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Del terrorismo de Estado a la ocupación extranjera

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Desde la irrupción el 7 de diciembre de 2022, de la señora Dina Ercilia Boluarte Zegarra, después de derrocar al Presidente Pedro Castillo, tras la tercera votación de la moción de vacancia en su contra, en la Casa de Pizarro, sin avales previos para gobernar un país y con el apoyo de un Congreso parcializado y comprometido con ella, se desató una represión para imponerse por la fuerza, que derivó en un evidente terrorismo de Estado, que aun conmociona a todo el país, empleó a las fuerzas públicas de la policía, apeló a las agencias de seguridad privadas, fuerzas paramilitares y al ejército disfrazado, allanó universidades, solicitó equipamiento para reprimir a países vecinos, utilizó los excedentes que fueron enviados a Bolivia, durante el golpe de estado de noviembre de 2019, para reprimir al pueblo, que se levantó en protestas.

A la impuesta, solo se le ocurrió reprimir, nada de dialogo ni salida política a la crisis, ejerció el terror como forma de dominación, esto provocó más de setenta muertos y miles de heridos, consecuencia del uso de gases lacrimógenos, impacto de proyectiles y armas de fuego de los represores, todo ante la mirada cómplice de la OEA, que pálidamente instó a los protestantes a retirarse a sus casas para evitar la respuesta violenta gubernamental.

Próximo a cumplirse seis meses del desgobierno genocida, la resistencia persiste y la ocupante, incapaz de gobernar con ausencia de autoridad y rechazo popular, ni poder canalizar soluciones pacíficas para la sostenida crisis ha concebido, con el auxilio del Congreso, pasar del terrorismo de Estado a la ocupación extranjera estadounidense solapada con la supuesta solicitud de asesoría para perfeccionar los medios y métodos represivos, allí estarán con plenos derechos e inmunidad de acción más de mil soldados estadounidenses hasta diciembre de 2023, pero con perspectivas de prórroga. Imitando al impresentable dictador ecuatoriano, que se regaló un auto golpe, la peruana ha declarado todo disidente de su señorío, terrorista.

Este método novedoso de ocupación militar a solicitud de un país, es un peligroso antecedente para la región, ni el corrupto par ecuatoriano, acorralado ante tantos delitos y a punto de ser destituido, intuyó esa salida, prefirió el golpe de Estado.

Los más de treinta y tres millones de peruanos, tendrán más de mil asesores extranjeros. El argumento es perfeccionar a la policía y capacitarla para reprimir más y mejor, los más de 132,000 efectivos según datos de 2021, de la policía, en Perú, que resulta tener 240 policías por cada 100,000 habitantes, dispondrán de un asesor estadounidense por cada 132 policías, tendrán una atención personalizada.

Cómo se llegó a esta falta de soberanía, que dejará terribles secuelas, cuando los ocupantes, como han hecho en otros países invadidos, comiencen a violar la cultura, las costumbres y los cuerpos de los peruanos, se cometerán todo tipo de delitos y la inmunidad concedida los hará impunes, dejará una huella indeleble en el tejido social de ese país. Por capricho de una insolvente política incapaz de gobernar, se ha enajenado el derecho internacional y los derechos humanos.

La noticia consternó a los países de América Latina: “Perú autoriza el ingreso de tropas de Estados Unidos para ejercicios militares en esta región del país”, decía el mediatizado anunció, que no explicitaba la ocupación por seis meses.

El personal militar estadounidense contará con la autorización para ingresar al país con armamento militar. También ha autorizado la entrada de medios aéreos y medios náuticos. Estos entrenamientos se llevarán a cabo en diversas regiones del país.

Personal militar de los Estados Unidos podrá ingresar al territorio peruano luego de que el Poder Ejecutivo aprobó su entrada con el propósito de llevar a cabo actividades de cooperación y entrenamiento con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre de este año. Señalaban los medios, casi con alegría.

El amparo legal cocinado y aprobado se basó en la Resolución Legislativa Nº 31758 publicada en el Boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, Las resoluciones fueron firmadas por la presidenta Dina Boluarte, el ministro del Interior Vicente Romero, encargado del despacho de la Presidencia del Consejo de Ministros y el presidente del Congreso, José Williams, se realizarán actividades de operaciones especiales en colaboración con el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjunta (CIOEC), así como con otras unidades militares y policiales como las Fuerzas Especiales Conjuntas (FEC), las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) de la Marina de Guerra, el Grupo de Fuerzas Especiales (GRUFE) de la Fuerza Aérea del Perú, la Dirección Antidrogas (DIRANDRO) y la Dirección de Fuerzas Especiales (DIROES) de la Policía Nacional del Perú.

La primera resolución, que fue aprobada por el Congreso y refrendada por el Ejecutivo, indicó que los militares estadounidenses llegarán al país con armas de guerra para realizar “actividades de cooperación de entrenamiento”. Si no hay conflicto armado en el interior del país, para que se necesita ese armamento, será que está previsto participen en la represión directa, para una práctica de los conocimientos teóricos que impartirán.

