Cuba: Silvio Rodríguez: “la isla sin bloqueo sería un país aún más generoso y solidario, o sea, un terrible peligro para el egoísmo universal”
Por Carmen Dinis.
Esta declaración del cantautor cubano Silvio Rodríguez impresiona y sirve para la reflexión porque es un poco la síntesis del pensamiento cubano que nada tiene que ver con las cosas materiales.
Siempre que se habla del fin del bloqueo que Estados Unidos impone a Cuba desde hace más de sesenta años, es inevitable sentir lo positivo que será. Y luego piensas: «Imagínese Cuba sin el bloqueo, tendremos a Suiza, Dinamarca cerca» – y es lógico que para el imperio este sería un ejemplo amenazador. Por eso insisten en mantener este criminal bloqueo que tanto daño hace al pueblo cubano. ¿Y cuál es la razón de ser del bloqueo de todos modos?… ah sí, no hay motivación con la que puedan discutir, por supuesto.
Durante las jornadas en Washington organizadas por un grupo de activistas en solidaridad con Cuba, se realizan audiencias con legisladores estadounidenses en el Congreso para reclamar y cuestionar el bloqueo. Allí repiten: «Ah, el problema es el régimen de gobierno cubano que es una dictadura». Inevitablemente, uno de los nuestros (generalmente latinoamericano) replica: «Está bien, si sigues insistiendo, aceptemos hipotéticamente que esto es cierto. Pero en este caso, mi país tuvo una dictadura y ustedes nunca nos bloquearon». Contra los hechos no hay argumentos.
El hecho es que existe un gran deseo colectivo en muchos países por el derrocamiento del bloqueo impuesto a Cuba. Nuestra solidaridad es lo que tenemos para ofrecer y los cubanos siempre nos lo agradecen efusivamente, pero en realidad es poco lo que podemos hacer comparado con lo que hace Cuba por los pobres de este mundo.
Un rápido análisis prueba fácilmente esta afirmación: las brigadas médicas repartidas por el mundo, el método de alfabetización Yo Sí Puedo aplicado en tantos países, la cantidad de jóvenes pobres de varios países que se graduaron gratuitamente en Cuba, la Operación Milagro que restauró vista a tanta gente, los 26 000 niños víctimas del accidente de Chernobyl y otros 53 brasileños víctimas del Cesio 135 recibidos para ser tratados en Cuba, la Brigada Henry Reeve especialmente publicitada durante este período de la pandemia pero que ya había actuado mucho antes en casos de desastres naturales, en fin, algún otro país ofrece algo similar? Aún mejor: ¿algún país RICO ofrece esto?
Cuba es un país pobre, pequeño, bloqueado, una isla que no tiene riquezas naturales y que sin embargo mantiene un índice de desarrollo humano (IDH) equiparable al de los países ricos. Nadie pasa hambre, no hay población sin hogar, no hay desnutrición infantil, todos los niños tienen escuela, todos tienen salud gratuita, los servicios son subsidiados.
Entonces, ¿qué milagro es este? Según el actual presidente Díaz-Canel, no es un milagro, es socialismo.
¿Es el cielo en la tierra entonces? Por supuesto que no, porque no hay paraíso en la tierra. Tal vez en otro lugar exista, según cada creencia, pero en este planeta no. Cuba tiene problemas como cualquier otro país poblado de seres humanos. Pero tiene un problema más, y muy arduo: un bloqueo que no permite a sus ciudadanos vivir con normalidad, con acceso a todos los productos que necesitan. De ahí el problema de abastecimiento, la dificultad con la moneda internacional en sus transacciones, con la compra de medicamentos, equipamiento hospitalario y todo lo que no es producido por ellos mismos. Difícil, ¿no? Así que tuvieron que inventar sus propias vacunas. No, no es fácil.
De ahí viene el argumento de que «el socialismo no funcionó». ¿Es cierto? ¿Y el capitalismo, entonces, dio? Se nota especialmente en nuestras grandes ciudades. Pero, ¿y si el socialismo pudiera vivir en condiciones normales? Por ejemplo, sin bloqueo, con una vida normal, transacciones comerciales internacionales como cualquier otro país y donde el ser humano fuera el centro de todas las preocupaciones. ¿Cómo sería entonces? Podemos intentarlo, señores imperialistas. Y luego veremos dónde está el problema, pero en igualdad de condiciones.
Bueno, ¿sería como el primer párrafo de este texto, una nueva “Finlandia o la Suiza tropical”? ¿Pero es eso lo que piensa el pueblo cubano? Aquí se impone una autocrítica: es realmente impresionante cómo no nos damos cuenta de cuánto de la ideología capitalista termina imponiéndonos un parámetro que no es el nuestro. Y luego nos damos cuenta de que en realidad no somos tan inmunes como crees.
Tomado de Resumen Latinoamericano Argentina.