Internacionales

Decadencia en Miami y otras ciudades

Por José Luis Méndez Méndez (*) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

 

La ciudad de Miami es reverenciada por quienes no conocen sus interioridades, lo que de manera real acontece en esa eclipsada “capital del sol”. Simula ser paradigma del desmitificado “sueño americano”, miles desean emigrar hacia ella, alcanzarla, disfrutarla, pero los pocos que lo logran, la decepción se impone y la frustración los obliga a convivir en una urbe que no cree en lágrimas.

Con la llegada de cientos de “paroles” patrocinados, en sus calles pululan emigrados cubanos, que vagan en busca de alternativas que hagan realizables sus sueños. Las redes sociales son escenarios crueles para esa situación, el morbo descarnado muestra más sombras, que luces. Se publican familias enteras sentadas en parques al borde de la indigencia, no conocen que su Alcalde segrega a quienes viven en la calle porque afean la ciudad y dan mala imagen a los turistas, eso lo aprenden cuando se van en busca de cobija a debajo de los puentes y la policía los echa sin piedad.

Poco a poco empollan que el voluntario camino, a veces sin regreso emprendido, les está dando continuas sorpresas. Algunos les aconsejan irse a la superpoblada ciudad Hialeah, donde hay una iglesia que auxilia a los recién llegados, la llamada Iglesia Rescate, pero está saturada de sus propios indigentes y clama por solidaridad ciudadana para mitigar la alta demanda de ayuda.

Inmersa en sus propios problemas la ciudadanía de esa ciudad rebate le decisión oficial de liberar a dos policías locales encarcelados por propinar una golpiza a un indigente, que merodeaba un restaurante en busca de sobras. El pobre, fue secuestrado por los uniformados, llevado a un descampado donde fue golpeado hasta la inconsciencia y abandonado como muerto. Ahora los atacantes fueron liberados. En espera de juicio, por un hecho cometido y los posteriores intentos por encubrirlo. Los policías enviaron a un informante a presionar a la víctima, ofrecerle dinero para que retirara la denuncia, hecha de oficio por otro policía que lo encontró en una zona boscosa, donde fue arrojado.

Cuando se leen noticias de Hialeah, esa ciudad poblada y administrada por emigrantes cubanos,  lo que acontece cada día, dudan en creerlo. Unas madre cubana con sus tres hijos menores merodeó hasta que un gestó samaritano la benefició con una vivienda, en lo adelante su vida será incierta.

O el caso de un cubano residente en la ciudad detenido por utilizar tarjetas de créditos robadas; allí rige la tarifa de agua más cara del Estado;  y también, que un ex presidente de una asociación de condominios en esa ciudad fue detenido por robo de los fondos de la cuenta bancaria de la entidad. Durante quince años, lucró con la fe de los vecinos al presentar recibos falsos que sustentaban supuesto gastos.

A esto se le añade delitos violentos, como asaltos a farmacias como el ocurrido contra las conocidas Farm Stores, con el empleo de armas de fuego, que son adquiridas con facilidad en decenas de armerías citadinas.

La presencia en Miami de numerosas personas de avanzada edad, es un segmento atacado con frecuencia por la delincuencia local, llamó la atención del desfalco a una anciana de noventa años por dos enfermeros que la asistían, le timaron 225,000 dólares. Ella padecía de demencia senil y la pareja de estafadores la cuidaban. Desde el 2017, le fueron sustrayendo parte de sus ingresos, que fueron colocados en una cuenta bancaria de los maleantes.

Esta ciudad de Hialeah, es la segunda del condado Miami-Dade, el 75.13 % de sus residentes nacieron fuera del país, tiene un 95,82 de origen hispano y solo el 2.80 % de anglosajones.

Es tal la zozobra e incertidumbre que se vive en esas ciudades, que hasta ser asistido por abogados, práctica frecuente en las mismas, es peligroso. Un abogado de Miami que representaba a víctimas de acosos sexuales y violación es acusado del mismo delito, es una noticia de la tantas de las pagínas rojas de los diarios condales.

El abogado de Miami, que representaba a víctimas de agresiones sexuales fue encarcelado por acusaciones de que encerró y violó a una mujer en su apartamento. El letrado Adam Bair, de 39 años, invitó a la mujer a su casa para ver un “video judicial”. Pero cuando empezó a acariciarla y a besarla, según el reporte del arresto, ella lo apartó y fue al baño. Cuando salió, Bair estaba desnudo y estimulándose mientras gritaba: “Ahora soy yo el dominante”. Y a continuación: “Me lo agradecerás después”.

