Culturales

Abel Padrón: Lo que más disfruto es la luz

Por Roberto Chile*

«Estoy siempre persiguiendo la luz. La luz convierte en mágico lo ordinario» – Trent Parke

La fotografía de prensa se encarga de documentar objetivamente, sucesos, eventos y acontecimientos con inmediatez y veracidad, en lo que el factor tiempo y el apego a la verdad se hacen esenciales en su ejecución.

Cuando no ocurren hechos relevantes, los fotoperiodistas más apasionados enfocan la mirada en su entorno. Así vemos a Abel Padrón, fotorreportero de Cubadebate desde 2019, apretar el obturador de su cámara en disímiles coberturas o en eventualidades de las cuáles es testigo. En sus fotografías Abel nos transmite un mensaje visual claro, armonioso y convincente, y sin rebuscamientos ni artilugios, nos pone de cara a la verdad.

—Una cámara fotográfica es un arma poderosa, con ella se puede reflejar lo mejor y lo peor de una sociedad.

Porque Abel asume la fotografía con pasión y compromiso. Amor y esperanza, ternura y compasión, infinita fe, eso y más, traen las imágenes de este creador que se pone a prueba día a día, en su afán de ser cada vez más útil a su colectivo de trabajo y a su pueblo.

—¿Cómo llegaste a la fotografía? ¿Qué hacías antes de dedicarte al fotorreporterismo?

—La fotografía siempre estuvo revoloteando en mi casa. Mi padre era fotógrafo y camarógrafo de Tele Pinar en mi querido Pinar del Río, y por más que él se empeñó en mostrarme el oficio, nunca le presté atención. Hasta un día que un cielo gris oscuro me motivó a tomar mi primera fotografía y después de entrar al cuarto de revelado, todo cambió: fue amor a primera vista. Por aquellos tiempos yo trabajaba en el Ministerio del Interior, pero aquel olor a química y arte, no me dio otra opción que dejarlo todo y dedicarme a la fotografía.

—¿Cuánto exige de ti esta profesión?

—Soy empírico, y eso te exige el doble, y aunque lleve casi dos décadas en este oficio, el problema radica en que siempre tengo que demostrármelo. Soy muy exigente e inconforme conmigo y es que el fotoperiodismo -más que todo- es un compromiso que solo puede ser saldado con profesionalidad.

“De manera voluntaria o no, voy haciendo ejercicios de vista, como les llamo yo. Paso en una guagua y voy fijándome en cada escena, da igual si llevo conmigo la cámara o no, y cuando veo la fotografía, esa, cotidiana y a la vez distinta, donde converge composición, encuadre y luz o donde me las invento, me da una satisfacción inmensa, como el primer día. Lo que más disfruto de todo es la luz ¿Has visto algo más misterioso, fascinante y místico que la luz? Para mí es lo que más se parece a la magia, porque lleva un mensaje distinto en cada tonalidad. Es increíble. Lo cierto es que al final te das cuenta de que ves la vida en fotogramas y quizás eso sea una parte del precio que se paga.

La Habana, aniversario 500.

—Entre tus más recientes fotografías hay algunas que conmueven por la emoción y el dolor que transmiten, me refiero a las de la vigilia por las víctimas de la explosión del Hotel Saratoga. ¿Qué sentiste a la hora de perpetuar esos instantes tan tristes para el pueblo cubano?

—Como muchos colegas, he cubierto durante algunos años  desastres naturales, incendios forestales, derrumbes y accidentes entre otros sucesos, y uno va creando una coraza para no dejar entrar tanto dolor, y que solo sea una guerra entre la desesperanza y el obturador, y así poder captar y transmitir lo que va sucediendo.  Pero la explosión del hotel Saratoga fue un antes y un después. Allí todo se derrumbó, y ya no hablo solo del hotel y los daños en las zonas aledañas, se derrumbó también esa coraza. Ese incidente me hizo ver lo vulnerable que somos, lo efímera que es la vida, y la vigilia a sus víctimas fue el detonador. No olvido una muchacha que besaba el retrato de su padre, una muchacha de la edad de mi hija. Era tanto su dolor, que sin que ella lo supiera, yo también lloré.

El dolor del adiós.

—En su artículo “La prensa y el reto de calcar la vida”, la periodista Dayamis Sotolongo, del periódico Escambray, afirma que “la creciente conectividad de los móviles y el advenimiento de las redes sociales hacen que los sucesos se publiquen y se compartan, muchas veces, antes que las versiones oficiales”. ¿Cuáles son los principales retos de nuestros fotoperiodistas en tales circunstancias? ¿Cómo enfrenta esta realidad Cubadebate?

—Ahí tenemos una deuda pendiente, dejamos -una y otra vez- en muchas ocasiones, que nos roben la iniciativa, que cuenten su versión de los acontecimientos, antes que nosotros la nuestra, y es una ley de la comunicación, que lo dicho primero, se parece más a la verdad.

“En el caso de los fotorreporteros, debemos actuar con toda la inmediatez posible. Sabemos de sobra que no tenemos aún los recursos como para tomar una foto con nuestra cámara y que salga en tiempo real, entonces nos queda adaptarnos al medio y hacer uso del teléfono móvil, aprovechando la conectividad y con las herramientas que poseemos como fotógrafos, captar entonces la mejor imagen posible y hacer nuestra versión primera, que siempre tiene que llevar ese ingrediente indispensable, la veracidad. La foto más intencionada y con la debida calidad, podemos tomarla después con nuestro equipo fotográfico, para enriquecer aún más nuestra versión original. Así se hace en Cubadebate, porque no podemos estar de espaldas a las tendencias y los tiempos que corren, debemos contar la historia con nuestras armas. Concientizar eso es parte del reto”.

Hasta siempre, Eusebio

—¿Hasta dónde podemos influir en nuestro entorno empuñando una cámara fotográfica?

—Una cámara fotográfica es un arma poderosa, con ella se puede reflejar lo mejor y lo peor de una sociedad, con manipulación o con veracidad, todo depende de quien la empuñe y el compromiso que tenga con su pueblo. Cada quien lleva un discurso.

“Soy de los que piensa que la denuncia oportuna y la crítica constructiva son revolucionarias. La genialidad de este pueblo para afrontar los problemas, su sentido del humor y el corazón que tenemos, debe ser mucho más divulgado y reconocido en nuestros medios. Creo intensamente que la fotografía es un lenguaje, que bien utilizado, puede llevar tanto amor como cada palabra que el gran Eusebio Leal le dejó, para siempre, a La Habana y a Cuba”.

Galería de imágenes de Abel Padrón

La más bella, la mía. Foto: Abel Padrón/Cubadebate.
100 años de la FEU
Código Sí
Una flor para Camilo
Soberana
Primero de Mayo en La Habana
Rescate en el Saratoga
Obama en La Habana
Entre cruces

Imagen de Portada: Abel Padrón, fotorreportero de Cubadebate. / Foto: Roberto Chile.

Tomado de Cubaperiodistas.

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