Van camino al exterminio: la ofensiva contra el pueblo palestino
Por Marcos Farfán Farjat.
Vivir en Gaza es vivir en una gran prisión, en una cárcel al aire libre desde 1967. Dos millones y medio de palestinos, de seres humanos en condiciones de muchísima más hacinación de la que sufrieron en el gueto de Varsovia donde habían sido encerrados miles de judíos durante el nazismo hitleriano.
Dos millones y medio de personas que viven arrinconadas en 10 x 40 kilómetros, dependiendo por completo del abastecimiento de agua de la voluntad israelí, la cual infinidad de veces ha sido intencionalmente contaminada por el Estado sionista con el único fin de agilizar el exterminio de los palestinos. Dependen, por igual, de la energía eléctrica y del monopolio en el abastecimiento de alimentos provenientes de Israel, muchos en estado de descomposición que son, en realidad, lo que los judíos han desechado.
Cientos de niños víctimas de diarreas e infecciones mortales, completamente cercados y también sometidos a los bombardeos e incursiones durante casi todos los días durante los últimos 46 años. Incursiones en las que el ejército israelí procede a realizar limpiezas étnicas, asesinando sin discriminación alguna a ancianos, niños o mujeres y sembrando el terror entre la población.
Estos factores pueden haber sido la causa de que el pueblo palestino de Gaza haya tomado una decisión colectiva de carácter suicida en la que, a sabiendas de la omnipresencia y poderío militar innegablemente superior de Israel, hubieran resuelto liberarse del oprobio sionista, rompiendo los muros de la opresión en la que «o todos se hunden y se someten al exterminio debido a que en esas condiciones ya es imposible seguir viviendo», o bien «rompen los muros, amplían sus fronteras, hacen retroceder al enemigo y recuperan su soberanía». Sería un sueño hecho realidad.
Pero es casi imposible creer que dos millones y medio de seres humanos pudieran tomar esa decisión porque no es más que marchar directamente a su desaparición, y no hay en el mundo ser humano que hubiera perdido el instinto de supervivencia, si no, no seríamos 8 mil millones.
La magnitud del ataque palestino de Hamas, absorbiendo los daños colaterales como los muertos en el festival Triple of Nova o los rehenes secuestrados o soldados judíos muertos o secuestrados, le cae “como anillo al dedo”, desde todo punto de vista, al Estado sionista. No pudo tener mejor pretexto y oportunidad para barrer con Gaza y «limpiar a esos animales salvajes», según palabras de las dirigencia judía, quedándose, por fin –y sin que nadie los acuse de verdugos, sino en calidad de víctimas–, con un territorio libre para nuevos asentamientos judíos y sin el incordio y riesgo palestino de reclamos en la ONU o quizás nuevos cohetes.
Por eso llama muchísimo la atención de que aparentemente el Mossad y demás servicios de inteligencia israelíes no hubieran conocido de antemano el plan de bombardeo de misiles y ruptura del cerco por Hamas.
Será creíble que el mejor servicio de inteligencia del mundo, con satélites que observan cada movimiento, con agentes infiltrados dentro de Gaza y dentro de Hamas, no hubiera tenido conocimiento con anterioridad del ingreso de miles de misiles y sus intenciones. Eso da mucho que pensar.
Y da mucho que pensar porque, conociendo el viejo modus operandi de la CIA y de todos los servicios de inteligencia occidentales, incluido el Mossad por supuesto, sabemos que son expertos en organizar falsos positivos, en crear y fabricar organizaciones terroristas a su imagen y semejanza como es el caso de Al Qaeda y el atentado a las Torres Gemelas, moujaidines que tumbaron a los soviéticos en Afganistán, contra los que, paradójicamente, después los propios norteamericanos pelearon más de 20 años, el Estado Islámico, en fin, muchas criaturas de esos servicios de inteligencia con el único fin de hacer desaparecer países o poblaciones y organizaciones revolucionarias como lo hicieron en Irak, Libia, Yugoslavia y ahora, posiblemente lo están logrando con Hamas y el pueblo palestino de Gaza.
Por eso, la capacidad de penetración dentro los movimientos políticos de parte de la CIA y compañía, son inmensos y bajo el manto de más revolucionarios, de más radicales, aparecen movimientos que no solo dividen a las organizaciones y pueblos, sino que logran su exterminio o desaparición, como bien puede estar sucediendo en Gaza a la que ya le han cortado todos los suministros de agua, luz, alimentos y le han cerrado el único paso de salida para que la población escape o se refugie, que es la frontera con Egipto.
El sionismo va camino al exterminio y desaparición de un pueblo, el pueblo palestino.
Tomado de Movimiento Guevarista.