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Los millones de Maduro

Una crónica desde las calles de Caracas durante las elecciones presidenciales de Mayo del 2018

Por Graciela Ramírez Cruz / Deisy Francis Mexidor / Fotos: Yaimi Ravelo / Cobertura Especial en Venezuela para Resumen Latinoamericano.

Nicolás Maduro prometió que con este triunfo del 20 de mayo arranca una nueva etapa para la reconciliación y el bienestar del pueblo. Por eso, en
sus primeros días…

“Ha sido una semana de intenso trabajo para garantizar la paz y la prosperidad del país; iniciamos una nueva etapa que abre camino a lo nuevo, al futuro y al bienestar de todas y todos los venezolanos”, expresó el jefe de Estado en su cuenta en la red social Twitter acompañado de un material audiovisual.

Un día después. Lunes 21 de mayo de 2018. El Cuartel de la Montaña todos lo conocen en Caracas. Los grandes medios cuestionan el resultado de unas elecciones en las que el candidato del Frente Amplio de la Patria, Nicolás Maduro, obtuvo una histórica victoria. Aún no se cansan de hablar.

Al pie del Cuartel de la Montaña donde tiene su eterno descanso Hugo Chávez está la capilla que lleva su nombre.

Levantada con las manos y el corazón de los residentes en la Parroquia 23 de Enero, bien llamado bastión del empuje bolivariano en Venezuela.
Santo Hugo Chávez del 23. Una capilla “tejida” con las manos del pueblo, muy cerca del Cuartel de la Montaña, donde reposa el cuerpo del comandante.

“Soy miliciana, yo pertenezco a la milicia”, -indica Elizabeth Torres- una venezolana cuya vida ha estado marcada por la pobreza. Elizabeth desborda amor por su patria, por Chávez. Sonríe cuando explica que tiene “un negocito de teléfonos cerca de aquí (y señala con una de sus manos a un lado de la capilla) que me lo dio el Comandante Chávez, porque se cansó de vernos trabajando en la calle”.

Así surgieron “estos kioskos y por eso a este lado le llamamos el boulevard de la dignidad. Somos comerciantes dignificados por el Comandante”.
La Revolución bolivariana Elizabeth la siente cerca porque “ya tenemos un lugarcito digno donde trabajar”.

Con 53 años de edad Elizabeth, moradora de la Parroquia 23 de Enero, narra que tuvo “siete hijos, me falleció el varoncito, me quedaron las hembras, y que además anda por “17 nietos y dos bisnietos”.

Ella cuida con devoción –esa es la palabra- una pequeña capilla hecha con las manos de muchos al pie del Cuartel de la Montaña dedicada al “Santo Hugo Chávez del 23”, donde no faltan las flores, el verdor de las plantas, las ofrendas, las velas encendidas y “las tacitas de café que le cambio cada tres días, porque a mi Comandante le gustaba”.

“En mi corazón lo llevo siempre, aquí lo tengo conmigo (indica con sus manos un lado de su pecho)”, dice Elizabeth mientras subraya que “mi nieto nació un 28 de julio, el mismo día que el Comandante y una hija de mis hijas el 5 de marzo, el mismo día de su partida”.

El niño que nació el 28 de julio fue con ocho meses de gestación –narra- y estuvo 16 días en terapia intensiva. “Mi comandante me ayudó mucho, me ayudó con toda mi familia”, precisó esta mujer de pueblo al reconocer que el 20 de mayo “obtuvimos una gran victoria”.

“Maduro es nuestro comandante también y está trabajando por el legado que nos dejó Chávez”, afirmó.

Un día antes. Sábado 19 de mayo de 2018. Es entrada la tarde. El equipo de RL recorre Caracas, sus calles. El reloj marca las 5:00 en punto, el sol —que se ha asomado poco en estas jornadas— nos regala sus últimos destellos. En la Plaza Bolívar, corazón de la capital de los venezolanos. Una pareja de enamorados ocupa su lugar en un banco. Los pequeños se sueltan de la mano de sus padres para entrar a la plaza corriendo, los abuelos conversan animadamente, otros prefieren atravesar la plaza de camino a distintos lugares y llevarse con ellos el aire fresco y limpio de sus árboles.

Solo restan unas horas de las elecciones generales que definirán la política de este país los próximos seis años. No hay cámaras de la CNN, tampoco de Globo, ni grandes medios para reflejar la opinión del pueblo.

La campaña mediática internacional dirigida por Washington llama al gobierno de Maduro “régimen dictatorial”. Nos preguntamos dónde están los tanques, los carros de asalto, los camiones hidratantes y la policía montada…

Buscamos por las calles algún indicio de la “feroz represión a la oposición”. Vemos carteles intactos de diferentes sectores donde la derecha se propone disputar la presidencia. Ninguno fue arrancado o vandalizado, al contrario, todos lucen intactos, con las promesas de dudoso cumplimiento y las sonrisas congeladas de sus presidenciales candidatos.

Los rostros de los caraqueños -que en este mismo instante disfrutan de su bella plaza- son apacibles. El típico “cuidado” de la madre al niño que se sube a la estatua, conversaciones entre la gente que denotan el compartir los problemas cotidianos y seguramente la expectativa por lo que ocurriría el domingo.

Nos preguntamos dónde está la “crisis humanitaria”. No vemos como generalidad, niños sin zapatos pidiendo limosna en las calles, ni niñas ofreciéndose de sirvientas en los semáforos. Tampoco ancianos durmiendo bajo cartones en los portales.

