Cuba

Los terroristas contra la Nación y la Emigración (II y Final)

José Luis Méndez Méndez (*) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

Procedentes de diversas ciudades de Estados Unidos y Puerto Rico, el 22 de diciembre de 1977 llegaron a Cuba 55 jóvenes emigrados cubanos invitados por el gobierno de la Mayor de las Antillas. De este encuentro se derivó organizar la Brigada Antonio Maceo (BAM), el primer grupo estuvo en la Isla 20 días y realizaron actividades laborales y se entrevistaron con dirigentes cubanos, además realizar emotivos encuentros con familiares, amigos, visitar lugares donde habían vivido, estudiados y frecuentados. La mayoría no habían regresado después de su salida del país.

Regresaron a sus lugares de origen el 13 de enero de 1978 después de tener un encuentro con el líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz, quien terminó con la frase “la Patria ha crecido”. El emigrado Andrés Gómez López, fue uno de sus fundadores.

Después, en el marco de la distensión entre la administración de James E. Carter y Cuba, comenzaron los contactos informales con figuras de la emigración cubana vinculadas al partido demócrata, uno de ellos fue el banquero Bernardo Benes, quien reveló que sus contactos con funcionarios cubanos habían comenzado en agosto de 1977. Los iníciales fueron realizados en Panamá.

El primer encuentro fue el 22 de agosto en el restaurante Club Panamá. En el encuentro inicial conoció la disposición de las autoridades cubanas en conversar con representativos de la emigración. Según escribió después, Benes regresó a Miami y llamó al oficial de la CIA Larry Steinfeld, quien era su amigo y le contó lo sucedido. Dos días después la CIA le dio a Benes luz verde para seguir conversando. Se celebraron decenas de encuentros, incluso en Miami. Los temas fueron diversos, pero giraron en dos direcciones fundamentales: Reunificación familiar y liberación de presos contrarrevolucionarios. Que los emigrados pudieran visitar la Isla y que el gobierno de Estados Unidos, acogiera a los presos que fuesen indultados por el gobierno cubano. Los condenados habían actuado contra la Revolución, la mayoría de manera violenta. El 12 de febrero de 1978, Benes por primera vez viajó a Cuba, repitió los viajes y aseguro en sus memorias, que se había reunido con el líder cubano durante horas.

Como resultado de estos intercambios y las garantías recibidas de la posibilidad de dialogar, las autoridades cubanas tomaron la decisión de convocar a un “diálogo” con figuras representativas de la emigración cubana el 6 septiembre de 1978. La propuesta se dio a conocer durante una conferencia de prensa del líder cubano con periodistas que cubrían las actividades de la emigración. La mayoría de los periodistas eran de origen cubano, quienes trabajaban en los Estados Unidos y en otros países. La intelectual emigrada Lourdes Casal representó a la revista Areito.

La mayor cantidad de periodistas llegaron a Cuba, procedentes de Jamaica el 5 de septiembre. Se convocó al encuentro y el único requisito para asistir era: “no estar vinculados a la dirección de las facciones contrarrevolucionarias”. No debían abogar por la violencia ni promover actos terroristas.

Tras los preparativos, el 20 y 21 de noviembre de 1978 se produjo las primeras sesiones de trabajo, asistieron 75 emigrados, lo que derivó después en el grupo fundador denominado Comité de los 75 con el propósito de darle continuidad a los intercambios iniciados. Una segunda sesión se convocó para el 8 de diciembre del mismo año. La asistencia se amplió a 140 invitados de varios países. Los asistentes representaban a diversas corrientes y tendencias políticas, la mayoría se habían apartado de la contrarrevolución violenta tradicional y abogaban por una salida negociada con la Nación. Una aproximación a las características de su composición indica, que 30 eran de tendencia a la izquierda; 34 intelectuales con un abanico de tendencias ideológicas; 19 de agrupaciones “coexistencialistas” pro diálogo; 5 religiosos; algunos ex personeros de la dictadura de Fulgencio Batista, que no habían participado en la represión; algunos miembros de organizaciones contrarrevolucionarias no terroristas; algunos ex presos contrarrevolucionarios y varios ex mercenarios de Playa Girón. De Puerto Rico asistieron sacerdotes y militantes de izquierda.

Como resultado de los encuentros fueron liberados 3,400 presos contrarrevolucionarios que cumplían sanciones en Cuba, quienes junto a sus familiares, comenzaron a salir del país, El llamado Comité de los 75, comenzó los contactos en los Estados Unidos para que se recibieran a los ex presos y sus familias, para ello se creó la llamada Operación Reunificación Familiar dirigida por el emigrado Albor Ruiz. Por esa vía salieron 12 000 personas.

