La OEA, Cuba y la Cumbre de las Américas
Por Orlando Oramas León / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Estados Unidos, que se erige juez y verdugo en el tema de los Derechos Humanos a nivel global, pretende reafirmar tal ejercicio en la IX Cumbre de las Américas, que tendrá lugar del 8 al 10 de junio en la ciudad californiana de Los Ángeles.
Y ello resulta en otro de los motivos por los que, de antemano, la cita que debería ser hemisférica resultará otro convite para la desunión y la exclusión, como la que pretende Washington respecto a Cuba y Venezuela.
No en balde los esfuerzos de la administración del presidente Joe Biden por intentar oxigenar el rol de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que no está Cuba y de la que ya se fue Nicaragua, en la antesala de la partida anunciada de la Venezuela bolivariana.
Por ello la denuncia del canciller cubano, Bruno Rodríguez, respecto a tales maniobras, en lo que calificó de negociaciones turbias en las preparatorias del foro angelino.
El ministro de Relaciones Exteriores fustigo el empeño de Estados Unidos por imponer a la OEA cual certificadora de todas las elecciones que tengan lugar en la región.
Es la misma OEA que le puso cuño de aprobación al golpe de Estado que derrocó en 2019 al presidente constitucional boliviano, Evo Morales.
La organización que se dice panamericana y fue cómplice de igual proceder contra el gobierno del presidente hondureño Manuel Zelaya, sacado a punta de fusiles de su cama y puesto en un avión rumbo a Costa Rica en 2009.
La OEA no aplicó su llamada Carta Democrática cuando fue defenestrada la presidenta brasileña Dilma Rousseff; tampoco intervino durante la cacería judicial que encaró el exmandatario de aquel país, Luis Inácio Lula da Silva.
Qué decir respecto al comportamiento contra Cuba y su silencio cómplice ante el brutal bloqueo que por más de seis décadas encajó a Cuba, hasta mediados de 2021, daños acumulados que totalizan 150 mil 410 millones de dólares a precios corrientes.
La cifra esconde toda una barbarie en materia de derechos humanos, pues detrás de los números están las intenciones de doblegar a los cubanos por hambre, enfermedades y penurias de todo tipo.
No en balde Cuba califica al bloqueo estadounidense, en base a convenciones y derechos internacionales reconocidos, como un acto de genocidio.
Pero la OEA hace mutis al respecto, incluso cuando en 29 ocasiones la Asamblea General de la ONU, máximo órgano mundial, rechaza esta política de Washington en votaciones anuales y aplastantes.
La inoperancia de lo que un canciller cubano definió como ministerio de colonias resultó pública ante el enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19.
Fue notorio que gobiernos de derecha, incluidos los propios Estados Unidos, registraban cifras récord de fallecidos y contagios, por políticas desastrosas graficadas en aquellas imágenes dantescas de los cadáveres en las calles de Guayaquil o las fosas comunes abiertas en Brasil.
Eran los mismos tiempos en que la Casa Blanca aprovechaba la pandemia para hacer el mayor daño posible a Cuba y Venezuela, con la complicidad de sus satélites agrupados en la OEA.
Mientras ello ocurría, Cuba enviaba 58 brigadas sanitarias del Contingente Internacional Henry Reeve a 41 países y territorios, entre ellos Haití y otros que son parte de la Organización de Estados Americanos.
La mayor de las Antillas ofreció sus vacunas a la Comunidad del Caribe (Caricom) y las envió para su uso a Nicaragua, Venezuela, San Vicente y las Granadinas, Siria, Irán, Vietnam y la República Árabe Saharauí.
No hizo falta la OEA para eso. Tampoco para encarar, con exclusiones, una estrategia hemisférica sanitaria con vistas al 2030 tal y cual se pretende adoptar en la cumbre de Los Ángeles.
Habría que preguntar a los millones de latinoamericanos, y también estadounidenses, para los cuales el acceso a la salud no es un derecho humano.
(*) Periodista cubano, autor de los libros “Raúl Roa, periodismo y Revolución”, “Pohanohara, cubanos en Paraguay” y “Cuentos del Arañero”.
Foto de portada: Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.