Vuelta al diálogo en Ecuador entre Gobierno y dirigencia indígena plantada contra medidas neoliberales
Por Liset García* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Cara a cara otra vez con los representantes del ejecutivo ecuatoriano, los indígenas, como prometieron, volvieron a la carga con sus demandas en una mesa de diálogo desde este jueves. No están dispuestos a seguir tolerando abusos y exclusiones, y su objetivo es mantener la agenda de defensa de sus pueblos y nacionalidades, que al mismo tiempo es una lucha por el bien de toda la ciudadanía sometida a las medidas neoliberales despiadadas del gobierno.
De acuerdo con declaraciones de Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), en su cuenta de la red social Twitter, @LeonidasIzaSal1, la mesa técnica de diálogo con el Gobierno que se extenderá por 90 días debe conducir a la obtención de resultados en los temas de la agenda nacional, que sean para beneficio de la mayoría de las familias del país.
Hoy se instaló la mesa técnica de diálogo con el Gobierno, desde la CONAIE ponemos toda nuestra predisposición para que este proceso conduzca a la obtención de resultados en los temas de la agenda nacional, que sean para beneficio de la mayoría de familias del país.#conaie pic.twitter.com/7AYT1Y5GOC
— Leonidas Iza Salazar Oficial (@LeonidasIzaSal1) July 7, 2022
Y exhortó a transitar hacia la construcción de “una sociedad que participe del otro, y respete las diferencias, o estamos en un hilo muy fino de pasar de un Estado racista a un Estado fascista”, apuntó.
O transitamos a construir una sociedad que participe del otro, y respete las diferencias, o estamos en un hilo muy fino de pasar de un Estado racista a un Estado fascista. #conaiehttps://t.co/RMX7wFtt1X
— Leonidas Iza Salazar Oficial (@LeonidasIzaSal1) July 7, 2022
Con la mediación de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y en su sede, donde se suscribió el acuerdo para poner fin al paro nacional, volvieron a entrar en debate para avanzar en las medidas que propicien políticas beneficiosas para la población, en especial las familias de menos ingresos, demandas cuyas soluciones hace más de un año estaban a la espera.
La fuerza y la firmeza de los miles de indígenas movilizados del 13 al 30 de junio pasados, a quienes se sumaron diversos sectores sociales, obligaron al Ejecutivo a sentarse a negociar, a lo que personalmente el presidente Guillermo Lasso estaba renuente. Y aunque no asistió al encuentro en el que se firmó el acuerdo al que ahora darán continuidad, tuvo que enviar a su ministro de gobierno, Francisco Jiménez, quien ahora previamente se ha reunido con los ministros.
La Conaie y otras organizaciones prometieron volver a las calles si no se avanza en otorgarle mayor atención al agro, en el respeto a los derechos colectivos, aplicar moratoria a las deudas, más presupuesto para salud y educación, bajar y congelar los precios de los combustibles, pedidos incluidos en el pliego de 10 demandas que oficialmente habían entregado al Gobierno el pasado año.
El paro nacional, el más largo de todos los movilizados por organizaciones indígenas, demostró el poder de convocatoria, de resistencia y compromiso social de esa fuerza contra las políticas neoliberales que vienen aplicándose. No hay mejor consejero para un Gobierno que el aviso que dan los pueblos cansados de ser pisoteados, por lo que en el diálogo tendrán que dar verdaderos pasos hacia el alivio de la situación en que vive la mayoría de los ecuatorianos.
Las expectativas de lograr mejores acuerdos que los del inicial acuerdo de paz, están a la vista. Iza ha dicho que no se resolverán los problemas estructurales de la sociedad, pero “en algo puede aliviar”. Señaló que hay avances en algunos temas y en otros “más complejos” deberán incluirse otros actores, a sabiendas de que los “temas indígenas” se han convertido en planteamientos nacionales, lo que indica una radicalización del proceso, extendido más allá de sus propósitos iniciales.
En el tablero están los acápites en los que ya se avanzó. La rebaja del precio de los combustibles, cambios en las políticas petrolera y minera, la declaratoria de emergencia en el sector de la salud, y el compromiso de que no haya más concesiones mineras en reservas naturales, zonas arqueológicas y territorios ancestrales de indígenas.
Pero aún quedan puntos altamente neurálgicos como la moratoria de por lo menos un año para el pago de deudas y su renegociación con bancos públicos y privados, además de reducir los intereses; suspender la privatización de sectores estratégicos; frenar la precarización laboral y establecer entre otras políticas públicas las que propicien el respeto de los derechos a una educación intercultural bilingüe en un país plurinacional.
En su programa, la Conaie reclama también la reforma a la Ley de la Amazonía, estratégica para el presente y el futuro del país, amenazado por la expansión de las transnacionales y la destrucción de los recursos naturales. Un plan que toca de cerca los bolsillos de los que tienen más, a costa de los que ya alzaron su voz porque no quieren seguir con sus bolsillos vacíos.
(*) Periodista cubana. Colabora con Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: EFE.