Sudáfrica demanda a Israel por genocidio (con G de Gaza)
Por Víctor de Currea-Lugo.
Es muy difícil hacer un balance de la información que va y viene sobre la crisis porque muchos medios están sesgados y porque las fake news están al orden del día. Se requiere una rigurosidad que no es fácil de encontrar.
Por eso, hablar de lo que pasó basado en un documento oficial de un Estado -Sudáfrica- contra Israel, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ)[1] es bastante responsable. Y no solamente se trata de una cuantificación de hechos (cuyos números cambian todos los días) sino de su calificación jurídica, que apunta efectivamente a que estamos frente a un genocidio.
Sudáfrica presentó una demanda contra Israel ante la CIJ por genocidio. Y en la introducción de su documento sostiene que “Los actos y omisiones de Israel (…) son de carácter genocida porque tienen por objeto causar la destrucción de una parte sustancial del grupo nacional, racial y étnico palestino…”.
Sudáfrica cita la Convención contra el genocidio, que fue impulsada en la comunidad internacional por Israel, porque fue redactada pensando en los millones de muertos, muchos de ellos judíos, en la Segunda Guerra Mundial.
Sobre la intención genocida hay un gran debate, pero dice Sudáfrica: “Esa intención también debe deducirse debidamente de la naturaleza y la conducta de la operación militar de Israel en Gaza, habida cuenta, entre otras cosas, de que Israel no ha proporcionado ni garantizado alimento, agua, medicamentos, combustible, refugio y otra asistencia humanitaria esenciales para el pueblo palestino asediado y bloqueado, lo que los ha empujado al borde del hambre”.
Esto incluye tanto los actos como la omisión de “no prevenir o castigar la incitación directa y pública al genocidio por parte de altos funcionarios israelíes y otras personas”, porque, como se observa, hay “reiteradas declaraciones de los representantes del Estado israelí, incluso al más alto nivel, formuladas por el presidente, el primer ministro y el ministro de Defensa de Israel expresan intenciones genocidas.”
Y estos actos, según Sudáfrica, deben enmarcarse “en el contexto más amplio de la conducta de Israel hacia los palestinos durante sus 75 años de apartheid, su ocupación beligerante de territorio palestino durante 56 años y su bloqueo de Gaza durante 16 años, incluidas las violaciones graves y continuas del derecho internacional…”.
Los hechos que examina Sudáfrica se dan “en un contexto de apartheid, expulsión, limpieza étnica, anexión, ocupación, discriminación y la constante negación del derecho del pueblo palestino a la libre determinación”.
Israel se ha defendido llamando “antisemita” a todo el que haga acusaciones en su contra por genocidio, pero los datos son contundentes: para el 29 de octubre “se estimaba que 6.000 bombas por semana habían sido lanzadas sobre el pequeño enclave”, por lo que Sudáfrica sostiene que “Ningún lugar es seguro en Gaza”. Así mismo, el número de desplazados, de muertos, de civiles heridos, de daño a los servicios de salud es simplemente brutal.
Sudáfrica documenta que el ataque a niños, personal de salud, civiles y hasta discapacitados es una práctica deliberada. Cita documentos oficiales de las Naciones Unidas para demostrar que ese tipo de prácticas -y otras como la demolición de casas, la afectación a periodistas, el ataque a hospitales, el uso de fósforo blanco, la destrucción de la economía local, el bombardeos de bienes civiles de manera indiscriminada y las detenciones masivas- han sido recurrentes durante estos años de ocupación.
La intensidad de los asesinatos de periodistas se da “a un ritmo significativamente más alto de lo que ha ocurrido en cualquier conflicto en los últimos 100 años” y cuyo número, en los primeros dos meses, “superó el de la totalidad de la II Guerra Mundial”.
¿Por qué dice Sudáfrica que es un genocidio?
La definición de genocidio se aplica a la matanza de palestinos “en gran número”, a los “graves daños corporales y mentales a los palestinos en Gaza, incluidos los niños palestinos; y la decisión de producir “condiciones de vida destinadas a causar su destrucción como grupo”.
Esas condiciones incluyen: desplazamientos masivos, destrucción a gran escala de viviendas, privación de alimentos, agua, atención médica y un refugio en condiciones dignas, destrucción de la vida del pueblo palestino en Gaza, e imposición de medidas destinadas a prevenir los nacimientos palestinos.
El asesinato de niños ha sido tan masivo que el personal de salud creó una nueva sigla: “WCNSF” (Wounded Child, No Surviving Family) que traduce: niño herido, sin familia superviviente. El número de heridos -que incluyen personas afectadas por fósforo blanco-, así como el porcentaje de desplazamiento que supera el 85% de la población, son de una magnitud tremenda.
Dice la demanda de Sudáfrica: “Para muchos palestinos, la evacuación forzada de sus hogares es necesariamente permanente. Se calcula que Israel ha dañado o destruido 355.000 viviendas palestinas, lo que representa el 60% de todo el parque de viviendas de Gaza”.
