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Ministro canadiense: “Canadá tiene una historia realmente oscura con los nazis aquí”

En medio de la revuelta por la ovación a un veterano nazi ucraniano en el seno del Parlamento de Canadá, el ministro de Inmigración, Refugio y Ciudadanía canadiense, Marc Miller, reconoció este miércoles que el país tiene una historia “oscura” al haberse convertido en un refugio para los nazis y sus colaboradores tras la Segunda Guerra Mundial.

“Canadá tiene una historia realmente oscura con los nazis aquí. Hubo un momento en nuestra historia en el que era más fácil entrar [en Canadá] como nazi que como judío. Creo que es una historia que tenemos que reconciliar”, dijo Miller, citado por el canal local CP 24.

La ovación en pie brindada al veterano nazi ucraniano Yaroslav Hunka en presencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, provocó la indignación de muchas organizaciones judías tanto en Canadá como en el mundo, que ahora exigen a Ottawa publicar todos los registros sobre la presencia de criminales de guerra que se refugiaron en el país norteamericano.

Hunka, de 98 años, combatió durante la Segunda Guerra Mundial en las filas de la 14 división de Granaderos Waffen-SS o División Galizien. Integrada en su mayor parte por voluntarios ucranianos de la región occidental de Galitzia, esta unidad militar es conocida por sus crímenes de guerra cometidos junto con la Organización de Nacionalistas Ucranianos* (OUN) contra miles de polacos y judíos.

“Pienso que parte del problema es que los registros están cerrados. No puedes recordar el pasado a menos que sepas el pasado, y no conoces el pasado a menos que recibas los registros”, señaló David Matas, abogado del ente no gubernamental hebreo B’nai B’rith, en comentarios a CP24.

Abordar “la cruda realidad”

Tanto B’nai B’rith como el Centro de Simón Wiesenthal, que documenta a las víctimas del Holocausto, han vuelto a insistir esta semana en la necesidad de que se publiquen los documentos históricos sobre la admisión de nazis y sus colaboradores en suelo canadiense, incluido el documento conocido como Comisión Deschenes.

“Es la hora para Ottawa de no solo revelar los archivos no expurgados relacionados con la Comisión Deschenes, sino también abordar la cruda realidad de que todavía hay antiguos nazis con las manos manchadas de sangre viviendo en Canadá”, instó el presidente de los Amigos del Centro Simón Wiesenthal, Michael Levitt.

Además, el organismo ha reiterado su llamado a demoler un monumento levantado en honor a los combatientes de la División Galizien en la ciudad de Oakville, y otro en Edmonton erigido en memoria de los miembros del Ejército Insurgente Ucraniano (la llamada UPA que fue la rama militar de la Organización de Nacionalistas Ucranianos). En un comunicado, citado por CTV, la organización judía señaló que estos monumentos “distorsionan el Holocausto, al tiempo que glorifican la memoria de individuos que participaron en crímenes de lesa humanidad”.

“Ausencia de pruebas”

La Comisión Deschenes, cuyos archivos demandan ser publicados, reveló, entre otras cosas, que los colaboradores de los nazis escaparon a Canadá y pasaron a través del sistema migratorio con documentos falsos, obtenidos con ayuda de los agentes de inteligencia estadounidenses en Europa.

Por otra parte, la comisión determinó en 1986 que los miembros de la División Galizien fueron absueltos formalmente de todos los crímenes de guerra colectivos. “Las acusaciones de crímenes de guerra contra miembros de la División Galizien nunca se sustanciaron, ni en 1950, cuando se presentaron por primera vez, ni en 1984, cuando fueron renovados. En ausencia de pruebas de participación o conocimiento de crímenes de guerra específicos, la mera pertenencia a la División Galizien es insuficiente para justificar el procesamiento”, reza el texto público del informe.

En la década de 1980, las estimaciones del Centro Simon Wiesenthal cifraban en más de 2.000 nazis y sus colaboradores que habían huido a Canadá en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la Comisión Deschenes concluyó que el número de criminales de guerra que residían en el país norteamericano era “extremadamente exagerado”.

Tomado de RT/ Foto de portada: Chris Wattie/Reuters

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