En La Habana, el mundo dentro de un piano
Por Pedro de la Hoz.
Por sexta ocasión, esta vez hasta el 11 de junio, el Encuentro de Jóvenes Pianistas tiende un puente entre los talentos de la Isla y de otras partes del mundo: 19 conciertos y recitales, ejecutantes de nueve países, renovada oportunidad para que el público sienta, desde otra perspectiva, que en La Habana todas las músicas están destinadas a enriquecer el espíritu.
En el centro de la fiesta se halla el empeño de un cubano emprendedor que nunca ha dejado de respirar los aires de la Isla, de la ciudad donde nació y a la que vuelve una y otra vez: Salomón Mikowsky, miembro de Honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Una década atrás, con Eusebio Leal, pactó las bases de evento: convocar en La Habana a jóvenes pianistas de carreras ascendentes, la mayoría de ellos discípulos suyos en la Manhattan School of Music, prestigiosa institución musical en la que Salomón Mikowsky es, a su vez, uno de los más prestigiosos pedagogos.
Desde su primera versión, en 2013, han pasado por los escenarios habaneros intérpretes de primera línea que no solo entregan, sino que viven la experiencia de estar en un país donde se consolida un sistema de enseñanza artística, en el cual el piano ocupa un lugar jerárquico, prominente y exalta una tradición.
Salomón Mikowsky, formado inicialmente por uno de los grandes maestros cubanos, César Pérez Sentenat, y autor de una extraordinaria contribución al conocimiento de la pianística insular, Ignacio Cervantes y la danza cubana del siglo xix, se ha encargado de promover en los repertorios de sus pupilos la obra de notables compositores cubanos de todos los tiempos.
Esta vez, por ejemplo, sonarán en los recitales piezas de Leo Brouwer, Roberto Valera, Juan Piñera, José María Vitier, Aldo López Gavilán y Ernesto Oliva.
El vínculo entre la Patria y el mundo –la cubanía universal– quedó convenientemente subrayado desde los primeros compases del festival, cuando la violinista francesa (es excepcional la presencia de una ejecutante de otro instrumento) Chloé Kiffer interpretó la Havanaise en mi mayor, de Camille Saint Saens, dedicada por este, hace 135 años, al cubano Rafael Díaz Albertini (1857-1928), y el ruso Alexander Moutouzkine, muy valorado por nuestro público, dos de los Grandes Estudios de ejecución trascendentes, de Nicolás Ruiz Espadero (1832- 1890, rescatados editorialmente el año pasado por el profesor José Raúl López. Para Díaz Albertini y Ruiz Espadero, José Martí tuvo palabras de elogio.
El peso del VI Encuentro de Jóvenes Pianistas lo llevan el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, que con tanta diligencia y consagración, desde su fundación, hace diez años, dirige la doctora Miriam Escudero, y la Dirección de Gestión Cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. En los espacios del centro histórico, la sala Ignacio Cervantes y la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, se llevan a cabo los conciertos.
Tomado de Granma/ Foto de portada: Cubarte.