Todos los brazos y esfuerzos por Cuba
Por Wennys Díaz Ballaga.
«¡Qué orgullo tener la oportunidad de trabajar, mano a mano, en un trabajo voluntario, con el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República!», escribió en Twitter Natalia. «No es pose, es actitud. Es el mismo Díaz-Canel que, cuando era miembro del Comité Nacional de la UJC, vimos domingo tras domingo en jornadas como esas en centros laborales a los que iba en bicicleta, lo mismo en el Cotorro que en Marianao», posteó Iroel Sánchez.
Pero no era solo el Jefe de Estado. Allí, en el barrio Juan de Dios Fraga, del municipio de La Lisa, era uno más de un pueblo aguerrido y noble. Fue a trabajar, a hacer Revolución, que al decir de Fidel es «el deber de todo revolucionario».
Respondió Cuba toda. Sus jóvenes y trabajadores, sus intelectuales y científicos, sus deportistas y artistas, sus obreros, sus militares, sus maestros, en fin, sus mujeres y hombres, al llamado de la Central de Trabajadores de Cuba asistieron a este dominical esfuerzo por la recuperación de los daños al paso del huracán Ian por la zona occidental del país. Quienes no fueron afectados también dijeron sí a la convocatoria, en labores que apoyan la producción para los más necesitados. La Patria llamó, y sus patriotas saltaron a la manigua de la recuperación.
Claro que se trata de una obra de amor, porque es, justamente, inspirada en el ejemplo del Che, el de Cuba, el de América, el invencible, el hombre que quisieron matar, pero lo multiplicaron; por eso le teme tanto el imperialismo. Fue él quien promovió estos gestos para colaborar con la Patria en los momentos más tensos, porque fue también el que dijo que «un verdadero revolucionario es guiado por grandes sentimientos de amor».
Allí, en La Lisa y en la Cuba que lo acogió como un hijo, estaba el Guerrillero Heroico, a 55 años de su caída en combate, expresado en las palabras del Primer Secretario, cuando afirmó que jornadas como estas engrandecen «la convicción de que el Che está presente, y de que no hemos renunciado a construir el hombre nuevo».
Por eso en Juan de Dios Fraga el jefe y el subordinado fueron uno solo en el mismo sudor que brotó en el escombreo que puso más bonito al barrio. Mientras, en Pinar del Río y Artemisa, los heroicos eléctricos, como los definió el Presidente, al calificar de hazaña lo realizado por el pueblo, se cuelgan de los postes para alumbrar a los vegueros, después de que en tiempo récord encendieran a La Habana y, sin pedir ni agua, salieron para Vueltabajo y Artemisa.
Tras el esfuerzo de todos, Díaz-Canel escuchó preocupaciones e inquietudes sobre el acontecer de la nación; reflexionó que lo que daña un ciclón en seis horas, no se puede recuperar en el mismo periodo de tiempo. Comentó que es entendible que las personas, ante la falta de fluido eléctrico y de agua, se desesperen, pero también hay que comprender que hay otros que trabajan 24 horas para restablecer esos mismos servicios, apuntó.
Agradeció a los científicos residentes en la comunidad de La Lisa por la batalla contra la COVID-19, y también habló de las afectaciones a la agricultura y a las viviendas, que requieren tiempo, pero se buscan alternativas de inmediato, aseguró.
Compartió que «Toda Cuba, yo diría, tiene puestos sus ojos en Pinar del Río y Artemisa, pero sobre todo en Pinar del Río, que es el lugar más complicado», enfatizó, al describir de desolador lo ocurrido allí, donde, sin embargo es otra heroicidad de los linieros que ya tengan recuperado más del 30% del servicio eléctrico.
«Somos una familia de cubanos, podemos compartir aquí sin ninguna frontera de cargos, de orígenes, de situaciones, de color de la piel, de género; sencillamente como cubanos libres, en la Cuba socialista», dijo emocionado.
Este domingo da fuerzas, pues por el Che, por Cuba y por su Revolución, se hizo realidad su concepto de resistencia creativa y su frase: «Vamos a sumar brazos y esfuerzos entre todos».
Tomado de Granma / Foto de portada: Ismael Batista.