Otro resultado de las conversaciones, fue los viajes de emigrados a Cuba, que no se realizaban desde hacía dos décadas atrás. El 21 de diciembre un grupo de 80 personas viajaron de Puerto Rico a Cuba, auspiciado por Viajes Varadero. El 4 de enero de 1979 salió el segundo grupo de 80 personas. Ese día una potente bomba estalló en la oficina de esa agencia, fue la reacción de los extremistas ante el acercamiento entre la emigración y su origen. Los terroristas llegaron de Miami y se conectaron con Armando Lastra Faget, presidente de la invasora Brigada 2506 en San Juan, Puerto Rico.

Los terroristas reaccionaron con violencia, se sintieron amenazados, desplazados del imperio del terror, que mantenían en el seno de la emigración cubana y atacaron a todos los acuerdos tomados en las reuniones de representantes de la emigración cubana con las autoridades de su país de origen. Los asistentes, las empresas que comenzaron a promover los autorizados viajes a Cuba de cubanos, también contra la reunificación familiar, rechazaron con bombas el envío de paquetes con medicinas a la Isla. Los presos contrarrevolucionarios indultados como resultado de los acuerdos, fueron acusados de servir al gobierno cubano e infiltrar a la emigración cubana.

Otros participantes en las conversaciones con las autoridades cubanas fueron asesinados, como el emigrado Rafael Correa y el periodista de origen cubano Manuel de Dios Unanúe, quien ejercía en la ciudad de Nueva York, fue asesinado en un restaurante del barrio de Queens, el 11 de marzo de 1992.

El 6 de octubre de 1978, elementos terroristas en Puerto Rico colocan bombas contra las agencias de viajes Antillas, Girasol y Record Public, que promovían viajes a Cuba, los actos de terror se lo adjudica la organización Omega-7.

El 22 de octubre del propio año, la misma banda terrorista atenta contra el periódico La Prensa de Nueva York, cuyos reporteros habían investigado y denunciado las actividades violentas de los grupos de origen cubano en esa ciudad.

El 18 de noviembre otra vez Omega-7, amenaza con derribar aviones que viajen a Cuba como resultado de los acuerdos entre la Nación y la Emigración. La línea aérea estadounidense TWA, es amenazada.

El 14 de enero de 1979, la agencias de Viajes Varadero en San Juan, Puerto Rico, es dañada por el estallido de una bomba colocada por los terroristas de Omega-7, por promover viajes de emigrados a Cuba.

El 25 de marzo la misma organización extremista, coloca una bomba que detona en las instalaciones del Almacén El Español, dedicado al envío de paquetes a Cuba desde Union City, Nueva Jersey.

Mientras el 26 de julio de ese año, el empresario cubano Orlando Padrón, dueño de una fábrica de tabacos en Miami, resulta ileso de la colocación de una bamba en su empresa en represalia por haber participado en conversaciones con las autoridades cubanas.

El 2 de octubre de 1980, Omega-7, vuelve a atentar contra el empresario Orlando Padrón en Miami y contra dos emigrados cubanos en Nueva Jersey, que estaban a favor de las relaciones con las autoridades cubanas.

El 11 de septiembre de 1981, los terroristas incendian la revista Réplica, propiedad del emigrado cubano Max Lesnick.

El 18 de febrero de 1982 colocan una bomba contra la agencia Transcuba, dedicada al envío de medicamentos a Cuba, desde Miami y vuelven atentar contra la fábrica de tabacos del emigrado cubano Orlando Padrón en esa misma ciudad.

El 29 de abril de 1993, los terroristas una vez más colocan una bomba contra la revista Réplica en Miami y al día siguiente los extremistas amenazan de muerte y colocan una bomba en la oficina de la abogada Magda Montiel Davis en la ciudad de Miami, por haber participado en la conferencia de la Nación y la Emigración en Cuba. Después el 21 de enero de 1997, la misma emigrada y Nilda Serret, por haber participado en Cuba en un evento contra el bloqueo.

El acercamiento continuó, el terrorismo y la intolerancia fueron enfrentados y se efectuó otra conferencia de la Nación y la Emigración, que contó con la participación de emigrados cubanos residentes en 124 países y se dedicó un homenaje a las víctimas de la violencia, cuya sangre no se derramó en vano.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

*Foto de portada: Periodista de origen cubano Manuel de Dios Unanúe, fue asesinado en un restaurante del barrio de Queens, el 11 de marzo de 1992. / Getty  Images

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