Sí comprobamos preocupación por la situación económica y la escasez de algunos productos, fundamentalmente medicinas y aseo, cuyos laboratorios y fabricantes, en línea con la oligarquía y Estados Unidos, han abandonado el país o colocan sus productos a precios inalcanzables para crear situaciones de tensión, angustia y zozobra a las familias venezolanas.

El equipo de Resumen pregunta al azar. Quiere saber qué importancia le conceden a los comicios que están por llegar y dónde guardan a Chávez en sus vidas. En cada respuesta está la clave de dónde surgió ese 68 por ciento de apoyo popular que recibió Nicolás Maduro.

“Aquí manda la revolución, aquí manda el pueblo venezolano, somos soberanos”, dijo Enrique Peña, empleado del Ministerio de Justicia, al explicar los motivos de su voto. Somos un pueblo –expresó optimista- que a pesar de las dificultades seguiremos adelante.

Peña, residente en la capitalina Parroquia 23 de Enero, recuerda que cuando “vino Chávez y el Convenio Cuba-Venezuela recuperé la salud y la forma de ver la vida, así como la han recuperado miles de venezolanos”.

Por eso confiesa sentir “a Chávez aquí, en el centro del pecho, me emociono. Chávez es como un padre. Él es lo máximo”.

Para Gabino Querales la votación del 20 de mayo “representa el futuro del país y la integración latinoamericana contra el imperialismo yanqui, que ha querido mantener subyugado a los pueblos de Latinoamérica”.

Hay una campaña mediática contra Venezuela –dijo este trabajador caraqueño- la cual está “mundialmente orquestada por EEUU, para acabar con Latinoamérica”.

Mientras el joven Juan Valenzuela con sus 18 años ejerció el sufragio por primera vez, lo que considera “una gran responsabilidad”. Valenzuela votó “por un nuevo comienzo que sea bienvenido para el país que todos queremos”.

Juan afirma que “es una emoción” cada vez que recuerda a Chávez, cuando “hablaba y ahora tenemos a nuestro presidente Nicolás Maduro, que ahorita se la han puesto difícil, pero siempre lo vamos a apoyar ciento por ciento”.

“Este banderín –y señala el estandarte- significa: el color rojo la sangre derramada por nuestros héroes que lucharon por los pueblos indígenas y también representa a la Revolución bolivariana y a Hugo Rafael Chávez Frías, que fue el único hombre que reivindicó a los pueblos indígenas”, expresa con orgullo Yeni Vázquez, una representante de los pueblos originarios.

Cuenta Yeni que nunca tuvieron cédula (de identidad) y fue el presidente Chávez “quien nos tuvo en cuenta”.

Antes no podíamos votar por algún partido político, la derecha decía que nosotros éramos monos y que los animales no teníamos que votar, que servíamos para vivir con los monos, las culebras y los pájaros, recuerda.

El único hombre que tomó en cuenta a los chamanes indígenas fue Chávez, por eso “vamos a apoyar a su continuador Nicolás Maduro, porque ha seguido la tarea de Chávez y no nos da la espalda”.

Los indígenas y chamanes estamos claros que aquí no habrá guerra y seguiremos en paz, sin muertos, sabemos bien lo que tenemos que hacer por agradecimiento a nuestro padre Chávez, advirtió Vázquez.

Hay gente que quiere levantar su alboroto, nosotros los chamanes los vamos a calmar, fue así como desde las 11 de la noche del sábado 19 de mayo oraron, invocando a la Pacha Mama, “nuestra madre tierra, invocando a Chávez para que todo salga bien y en paz”.

Y Yeni, esta mujer indígena, hace un gesto que intenta dar la magnitud de lo que pretende transmitir cuando habla de Chávez: “lo tengo en todo el cuerpo, míralo aquí en el pecho, en los brazos, se me encarama en todo el cuerpo. Chávez de día, Chávez de noche, Chávez lo es todo para mí”.

Hemos hecho tantas elecciones y todavía se atreven a decir que aquí hay una tiranía y se violan los derechos humanos, que el presidente es un tirano, comenta Pedro Aguilar.

Como comunicador social, Aguilar opina que “los hechos violentos hace un año, como la quema de personas vivas no tiene que ver con la idiosincrasia de nuestro pueblo que siempre amó la paz, fue algo horrible, donde se pagó a personas que no les importa la vida de los seres humanos”.

Hemos ganado la paz por elecciones –añadió-, la derecha no tuvo el chance de implementar lo que quiere para Venezuela, ellos tienen odio visceral contra el pueblo, por intereses económicos y políticos.

Confiesa Aguilar que hablar de Chávez le provoca “un nudo en la garganta, porque es lo más grande que hemos tenido nosotros, es la persona que rescató nuestra historia y nos la estaban negando. Gracias al Comandante tenemos historia y tenemos Patria”.

Soy una venezolana que se considera mujer luchadora, asegura Iraima Moscoso. Nosotros luchamos –apuntó- por la soberanía, por la patria, por el país, principalmente no por nosotros sino por nuestros hijos y nuestros nietos.

Sostiene Moscoso que los venezolanos tienen una gran misión que es “defender también el legado que nos dejó el Comandante Chávez” y “lo comparo con Dios, aunque Cristo tuvo que morir para que lo conocieran, él no, él vivió y lo reconocimos. Chávez para mi es todo. Tú no sabes lo que se siente con un abrazo de Chávez, lo inmenso que ese hombre te trasmitía. A pesar de su partida hace cinco años lo añoro mucho”.

Soy madre y abuela –acotó Moscoso-, “no podemos olvidar los tiempos pasados porque se pueden repetir y ya tenemos Revolución con Maduro que es también legado del Comandante”. 

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