DestacadasInternacionales

Nicaragua: Un 3 de marzo de 1983 Ángel Torrellas y Margarita Navarro fundaron el Centro Cultural “Héroes y Mártires de Batahola” en plena Revolución Sandinista

Por María Torrellas/ Resumen Latinoamericano.

En este 40 aniversario del Centro Cultural “Batahola Norte“, como se llama en la actualidad, queremos compartir esta entrevista que realicé a mi tío el dominico de opción por lxs pobres, Angel Torrellas, en 1989, donde contó cómo surgió la formación del Centro, inmediatamente después de llegar de México, de la Ciudad Nezahualcoyotl.

Ángel, explicaba que la población vivía en un empobrecimiento terrible. Junto a él llegó hasta la capital nicaragüense, Margarita Navarro, de una Congregación norteamericana progresista. Ella venía llena de entusiasmo para participar de un proceso revolucionario que estaba en ebullición.

En ese barrio carenciado de Managua entregaron sus vidas a este proyecto inclusivo y cultural y lucharon para que todo el barrio viviera esa igualdad que iban construyendo. Comenzaron primero por ayudar en la escolarización del barrio de Batahola Norte y la educación secundaria. Visitaron más de 800 casas de familia del barrio para conocer las necesidades y problemas de la Comunidad.

Margarita y Ángel en los primeros momentos de la construcción del Centro

El nombre del Centro suponía un homenaje a las personas que habían luchado por construir un mundo justo pensando en el pueblo

A la pregunta de cómo se le ocurrió fundar un Centro Cultural respondía: “no se me ocurrió de momento, fue surgiendo a lo largo de nuestra estancia aquí. Cuando llegué a Nicaragua en 1983 junto con Margarita decidimos recorrer las casas con ganas de hacer lo que fuera por ayudar. Asistíamos a las reuniones de los sandinistas, hacíamos la vigilancia nocturna, intentábamos caminar con toda la gente del pueblo”.

 

Por qué el barrio de Batahola Norte

“Aquí la gente estaba muy ocupada. Estaban metidos en todos los proyectos de la revolución. Margarita y yo los seguíamos a todas las asambleas que tenían, por ejemplo, en los repartos de comidas. A veces no venía la cantidad prometida, entonces ellos ahí mismo decidían repartirlo entre todos equitativamente. Ahí descubrí yo que para qué predicar el evangelio a unas gentes que ya estaban poniendo en práctica el cristianismo. A veces teníamos la tentación de hacer las cuentas por ellos, porque recién se estaban alfabetizando, pero luego decidíamos que era mejor que lo hicieran por sí mismos. Lo que sí hacíamos era ayudar a descubrir valores nuevos y una sensibilidad distinta que les había dado la pobreza”.

El Centro era un espacio para relacionarse sin la agresividad del exterior

Cómo contactó con las infancias: “Empecé a pensar en hacer catequesis para la niñez, ya casi muchachos, pero con un sentido nuevo del cristianismo, de compromiso con el pueblo. Fueron surgiendo unos grupos de jóvenes estupendos. Empezamos a buscar unas flautas, unas guitarras que había por allí, hasta que en poco tiempo unos cuantos ya sabían notas, ya tocaban y me dije “pues esto es maravilloso”. Ahora tenemos todos los años dos o tres cursos de flauta, de los cuales termina un grupo grande sabiendo tocar y muchos de ellos ya se integran al grupo que va creciendo más y más.  Pienso que un día todo el barrio va a tocar y a cantar a voces”.
 

Cuando Ángel y Margarita ya no estaban físicamente el coro pasó a llamarse “Coro Ángel Torrellas” y la orquesta “Margarita Navarro

Para Ángel la música era una forma de sanación y superación de la escasez de todo-“me di cuenta que con la música se podían hacer muchas cosas con los niños. Podían acceder a un gusto mayor. Ahora les entusiasma poder oír a Bach o a Beethoven, y se emocionan oyéndolo durante horas. Fíjate que al principio las mujeres decían: “esa música parece de muertos” y después han llegado a grabarlo y llevarlo a sus casas. Es tan bueno que tengan otras diversiones más sanas y no sentarse a tomar guaro, (aguardiente nicaragüense) como hacen la mayoría de las jóvenes”.

El repertorio de canciones de Ángel abarcaban temas populares de Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, de Nicaragua, recuerdo el Cristo de Palacagüina, a Carlos Fonseca Amador, la Misa Campesina que nunca dejó de interpretarla con su coro y orquesta , canciones de Los Guaraguao, como “No basta rezar” o los “Techos de cartón” y canciones protesta de esos tiempos. Contrastaba las canciones del pueblo con las partituras clásicas de los grandes maestros. Carlos Mejía Godoy llegó a ser un gran amigo de Ángel y cuando ya estaba enfermo le compuso una canción que llamó:El Ángel de los Pobres“.

Canción de Carlos Mejía Godoy para Ángel / Foto: Centro Cultural Batahola Norte

En la primera mitad de los años ’80, en el pleno de la brutal guerra de agresión por parte de los Estados Unidos, el Ministro de Cultura sandinista Ernesto Cardenal llamó a todas y todos los artistas, músicxs, poetas, cantantes, bailarines, fotógrafxs, y escritores a que doblaran los esfuerzos y siguieran sus trabajos creativos y didácticos en cualquier condición y situación. De ahí surgió el “Colectivo Boanerges Cerrato” en honor al joven artista nicaragüense recién fallecido.

Ángel: “Un día se presentaron unas artistas con pinceles y pinturas y se pusieron a hacer el mural con nuestra visión de Nicaragua. En seguida pusieron a todos los niños y niñas a pintar. De esa manera sintieron que aquellas imágenes y colores alegres eran parte de ellos. El mural quiere contar que el pueblo campesino y humilde en la milpa cultiva los bienes de la tierra con sus hijos, el niño Jesús nace del maíz, y toda esa vida en igualdad y armonía existe por aquellos que lucharon: Sandino, el Che Guevara, Carlos Fonseca, el padre Arnulfo Romero y el guerrillero anónimo”.

Las mujeres que dan la vida, cuidadoras, trabajadoras del campo son la inspiración de este mundo de colores

El avance de las mujeres con Margarita Navarro

Margarita era de una Congregación norteamericana que optaban por la teología de la liberación. Se puede decir que con Ángel eran mucho más que dos, porque ella se ocupaba de las relaciones entre las personas, de la organización, y muchas cosas más. Recuerdo su alegría constante ante cualquier inconveniente, su dulzura con las infancias. Ayudó a construir espacios de aprendizaje para las mujeres del barrio, con lo que ellas pedían: cocina, costura o belleza. Esas mujeres luego llegaron a ser maestras y profesionales.

Pude asistir en los años 93 y 94 que volví a Nicaragua desde Guatemala, a sus talleres de formación para mujeres. Allí podíamos ver las dificultades para salir adelante con sus criaturas, pues había muchas madres solas. Trabajaba con la autoestima, con la esperanza, con la comunicación entre todas, la sanación compartida, la organización y la convicción de la lucha por un mundo con justicia.

El Centro Cultural Batahola Norte ha cumplido 40 años desde su fundación. Nos han mandado un resumen de sus logros en estos años. Siguen las actividades musicales, el Coro Ángel Torrellas, la orquesta Margarita Navarro. Formación integral a través de la cultura en la Comunidad.

El legado de Ángel y Margarita sigue vivo. Su siembra se multiplicó.

Tomado de Resumen Latinoamericano – Argentina/ Foto de portada: Ángel Torrellas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *