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Reino Unido conspiró con la CIA para asesinar a Fidel Castro

El histórico revolucionario y líder cubano Fidel Castro sobrevivió a más de un intento de asesinato durante su existencia. Fidel pasó la mayor parte de su larga vida en el punto de mira, sobreviviendo a medio siglo de planes de asesinato. Pero a pesar de los intentos desesperados de sus detractores, él murió por causas naturales a los 90 años.

Los 638 intentos de asesinato, según el registro de los servicios de inteligencia cubanos, fueron planificados y llevados a cabo por el gobierno de Estados Unidos a través de la CIA, así como de los opositores cubanos y grupos mafiosos instalados en Miami, descontentos porque Castro acabó con el negocio de los famosos casinos y burdeles de La Habana tras la victoria de la revolución.

Si bien las constantes amenazas de muerte formuladas por Estados Unidos contra el líder cubano son de conocimiento público, lo que no se conocía con exactitud era la colaboración del gobierno del Reino Unido en los planes, y sin embargo, no resulta ninguna sorpresa.

Diplomáticos británicos y la CIA conversaron la “desaparición” de Fidel
Recientemente, el periodista John McEvoy publicó en el sitio web Declassified UK un artículo investigativo que muestra la participación de diplomáticos británicos en las conspiraciones anticastristas de Washington. Indica que las pruebas vienen de un documento del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, desclasificado y publicado en los Archivos Nacionales.

El documento señala al diplomático británico Thomas Brimelow y su colega Alan Clark, que en ese momento tenía un puesto en la embajada británica en La Habana. Ambos se reunieron con servicios de inteligencia estadounidenses y conversaron sobre la “desaparición” del Comandante Fidel.

El encuentro ocurrió en noviembre de 1961, cuando la embajada de Estados Unidos ya se había retirado del país insular. Brimelow y Clark estuvieron con agentes de la CIA y estos le preguntaron directamente a Clark “si la desaparición del propio Fidel Castro tendría graves repercusiones” en Cuba.

Ninguno de los dos tuvo inconveniente con la insinuación de intento de asesinato. Según las actas de Brimelow sobre la reunión, marcadas como “personales y secretas“, Clark respondió a la CIA que “Raúl Castro había sido nominado como sucesor de Fidel”, y que “podría conseguir ocupar el lugar de Fidel si se le concedía el tiempo adecuado”.

“Si Fidel fuera asesinado, entonces era menos seguro que hubiera una toma de posesión sin problemas. El aparato [estatal], que aparentemente era lo suficientemente fuerte como para hacer frente a un cambio gradual, podría no hacer frente a una crisis repentina”, dijo después con más detalle.

Para dar más contexto, McEvoy agrega que las conversaciones se dieron unos días antes de que el presidente John F. Kennedy autorizara la Operación Mangosta, cuyo objetivo era derrocar el gobierno de Fidel Castro por cualquier medio.

Brimelow y Clark fueron bien recompensados por sus tareas. Al primero le asignaron la dirección del Ministerio de Asuntos Exteriores bajo la condición de cargo vitalicio y al segundo le dieron el cargo de primer secretario de la embajada británica en Washington.

A Reino Unido le celebran sus labores en los planes de sicariato

El intercambio secreto de información entre Londres y Washington respecto al gobierno revolucionario de Cuba no quedó allí. Los documentos desclasificados indican que, en 1962, Reino Unido entregó un informe al Pentágono con numerosos bocetos del aparato militar cubano en un desfile militar realizado en La Habana.

Según un cable británico, la información provenía en gran medida en las observaciones directas del personal de la embajada de Londres: “Teníamos al embajador y al jefe de la cancillería en las gradas, a tres miembros del personal en la multitud que se alineaba en la ruta y a dos más viendo el procedimiento por televisión“, señala el telegrama.

Estados Unidos se mostró satisfecho por la colaboración y expresó su gratitud a los británicos. “Esto es solo para decir lo agradecido que está el Pentágono por los excelentes informes… sobre el desfile militar. Están muy impresionados por el esfuerzo realizado y por los resultados detallados que han obtenido”, dice el telegrama citado en el artículo de Declassified UK.

Al año siguiente, en marzo de 1962, el Departamento de Defensa reiteró lo agradecido que estaba por toda la información anterior sobre la situación militar en Cuba.

Unos meses después, el gobierno estadounidense compartió con Reino Unido una lista de “objetivos prioritarios” para la recolección de información militar en Cuba. Un funcionario británico que participó en una reunión secreta con el Pentágono, escribió que casi todos esos “objetivos” estaban “en el área de La Habana, y han sido seleccionados porque están casi todos en áreas que los miembros de la Embajada podrían visitar”.

Este es el tipo de noticias que no ayudan en un momento en que los países que representan culturalmente a Occidente andan sermoneando y castigando sin fundamento al resto del mundo para hacer cumplir los “principios” de la democracia liberal.

Por otro lado, el papel proactivo de Gran Bretaña en uno de los seiscientos y tantos intentos fallidos de Estados Unidos para asesinar al entonces Jefe de Estado de Cuba dice mucho sobre su participación en los conflictos a escala internacional. ¿Cuántas décadas más tendremos que esperar para que documentos desclasificados confirmen tareas de sicariato político u otras conspiraciones que probablemente los británicos estén cometiendo actualmente fuera de las fronteras del Reino Unido?

 

Tomado de Misión Verdad/ Foto de portada:  Duke University Rubenstein Library / Gado / Getty.

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