A continuación, Bair la violó con el empleo de la fuerza física y se negó a dejarla marchar “varias veces”, finalmente la víctima pudo salir y denunció la agresión.

El violador Bair, es un ex defensor público asistente de Miami-Dade que ahora dirige su propio despacho de abogados de lesiones personales. En su portal digital también dice que representa a víctimas de violaciones.

 

Evidentemente desajustado se promocionaba en su sitio digital: “Como sobreviviente de una agresión sexual en la infancia, estos casos son profundamente personales para mí”, dice su portal digital. “Conozco de primera mano lo que supone el proceso de sanar y por eso lucho ferozmente en nombre de mis clientes por la justicia que merecen. Mi objetivo es ayudar a otros sobrevivientes a volver más fuertes que antes”.

Persiste la presencia frecuente de roedores, cucarachas, moscas y otros insectos en restaurantes y supermercados de esas ciudades, pero ahora uno de ellos acapara noticias porque su dueño fue apresado después de años de estar en fuga, por haber planeado la muerte violenta del amante de su ex esposa, a quien le había ofrecido múltiples ofertas para que cesara la infidelidad, que ya era de público conocimiento y mofa de propios y extraños.

El corneado y despechado Manuel Marín, ex dueño de la cadena Presidente Supermarket, uno de los suspendidos por malas prácticas de higiene, será juzgado por el asesinato de Camilo Salazar, amante de su ex esposa.

Dos días después de que el cadáver del corneador apareciera degollado y con los genitales quemados, el complotado abandonó a su esposa, sus cuatro hijos, su lujosa mansión de Lighthouse Point y su yate multimillonario, y desapareció.

Siete años después, el FBI detuvo en Madrid, al presunto ejecutor de la trama que hasta ahora había dejado a tres de sus socios con largas penas de prisión. El presunto conjurado enfrenta cargos de homicidio en segundo grado, conspiración para cometerlo y secuestro, que pudieran llevarle a prisión el resto de su vida. Durante el juicio, se explicó que el asesinado se acostaba con la esposa de Marín, Jenny Marín, en una relación pública y notoria y que por eso su marido creía era merecedor de un castigo “definitivo”.

“Degollado, con las muñecas y manos atadas con un cinturón. Cara y manos muy golpeadas, fracturadas. Quemado sus genitales como muestra de crimen pasional, la víctima no solo fue asesinada, fue además torturado”.

El abogado del acusado justificó que la aventura desgarró a la pareja, pero también argumentó que ese hecho distaba mucho de ser una prueba de que su cliente hubiera cometido un crimen. “Ni una sola prueba apunta al señor Marín”, dijo “Y nadie vendrá a este tribunal a testificar que el señor Marín lo mató”.

La inspiradora del castigo narró su historia sentimental en el juicio. Ella vivía en Newark, Nueva Jersey, cuando conoció a su futuro esposo en 1999. Salieron juntos durante un año. Luego Manuel Marín volvió con su esposa a Miami. Jenny empezó a salir con otro hombre y se mudó a la misma ciudad. Cuando esa relación fracasó, se involucró íntimamente con el asesinado. Pero también rompieron y ella regresó a Newark.

En 2004, Manuel Marín se presentó en casa de Jenny con los papeles del divorcio y se arrodilló. Ella aceptó su propuesta de inmediato y, con ella, un gran cambio se produjo en su estilo de vida. La pareja se mudó a un penthouse frente al mar en Sunny Isles Beach.

Pero la vida no era todo lo que parecía, ella se sentía “sola” viviendo con Manuel Marín y de nuevo floreció el romance con el ahora occiso. Su marido se dio cuenta, la siguió y presenció un encuentro, exigiéndole conocer lo evidente. Meses después, cuando los amantes estaban en una habitación de un hotel de Fort Lauderdale, el esposo lo comprobó. Le pidió que dejara la aventura. La relación siguió tolerada hasta que el cadáver apareció en un campo de West Miami-Dade a orillas de los pantanos de los Everglades. La evidencia hallada en la escena del crimen mostró la ropa quemada, con la mitad inferior de su cuerpo gravemente quemada y profundos cortes en la garganta. El juicio no ha llegado al final.

Estos casos, dan fe de cuanta degradación y decadencia hay en esas aparentes lumbreras del sistema, que atrae a cautos inmigrantes, guiados por trovas encantadas que auguran prosperidad eterna.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: Calle 8 / Little Havana/ Shutterstock.

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