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Cuba: En Los Palacios generan energía a partir de cáscara de arroz

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Lo que comenzó con el objetivo de dar solución a un problema de contaminación ambiental, ha devenido en la cabecera del municipio pinareño de Los Palacios una provechosa alternativa que hoy tiene un positivo efecto económico y social.

Cuenta el ingeniero Yusniel Illas Ramírez, que las montañas de cáscara generadas durante el proceso industrial del arroz en el molino Enrique Troncoso –el mayor de Vueltabajo–, constituían un verdadero dolor de cabeza para los habitantes del territorio y para la dirección de la Empresa Agroindustrial de Granos asentada en él.

Por ello, de conjunto con la comisión de energía del municipio y el proyecto Basal (Bases ambientales para la sostenibilidad alimentaria local), rectorado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, emprendieron la adquisición y el montaje de una planta gasificadora, que hoy permite secar el arroz mediante la conversión en energía de la cáscara que antes se amontonaba y el viento esparcía por todo el casco urbano de Los Palacios.

Cuentan que, al estar ubicado en las afueras de la cabecera municipal, la deposición de la cáscara resultante del proceso de molinado se realizaba en los alrededores, lo que provocaba una serie de problemas que iban desde la contaminación del suelo y del aire, y el peligro de incendios, hasta la proliferación de vectores.

Por otra parte, entre los grandes consumidores de energía del territorio también sobresale este complejo, que podía llegar a emplear más de una tonelada diaria de diésel para el secado del cereal. De ahí la idea de buscar una tecnología que eliminara el problema del desecho de la cáscara, y permitiera convertirla en algo útil.

La inversión incluyó un reactor que genera electricidad suficiente para alimentar todo el equipamiento, con cero gasto de diésel. A grandes rasgos, su funcionamiento consiste en convertir la cáscara en un gas combustible, con el que luego se lleva a cabo el secado del arroz y también se genera electricidad para aliviar el consumo del complejo industrial.

En las 327 horas que suman de trabajo durante la presente cosecha, equivalentes a alrededor de 45 jornadas, Yusniel Illas señala que se han secado 1 367  toneladas de arroz, con un ahorro de 22 000 litros de diésel.

«Gracias a esta tecnología, nuestra industria solo usa cáscara de arroz en el secado del cereal y, de esa forma, cierra el ciclo completo, que es una de las soluciones a las que está llamando la dirección del país», afirma.

El funcionario añade que la entidad, incluso, tiene el propósito de aportar la energía que no consume al Sistema Eléctrico Nacional, y que el molinado del arroz de esta campaña le dejará un remanente de cáscara que pudieran dedicar íntegramente a aportar electricidad.

Tomado de Granma/ Foto de portada: Granma.

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