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Estados Unidos y la hipocresía imperial

Por Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.

La Carta de las Naciones Unidas se firmó un mes y medio después del triunfo sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial. El 26 de junio de 1945 en San Francisco, California, al terminar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional,  y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año.

Según el sitio oficial de las Naciones Unidas, este documento rector “recoge los principios de las relaciones internacionales, desde la igualdad soberana de los Estados, hasta la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales”.

De acuerdo a la “Carta de las Naciones Unidas”, pueden ser Miembros de la ONU todos los países amantes de la paz que acepten las obligaciones previstas en ella y que, a juicio de la Organización, sean capaces de cumplir esas obligaciones y estén dispuestos a hacerlo.

Se reconoce la existencia de 51 Estados originarios o fundadores de las Naciones Unidas, los cuales firmaron dicho documento. Entre los Estados originarios se encuentran México, Cuba y la República Dominicana. Asimismo se encuentra Polonia, que no estuvo representada en la Conferencia de San Francisco pero que firmó posteriormente la Carta. En la actualidad permanecen 47 de esos 51 Estados originarios.

La Asamblea General de la ONU está compuesta en la actualidad por 193 Estados Miembros (*Estados fundadores de las Naciones Unidas):

En la larga lista de países miembros de la ONU vale la pena detenerse en los que son fundadores de la organización rectora del derecho internacional para mantener la paz mundial.

Les propongo centrarnos en dos de ellos, vecinos de una misma región: Los Estados Unidos de América y Cuba. Ambas naciones firman la citada Carta el mismo día; 24 de octubre de 1945, este hecho histórico arribó a su aniversario 76 hace apenas unos meses.

Como dijimos al inicio, los países para integrar esta organización como requisito debían ser “amantes de la paz”. Sin dudas Cuba tiene sobrada moral y principios como garante de paz, jamás ha llevado bombas a otros países, no ha invertido recursos, ni propiciado, ni enviado tropas, para ocasionar golpes de Estado en otras naciones, y mucho menos incita a otros pueblos a resquebrajar las leyes en sus propios países.

Para que no tilden este artículo de romántico por Cuba ahondaremos en hechos concretos. Dice el Preámbulo de la “Carta de las Naciones Unidas” (1):

NOSOSTROS LOS PUEBLOS DE LAS NACIONES UNIDAS RESUELTOS

-A preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles,

-A reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas,

-A crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional,

-A promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,

Y CON TALES FINALIDADES

-A practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos,

-A unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales,

-A asegurar, mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará; la fuerza armada sino en servicio del interés común, y

-A emplear un mecanismo internacional para promover el progreso económico y social de todos los pueblos.

Si ustedes leyeron bien, entre las frases introductorias aprobadas por los países firmantes, -entre ellos EEUU- dice: preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra.

En mi opinión, esta una de las grandes hipocresías de esta nación en materia de derecho internacional y no creo necesario detenerme en cuantas guerras, ocupaciones y golpes de Estado han sido preparados, financiados y llevados a cabo por las diferentes administraciones del gobierno norteamericano.

Siguientes frases destacadas: “igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, respeto a las leyes, tolerancia, el no uso de la fuerza armada sino en uso del bien común”.

Si hay algo que la política exterior norteamericana tiene bien presente en su accionar cotidiano es el uso de la prepotencia y el irrespeto a las leyes internacionales. Todo esto resumido bajo un manual de conceptos de “democracia” para justificar bloqueos a naciones soberanas e independientes, sanciones extraterritoriales, campañas mediáticas gestoras de golpes de Estado, con  interés de mantener su hegemonía imperial sobre el resto de los países del mundo sin importarles un ápice aquello que suscribieron como nación fundadora de la Carta rectora de la paz internacional.

Ahora bien, hasta aquí un breve análisis de una de las líneas que defienden los EEUU en sus discursos retóricos en materia de política internacional. 

Según ellos invadir y bombardear otros pueblos forma parte de su noble acción para llevar “la democracia y los valores estadounidenses de libertad” a cualquier parte del planeta, ha dejado un saldo de millones de muertes, enfermedades, pauperización económica, saqueo de recursos naturales, destrucción del patrimonio histórico y sometimiento de las poblaciones, infinitamente superior a cualquier crisis interna de los países que han sufrido guerra, ocupación y golpes de Estado provocados por Estados Unidos.

Pero veamos otra variable. Dentro de las excusas de la política exterior norteamericana para generar campañas de odio al interior de otras naciones se encuentra la Democracia, la resalto en mayúscula  porque es una palabra muy apreciada por quienes se arrogan el derecho de ser los custodios gendarmes del planeta.

¿Sabían ustedes que la Constitución de los Estados Unidos de América es la más anquilosada del mundo? No se asombren que no lo digo yo, se dictó en 1787 y según un artículo del periódico nada izquierdista  El País: “es la más antigua y más corta de las Constituciones actuales. La de Estados Unidos ha recibido 27 enmiendas, una cada ocho años de promedio, incluidas  cuestiones importantes como los Derechos Civiles, la Esclavitud, el derecho al voto, las reglas electorales o el límite de mandatos del presidente”.

