Internacionales

Otro enclave británico, pero en la Patagonia argentina

Por Mario Della Rocca*

Las 12 000 hectáreas de tierra que posee el magnate británico Joe Lewis en la Patagonia argentina, con una inmensa mansión y hasta pista de aterrizaje de aviones y zoológico propios, constituyen un enclave extranjero en una nación soberana.

Según la Revista Forbes, la fortuna de Joe Lewis ronda los 5 000 millones de dólares, y ocupa el lugar 77 entre las personas más ricas del mundo.

Las extensas tierras de propiedad privada que, además, limitan con el país vecino de Chile –lo cual implica un problema considerable–, permiten a Lewis impedir, por encontrarse dentro del área, el acceso a un bien natural público como es el reconocido Lago Escondido, una de las bellezas de la zona. Ello ha motivado conflictos de larga data, aún no resueltos por los poderes públicos argentinos.

Recientemente, cientos de manifestantes, entre ellos representantes de diversas organizaciones sociales –en especial ambientalistas– y periodistas realizaron la Séptima Marcha por la Soberanía, intentando llegar al Lago Escondido y, como en otras oportunidades, fueron reprimidos brutalmente por un ejército de mercenarios al servicio del magnate, como si se tratara de la defensa de un territorio en la Edad Media.

El diputado por el Parlamento del Mercosur (Parlasur), en representación del gobernante Frente de Todos, Gastón Harispe, uno de los marchantes, fue contundente al afirmar: «Es un lugar que gobierna Lewis (…) En la comarca andina y en buena parte de (la provincia de) Río Negro los policías son de Lewis, las estaciones de servicio son de Lewis, la Justicia y los kioscos son de Lewis, la política y el Gobierno son de Lewis, todo, y el silencio también». Para destacar la importancia de la cuestión soberana que entraña el conflicto, los manifestantes portaban una gran bandera que lo graficaba: «Las Malvinas son argentinas, el Lago Escondido también».

La inacción, ya entendida como complicidad, tanto de la gobernación como del poder judicial instalado en los tribunales de la reconocida ciudad turística de Bariloche, muestran un Estado provincial colonizado hasta la médula por los intereses privados; esto sumado a que la Patagonia se ha caracterizado, desde hace tiempo, como refugio y acción de numerosos personajes ligados a la ideología nazifascista que actúan social y políticamente, como se ha corroborado en numerosas oportunidades en los combates constantes contra las poblaciones indígenas mapuches, para desalojarlas de sus tierras ancestrales.

Además de lo expuesto, el territorio de Lewis no solo es visitado recurrentemente por su amigo, el expresidente neoliberal Mauricio Macri, sino que también ha recibido a personajes enrolados en una causa judicial actual.

Se trató de un grupo de jueces y fiscales, políticos y periodistas –actores, en conjunto, de las prácticas del llamado lawfare en América Latina– que se reunieron en la mansión del magnate un fin de semana, con los costos a cargo del multimedio monopólico argentino Clarín, uno de los arietes decisivos en las batallas contra los gobiernos de los Kirchner, y hoy en el enjuiciamiento a Cristina Fernández.

Así anda por estas tierras este concilio que la Vicepresidenta calificara como «un entramado mafioso», dueño y señor, al parecer inmune a toda acción soberana de los poderes públicos.

(*) Mario Della Rocca es un historiador, escritor y periodista argentino.

Tomado de Granma / Foto de portada: Casa Lewis / Página 12.
 

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