Internacionales

Turkiye en el eje geopolítico

Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

A Occidente no le salió bien la jugada pese a las presiones políticas que ejercieron contra el presidente de Turkiye, Recep Tayyip Erdogan, el apoyo que le dieron a la oposición y las numerosas encuestas de los medios de comunicación hegemónicos que daban como ganador en la primera vuelta a Kemal Kilicdaroglu del Partido Republicano del Pueblo.

En las elecciones realizadas el domingo 14 de mayo, Erdogan obtuvo 49,51% de los votos por 44,88% del líder de la oposición, aunque el actual presidente no alcanzó el 50% que le daría la victoria. También se eligieron 600 diputados y los aliados de Erdogan mantuvieron la mayoría en el Parlamento. Ahora habrá un balotaje para las presidenciales entre los dos candidatos el 28 de mayo.

Occidente anhelaba la victoria de Kilicdaroglu, líder del Partido Popular Republicano (CHP), con un historial más cercano a Washington y Bruselas lo que les permitiría incorporar a Turkiye a la Unión Europea y comprometerlo dentro de la OTAN con una posición más fuerte contra Moscú.

Antes de las elecciones el embajador de Estados Unidos en Ankara, Jeff Flake se reunió (y se publicaron varias fotos) con el candidato opositor por lo que el mandatario turco declaró que ya no recibiría más al diplomático norteamericano.

A mediados de abril, el ministro turco del Interior, Suleiman Soylu acusó a los países de Occidente de presionar a su país ante los comicios que se efectuarían el 14 de mayo y declaró que “Washington pierde constantemente su autoridad y todo el mundo lo odia, mientras Europa no existe como tal, es solo una parte del convoy estadounidense sin ninguna característica especial”.

El papel de Turkiye ha sido consecuente durante el conflicto entre Moscú y Kiev después que Rusia lanzó la Operación Militar Especial con el fin de desmilitarizar y desnazificar a Ucrania.

Esto no ha podido ser aceptado por los halcones de la Casa Blanca y de Bruselas que han volcado toda una violenta campaña propagandística para denigrar a Erdogan y tratar de que no continuara como presidente.

Por su parte, el comercio entre Rusia y Turkiye se duplicó en 2022 para alcanzar lo cifra de 70.000 millones de dólares y se espera que alcance los 100.000 millones de dólares en 2023, y parte importante de ese intercambio ya se realiza en sus monedas nacionales.

Además, Turkiye ha comprado en el último tiempo sistemas antimisiles S-400 de fabricación rusa y una planta nuclear de energía eléctrica que utilizará uranio proporcionado por el gigante euroasiático.

Todos esos datos confirman la enorme conexión económica-financiera existente entre Moscú y Ankara y uno de los principales motivos por los que Washington y Bruselas apoyan sin disimulo al candidato opositor Kilicdaroglu, a quien Erdogán ha catalogado como demasiado pro-occidental.

Los analistas indican que una parte de los ciudadanos que votaron por el candidato ultranacionalista del Partido Alianza Ancestral, Sinan Ogan, (obtuvo el 5,17% de los sufragios) lo hagan en esta ocasión por el actual presidente debido a que muchos no aceptan la relación de Kilicdaroglu con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (kurdos).

El próximo 28 de mayo se decidirá si Turkiye se inclinará hacia una línea Occidental o continuará una política más realista en una región sumamente complicada por las tensiones existentes en varias de esas naciones.

(*)  Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.

Foto de portada: EFE.

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