Pero para no quedarnos solo con lo que dice la prensa española, busqué la Carta Magna de la nación más poderosa del planeta, en  crisis y dando manotazos de ahogado por su propia locura y despilfarro, lo cual la hace más peligrosa.

La Constitución de los Estados Unidos de América, 1787 dice:

NOSOTROS, el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más perfecta, establecer Justicia, afirmar la tranquilidad interior, proveer la Defensa común, promover el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes los beneficios de la Libertad, estatuimos y sancionamos esta CONSTITUCION para los Estados Unidos de América.

Artículo Uno / Primera Sección

Todos los poderes legislativos otorgados en la presente Constitución corresponderán a un Congreso de los Estados Unidos, que se compondrá de un Senado y una Cámara de Representantes. (2)

Son esas las primeras líneas de la Constitución estadounidense, como es lógico ningún país del mundo les sugiere o impone que hagan reformas constitucionales, porque eso solo le corresponde al propio pueblo estadounidense.

Ahora contamos con elementos para detenernos en una frase que ellos pontifican: “participación ciudadana”.

Según un informe de Antena 3 -tampoco un medio  progresista-, “El voto en Estados Unidos es diferente a como se rige en otros lugares del mundo. Es el Colegio Electoral, dividido por estados, y no el número de votos el que determina la victoria. Es decir, se trata de un sufragio indirecto, por lo que los votantes en unas elecciones no eligen directamente entre los candidatos, sino que escogen el Colegio Electoral, que será quien decida sobre el ganador de la carrera por la Casa Blanca.

En total, son 538 los electores procedentes de todos los estados, si se tiene también en cuenta a la capital, Washington D.C. Entre los estados más importantes, Florida se sitúa en la cabeza, ya que cuenta con 55 electores y su apoyo es significativo a la hora de fijar la balanza. Le siguen Pennsylvania, con 20, y Ohio, con 18. Por detrás están los estados de Georgia y Michigan, con 16; y Carolina del Norte, con 15. Y por debajo de esas cifras se encuentran Arizona y Wisconsin, con 10 y 11 electores respectivamente.”

Leyeron perfectamente, sufragio indirecto, no eligen directamente entre los candidatos. A nadie se le ocurre afirmar que en los Estados Unidos el pueblo no tiene libertad para elegir democráticamente a sus gobernantes. Y a nadie se les ocurre porque ellos tienen una Constitución rectora de sus leyes que dice que el pueblo norteamericano está representado en ese Congreso, Senado y Cámara de Representantes.

Sin embargo, las distintas administraciones  estadounidenses, intentan históricamente condicionar a los países que no se supeditan a su dominio.

Ese es el caso de mi país, Cuba, castigado por Estados Unidos por su soberanía e independencia desde el triunfo de la Revolución.

Veamos lo que dice la Constitución de la República de Cuba

PREÁMBULO NOSOTROS, EL PUEBLO DE CUBA, inspirados en el heroísmo y patriotismo de los que lucharon por una Patria libre, independiente, soberana, democrática, de justicia social y solidaridad humana, forjada en el sacrificio de nuestros antecesores;  

ARTÍCULO 1. Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva. (3)

“Patria libre, independiente, soberana, democrática, de justicia social y solidaridad humana…”, así comienza el preámbulo de la Constitución cubana, pareciera un poema, pero no lo es, es el principio de la Nación de Cuba y debe ser respetada por todos cubanos y cualquier país del mundo por muy grande o pequeño que sea.

Esta Constitución tuvo su última modificación en el  2019 y fue aprobada el 10 de abril de ese año, tras haber sido modificada y aprobada por 6.816.169 electores el 24 de febrero de ese año.

Foto: Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.

El nuevo texto incluía en ese momento 760 cambios y modificaciones que iban desde adiciones de nuevas leyes como eliminaciones de artículos, frases y palabras. Actualmente aún se debaten en el Parlamento cubano modificaciones como el Código de Familia, entre otros.

Más del 86% de los votantes cubanos aprobaron esa Constitución, bajo las leyes y normas de participación ciudadana de la República de Cuba.

Que otro país sugiera a ciudadanos de una nación soberana violar e incumplir sus leyes – reitero aprobadas por la inmensa mayoría de los habitantes con capacidad de voto- es una flagrante violación a la Carta de las Naciones Unidas. Más un acto de hipocresía si es firmante fundador de los principios de: “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal”. (1)

Foto: Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.

Fuentes:

1-Carta de las Naciones Unidas.

2- Constitución de los Estados Unidos de América.

3- Constitución de la República de Cuba.       

Foto de portada: Momento en que la estatua de Sadam Husseim fue derribada por soldados estadounidenses en Irak. El escándalo fue mayúsculo porque un soldado yanki puso la bandera de Estados Unidos sobre la cabeza, la cual tuvo que retirar. / Getty Images.

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