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Argentina torea al FMI

Aunque hubiera preferido que el pueblo argentino no pagara ni un centavo de la deuda de 44 000 millones de dólares contraída por el anterior gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional -presionado por Donald Trump-, lo cierto es que ha sido una decisión inteligente e histórica del gobierno de Alberto Fernández de realizar un primer pago en yuanes chinos.

Tampoco he podido comprender por qué no se ha averiguado hasta las últimas consecuencias el destino que Macri les dio a esos millones, de los que no se sabe nada, mientras su fortuna personal y la de su familia sigue creciendo, aunque ahora surge como bálsamo el fortalecimiento de los lazos gauchos con China, al realizar este tipo de pago que en nada agrada a Estados Unidos, que siempre ha manejado al Fondo a su albedrío nada libre,

Reitero: es un movimiento sorprendente que marca un hito en la historia económica de Argentina, al completar el pago de una porción significativa de su deuda con el FMI, utilizando la moneda china, el yuan.

Esta acción representa un paso audaz y estratégico en las relaciones económicas entre Argentina y China, generando un impacto global y desafiando el predominio tradicional del dólar estadounidense en el sistema financiero internacional.

La adopción del yuan como moneda de pago no solo diversifica las opciones financieras de Argentina, sino que también fortalece su relación con China, uno de los mayores socios comerciales del país. Esto abre nuevas oportunidades para la cooperación económica y comercial, así como para el impulso de inversiones y proyectos conjuntos en diversas industrias, como energía, infraestructura y tecnología.

DESAFÍO

Además, este movimiento desafía la hegemonía del dólar en las transacciones internacionales y plantea preguntas sobre la estabilidad a largo plazo de la moneda estadounidense como reserva mundial. A medida que más países consideran alternativas al dólar, Argentina se posiciona como un pionero en la búsqueda de una mayor diversificación monetaria.

Sin embargo, esta decisión no está exenta de riesgos y desafíos. La estabilidad del yuan y su evolución futura, así como la respuesta de otros actores financieros internacionales, son factores clave a tener en cuenta.
Argentina deberá mantener un cuidadoso equilibrio en sus relaciones con China y otras naciones para garantizar la sostenibilidad y el beneficio mutuo en esta nueva era de transacciones en yuanes.

En resumen, el pago en yuanes realizado por Argentina al FMI marca un hito en la historia económica del país y desafía el predominio del dólar en el sistema financiero global. Esta audaz medida plantea interrogantes sobre el futuro del orden monetario internacional.

Con anterioridad, Argentina había subrayado al FMI que no renegociaría más su deuda, aunque no la dejaría de pagar.

Por lo pronto, las expectativas son inmejorables para la nación suramericana, al demostrar una confianza digna de admirar hacia la política económica de Beijing.

Y en última instancia, ¿Qué hubiera pasado si Argentina hubiera decidido no pagar la deuda contraída por Mauricio Macri? Ello rememoraría lo que hizo Cristina Fernández, quien no pagó ni un centavo a los llamados Fondos Buitres, creados por testaferros bancarios que compraron la deuda de la nación, con el fin de elevar inescrupulosamente sus intereses.

Tomado de Razones de Cuba /  Imagen ilustrativa de portada:  Maksym Kapliuk

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