El documento cita al secretario general de las Naciones Unidas: «las condiciones para la entrega efectiva de la ayuda humanitaria ya no existen. Pero incluso si se permitieran suficientes suministros en Gaza, los intensos bombardeos y hostilidades, las restricciones israelíes a la circulación, la escasez de combustible y las comunicaciones interrumpidas hacen imposible que las agencias de la ONU y sus socios lleguen a la mayoría de las personas necesitadas”. Pero los llamados de la ONU no solo no son respondidos, sino que “136 de nuestros colegas en Gaza han sido asesinados en 75 días, algo que nunca hemos visto en la historia de las Naciones Unidas”.
La ayuda humanitaria no es viable: no hay vehículos, no hay vías, no hay combustible, no hay alimentos, sigue la guerra. Lo más grave es que “Israel está llevando a cabo esta ofensiva y creando enormes obstáculos a la distribución de ayuda humanitaria dentro de Gaza”. Cita Sudáfrica que: “Oxfam y Human Rights Watch han ido aún más lejos al acusar expresamente a Israel de usar la inanición «como arma de guerra» contra el pueblo palestino”.
“Los ataques incesantes de Israel contra el sistema de salud palestino en Gaza están infligiendo deliberadamente a los palestinos en Gaza condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción”. Los ataques a los hospitales, la detención y el asesinato de personal de salud, así lo demuestran.
La destrucción de la vida en Gaza
La “destrucción de la vida palestina en Gaza” fue documentada por 15 relatores especiales de la ONU. Para resumir, la destrucción de la infraestructura es de tal nivel que “amenaza con hacer imposible la continuación de la vida palestina en Gaza” al atacar “hogares, barrios, hospitales, sistemas de agua, tierras agrícolas, panaderías y molinos”, bibliotecas, teatros, universidades, editoriales, “centros de aprendizaje y cultura palestinos”, mezquitas, iglesias, mercados y escuelas.
Dice Sudáfrica: “Israel está destruyendo la memoria y los registros oficiales de los palestinos en Gaza mediante la destrucción de los archivos e hitos de Gaza, está destruyendo vidas personales palestinas y recuerdos privados, historias y futuros, mediante bombardeos y derribos de cementerios, registros familiares y fotografías, eliminando familias multigeneracionales enteras y matando, mutilando y traumatizando a una generación de niños”.
Israel también está acusado de impedir el nacimiento de niños, lo que constituye genocidio: “se calcula que 5.500 de aproximadamente 52.000 mujeres palestinas embarazadas en Gaza que dan a luz cada mes lo hacen en condiciones inseguras, a menudo sin agua limpia, mucho menos asistencia médica (…) cuando pueden llegar a un hospital en funcionamiento, las mujeres embarazadas tienen que someterse a cesáreas sin anestesia. Dada la falta de acceso a suministros médicos críticos e incluso sangre, los médicos se ven obligados a realizar histerectomías ordinariamente innecesarias en mujeres jóvenes en un intento de salvar sus vidas, lo que les impide tener más hijos”.
Y de los niños que nacen, “un número cada vez mayor de bebés palestinos en Gaza están muriendo por causas totalmente prevenibles, provocadas por las acciones de Israel: los recién nacidos de hasta tres meses de edad están muriendo de diarrea, hipotermia y otras causas prevenibles. Sin equipo esencial y apoyo médico, los bebés prematuros y con bajo peso tienen pocas o ninguna posibilidad de sobrevivir”.
El informe además describe los diferentes llamados hechos por altos funcionarios israelíes instigando al genocidio. Por ejemplo, cita al ministro de Energía e Infraestructura de Israel, quien declaró que «Toda la población civil de Gaza tiene orden de salir inmediatamente. Ganaremos. No recibirán ni una gota de agua ni una sola batería hasta que abandonen el mundo”.
Pero estos llamados han sido una práctica sistemática de las autoridades. Invitan al exterminio, a la negación absoluta de la ayuda humanitaria, a repetir la Nakba, a la destrucción total de Gaza.
Por todo lo anterior, Sudáfrica pide además “medidas provisionales” y cita la misma jurisprudencia de la CIJ: «la obligación de la Corte en la etapa de dictar una orden sobre medidas provisionales consiste en determinar si (…) al menos algunos de los actos alegados (…) sean capaces de entrar en las disposiciones de la Convención”, lo que es indiscutible.
La CIJ “no necesita establecer definitivamente que los palestinos corren el riesgo de genocidio, que están siendo objeto de actos genocidas o que Israel está incumpliendo las obligaciones que le incumben…”, lo que invoca Sudáfrica es cosa obvia, como la defensa de la vida misma.
Queda la sensación de que lo que dice Sudáfrica es más que conocido por quienes hayan seguido con cierto rigor el tema palestino. Pero lo importante es quien lo dice (un Estado parte de la Convención contra el Genocidio), ante quien lo dice (la CIJ) y para qué lo dice (para enjuiciar a Israel por genocidio). Ahora es el turno de la CIJ. Ojalá no le falle a la humanidad.
Nota: La traducción es una versión libre del documento oficial que presentó Sudáfrica contra Israel por el crimen de genocidio, ante la Corte Internacional de Justicia, titulado “Application Instituting Proceedings”, La Haya, 28 de diciembre de 2023. Disponible aqui: https://www.icj-cij.org/sites/default/files/case-related/192/192-20231228-app-01-00-en.pdf
Tomado de web del autor.