Según el anexo adjunto, un primer grupo encargado del entrenamiento estará compuesto por 25 miembros de las Fuerzas Especiales de EE.UU. que contarán con el armamento que determinen.

Estos entrenamientos se llevarán a cabo en diversas regiones como Lima, Callao, Loreto, San Martín, Santa Lucía, Huánuco, Ucayali, Pasco, Junín, Huancavelica, Cusco, Ayacucho, Iquitos, Pucusana y Apurímac.

El ingreso del personal militar extranjero se llevará a cabo en diferentes fechas, pero no se extenderá más allá del 29 de agosto de 2023, fecha límite para su retiro del territorio peruano, ahora se extendió hasta diciembre y más.

Una vez el país ocupado por soldados extranjeros, el país emisor de los ocupantes armados ha dispuesto alertas para viajes al Perú. El Departamento de Estado de los Estados Unidos redujo el nivel de alerta de riesgo para viajar a Perú. La Cancillería resaltó que esta decisión refuerza la imagen de Perú como un destino turístico y de negocios atractivo.

Específicamente, se aconsejaba no viajar a la zona fronteriza entre Colombia y Perú en la región de Loreto debido a la delincuencia. También se desaconseja visitar el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), que incluye áreas de los departamentos de Ayacucho, Cusco, Huancavelica y Junín, debido a la delincuencia y el terrorismo, entiéndase protestas populares y asesinatos de dirigentes sociales. Además, se instaba a no visitar la región de Puno, incluyendo el lado peruano del lago Titicaca, y la región de Apurímac debido a los disturbios civiles.

En otra resolución, el Gobierno autorizó el ingreso de “medios aéreos, medios náuticos y personal militar” de Estados Unidos para que realicen “actividades de cooperación de entrenamiento” con las Fuerzas Armadas, asociadas con el Ejercicio Militar Internacional “Resolute Sentinel 2023”.

De acuerdo con lo informado, el ingreso de estos militares también será en distintas fechas. Un primer grupo de 42 miembros de las Fuerzas Especiales participará en un entrenamiento con el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjunta, la Fuerza Especial Conjunta y el Grupo de Fuerzas Especiales de la FAP.

Otros 160 militares estadounidenses, que contarán con 9 aeronaves, entrenarán con el personal de los grupos aéreos número 3, 8 y 11 de la Fuerza Aérea del Perú, del Grufe, del Centro de Operaciones Espaciales (Copes), y del Centro Nacional de Imágenes de Satélite (Cnois).

Finalmente, en el mencionado ejercicio “Resolute Sentinel 2023” participarán 970 integrantes de la Fuerza Aérea (USAF), Fuerza Espacial (USSF) y las Fuerzas Especiales estadounidenses.

Mientras la ocupación enmascarada se produce las protestas populares se mantienen ya por casi medio año contra el gobierno peruano, manifestantes y policías se enfrentaron en la capital del país sudamericano, Lima. Los manifestantes arrojaron piedras y fuegos artificiales a la policía, que a su vez respondió con bastones y gases lacrimógenos.

Los manifestantes señalan al gobierno de Dina Boluarte como su principal oponente. A gritos pidieron su dimisión. La ocupante del poder, por su parte, se mostró desafiante en su discurso, que no admite ningún arreglo ni reconocimiento de la agenda de los protestantes y ha amenazado con consecuencias para aquellos “que quieren crear caos y desorden”. Ha dado autorización a las fuerzas policiales para aplicar la represión sin límites.

Las protestas, las peores que ha visto el país desde la destitución del hoy preso, Alberto Fujimori en 2000, muestran la profunda división del país entre una élite urbana y económica, concentrada en gran medida en Lima, y las zonas rurales pobres donde el ex presidente Pedro Castillo tenía su base de poder.

Numerosos manifestantes han llegado desde zonas más pobres, desde el Cusco y otras regiones, algunos han declarado: “Nuestro Dios dice que no matarás a tu prójimo. Dina Boluarte está matando, está haciendo pelear a los hermanos”.

En la ciudad de Arequipa, una persona murió y otras 10 resultaron heridas cuando unos 1.000 manifestantes intentaron ocupar el aeropuerto de la ciudad. Pocos esperan que la situación se torne menos tensa en el futuro inmediato. “Esto no se acaba hoy ni mañana, sino cuando logremos nuestros objetivos”, dijo un manifestante al margen de las protestas en Lima.

Otra demanda de los manifestantes es la renuncia de la jefa de Estado, la disolución del Congreso, que se ha expresado de forma cohesionada con la gestora de la represión, quien ha calificado a los protestantes como terroristas internacionales.

La ocupación disimulada, con ejercicios militares y entrenamiento es otro caso de intervencionismo autorizado en la región, que se precia de ser una zona de paz.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: Ejército del Perú. 

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