Culturales

María Zambrano: El exilio y el delirio

Por Ana Hurtado

Del 4 al 12 de octubre tiene lugar la semana cultural de España en Cuba auspiciada por la Embajada de España en la isla.

En el marco de la misma se acontecen diferentes actividades que muestran la cultura de la península ibérica y sus islas, y también su relación con la mayor de las Antillas. Dos pueblos con vínculos centenarios. Unidos por lazos históricos, sanguíneos, culturales, sentimentales e indestructibles.

Fue el jueves 5 de octubre el día elegido para la conferencia impartida por la escritora madrileña Nieves Rodríguez Rodríguez en la Biblioteca Nacional de la Habana sobre la vida de la filósofa andaluza María Zambrano. La moderadora de la misma, Mercedes Melo, introdujo a los participantes esta rememoración de María en pleno 2023 bajo el título de Exilio, delirio y teatro.

Hablar de María Zambrano es hablar del exilio. El que la acompañó toda la vida siendo una testigo privilegiada de los acontecimientos más importantes del pasado siglo XX hasta su muerte en 1991.

María Zambrano en el Aula Magna de la Universidad de La Habana 1943

Fue el escritor cubano José Lezama Lima el encargado de publicar todos sus escritos en las revistas especializadas de la época. Y especialmente significativa fue también su amistad con los intelectuales Cintio Vitier y Fina García Marrús.

Que la entendieron, y fueron parte de su familia lejos de España y de “su Araceli”.

Que vieron como Zambrano – en palabras de Nieves Rodríguez-, que el delirio es una manera de exilio. Es entrar en la realidad cuando se ha sido despojada de ella.

Y a pesar de estar ya residiendo en Roma, en el año 1959 cuando triunfa la Revolución Cubana, Rodríguez comenta a la audiencia un artículo decisivo que María escribió y se tituló “Delirio, esperanza, razón”.

Porque María sabía lo que representaba la tragedia, que la había acompañado durante tantos años. Del mismo modo que supo la esperanza que le llegaba a esta isla que vivió en su piel tanto tiempo.

María Zambrano en Cuba

La filósofa y escritora nació en Málaga en 1904 y no fue reconocida la impronta de su pensamiento y su obra hasta los últimos años de su vida. Tuvo que padecer, sufrir y sobre todo crear. Hacer uso de esa “palabra creadora”, Nieves Rodríguez afirmó: “no es palabra, es otra cosa”.

Ella no hablaba por hablar. Lo hacía sabiendo la repercusión que sus escritos tendrían. No es lo mismo nominar que germinar semillas de pensamiento.

La conferenciante profundizó sobre la materia prima en la obra de María. El exilio: “Ser exiliado es ser devorado por la historia”. Una historia que siempre compartiría aún en la distancia con su hermana Araceli. Que se vio atrapada en el París ocupado por los nazis, como tantos otros españoles. Pero si algo hicieron bien los exiliados republicanos españoles en palabras de Nieves Rodríguez, fue que nunca perdieron la esperanza en la victoria.

María se preguntaba: “¿Quién nos puede asegurar a nosotros que no somos los dormidos de la historia.” Durmiendo es cuando aparece el delirio, aunque también existe con los ojos abiertos. Ella entiende el delirio como una posibilidad. Tener la conciencia más despierta que la conciencia misma.

Repetiría Nieves las palabras de María:

“¿No es necesario crearse un mundo paralelo cuando en verdad el que delira es este?”.

“El exiliado como delirante es alguien que se enferma de historia”.

María Zambrano llega a Cuba por primera vez en el año 1940 y aún yendo y viniendo, fue en el año 53 que abandona la isla para instalarse en Roma con su hermana Araceli y nunca más volvería, llevando a Cuba en el alma. Su primer artículo se publicó en el año 1948 en la revista Orígenes y se llamaba El delirio de Antígonas.

Foto de portada: Ana Hurtado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *