaridad y ese vínculo que se ha expresado con la Casa.

Cubainformación
Tú eres el coordinador del Capítulo Cuba de la Red en Defensa de la Humanidad. Me gustaría que me hablaras un poco de esta red. Y yo creo que, por lo menos es lo que siento, que, en los últimos tiempos, desde la propia Casa de las Américas, desde Cuba y desde Venezuela, se está tratando de reimpulsar esta red, que de alguna manera se había quedado más tranquila en los últimos años. Y yo creo que, a tenor de los acontecimientos, sobre todo en América Latina, y de la actual ofensiva de Estados Unidos, parece con más utilidad que nunca, ¿es así?
Fernando Luis Rojas
Sí, a mí me parece que el escenario es un escenario que exige el trabajo de todas estas iniciativas que se han dado, con la perspectiva de unir. Si algo nos ha demostrado la ultraderecha más rancia es que es capaz de organizar sus congresos, es capaz de articularse, es capaz de trazar, desde posicionamientos que pueden estar en los Estados Unidos, en Venezuela, en el propio Estado español, en Argentina, líneas de mensajes y casi hablar el mismo idioma, e incluso proponer a las mismas personas para determinados premios. Entonces, eso implica que nosotros seamos capaces también de articular en defensa de las causas justas de los pueblos.
En efecto, estamos trabajando a partir de la definición de una nueva coordinación internacional de la Red, que tiene sede en Caracas, y desde el propio Capítulo Cubano, en la perspectiva amplia de esa Red. Es decir, cuando se habla de artistas, intelectuales y movimientos sociales, te da la visión, la amplitud de esa Red; la manera en que caben las reivindicaciones también de determinados sectores que deben encontrar vía de expresión a través de ella: las manifestaciones de las defensas de los derechos de las comunidades sexodiversas, de las comunidades negras, de las comunidades de nuestros pueblos originarios, y la manera en que eso articula frente a un proyecto internacional de hegemonía cultural, o sea, de colonización.
En Cuba, hace unos años, se aprobó un programa nacional de lucha contra la colonización cultural, y nosotros decíamos que es algo que viene haciendo la Red, o que se ha planteado la Red en Defensa de la Humanidad desde su surgimiento a principios de los años 2000, y que, al mismo tiempo, es algo que se propuso la Casa de las Américas desde su fundación. O sea, la Casa de las Américas se convirtió en la entrada de literatura de artistas antisistémicos, que estaban fuera de ese canon que trata de presentarnos a la civilización occidental como un patrón del blanco, varón, heterosexual, occidental. Y que, por supuesto, por ahí va un poco la batalla que estamos dando.

Equipo de Cubainformación en Ciudad de México: Ana Gil, Lázaro Oramas, José Manzaneda, Aline Pérez Neri.
Tomado de Cubainformación

