¿Cuánto le costará a Argentina su rechazo a los BRICS?
Por Juan Lehmann.
La negativa del presidente Javier Milei a la invitación formal para integrar el bloque abre interrogantes en torno a los efectos de la decisión, que echa por tierra la gestión del Gobierno anterior. ¿Qué impacto tendrá en la relación de Argentina con China, su segundo socio comercial?
Tal como prometió durante la campaña presidencial, Milei oficializó la decisión de no ingresar a los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), tras la invitación formal que había recibido el país durante el Gobierno de Alberto Fernández (2019-2023). Expertos en geopolítica advirtieron sobre las consecuencias prácticas de la renuncia a integrar el estratégico bloque de países emergentes.
“Es una medida sin perspectiva ni mayores fundamentos. Perdimos una oportunidad muy valiosa que no sabemos si en otro momento se va a dar“, indicó a Sputnik el analista internacional Juan Venturino.
“Lo central es que Argentina no está pensando en un plan alternativo: renuncia a los BRICS sin una alternativa mejor. Es una mala decisión de la cual no se obtiene nada a cambio”, añadió.
Según el especialista, la razón del alejamiento de Buenos Aires de la alianza, dentro de la que se hallan sus dos principales socios comerciales, China y Brasil, reviste un carácter más dogmático que pragmático.
“Los motivos son claramente ideológicos: responden al alineamiento irrestricto con Estados Unidos, y esto va a tener consecuencias”, apuntó el investigador.
“Ante una economía sin dólares, la posibilidad de utilizar monedas alternativas, como proponen las potencias de los BRICS, era una oportunidad muy interesante. Argentina pierde un enorme mercado en términos de ventajas comparativas, desde donde podía tejer dinámicas estratégicas como la desdolarización”, planteó Venturino.
La centralidad del componente ideológico es compartida entre los estudiosos de la geopolítica. Milei “ha considerado un nuevo alineamiento en política exterior —o lo ha reforzado— más occidental, eurocéntrico”, apuntó en diálogo con Sputnik el investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) Sergio Cesarín.
El también docente de la Universidad Tres de Febrero consideró que “la línea de política exterior y la reorientación que ha tenido este Gobierno hacían esperable que esta decisión se tomara”.
“En gran medida, los BRICS giran en torno de la voluntad china o de la orientación china, y eso de alguna manera también había entrado en el cálculo de redefiniciones de política exterior del Gobierno en caso de que Milei ganara la presidencia, y así ocurrió. Todo tiene impacto a nivel diplomático. Esto no lo vamos a ver ahora de manera inmediata, lo veremos en el tiempo”, sentenció Cesarín.
La sensible relación con China
Una de las principales incógnitas a despejar orbita en torno al vínculo bilateral con Pekín, el segundo socio comercial del país sudamericano.
Tras sucesivos exabruptos de Milei contra el Gobierno de China durante la campaña presidencial —el actual mandatario argentino declaró que no haría negocios con “comunistas”, por ejemplo—, el gigante asiático decidió suspender el nuevo tramo del swap —intercambio de monedas—, equivalente a 6.500 millones de dólares.
En este mar de incertidumbre, el futuro del intercambio inquieta más a Buenos Aires. “Milei ha declarado que tiene la intención de seguir comerciando con Pekín sin que esta decisión afecte al vínculo bilateral, pero el costo de oportunidad es altísimo: pretender que la ruptura con los BRICS no va a tener efectos económicos es muy errado”, advirtió ante Sputnik el analista internacional Sebastián Schulz.
“Es un error bastante grave en este contexto internacional. Estamos en medio de una transición hegemónica, donde las potencias nucleadas en los BRICS están tomando más protagonismo. El mundo ahora mira a los países emergentes. Si Milei necesita divisas, las va a encontrar en China o India, pero no en Estados Unidos, que aún arrastra los efectos de la crisis del 2008”, afirmó el investigador.
En este punto, los diagnósticos son disímiles. Cesarín consideró que en términos comerciales “no puede haber grandes saltos ni grandes desviaciones, precisamente porque China es uno de los principales socios e inversores externos. Hay todo un andamiaje contractual importante preexistente que no puede ser violentado, violado, destruido, soslayado por el Gobierno”.
Según el docente, el peso del gigante asiático en la arquitectura económica internacional restringe las posibilidades de un alejamiento como el que —originalmente— profesaba el ahora presidente argentino. “China es una potencia financiera y es una voz muy importante en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos financieros a los que periódicamente podemos recurrir”, aseveró.
“La pendularidad argentina no puede afectar las relaciones con China de manera estructural: podrán ser cuatro años de Gobierno sin grandes avances, pero tal vez aparece un nuevo Gobierno de distinto signo político, otras relaciones con China volverán a ser importantes y la pendularidad en la política exterior volverá a mostrar que es un actor importante”, agregó Cesarín.
Cuestión de tiempos
Uno de los ejes centrales para comprender la discusión pública que despertó el rechazo a la inclusión en el bloque consiste en el timing de la decisión tomada por el ejecutivo actual. Tras años de gestiones, la invitación a incorporarse al BRICS extendida a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos parece haber constituido una ventana de oportunidad ideal para el ingreso de Argentina.
“La oportunidad era ahora, justamente porque varios países estaban por ser admitidos para ingresar. No sabemos en qué momento volverá a abrirse el bloque”, sostuvo Venturino.
Según el especialista, “en esta etapa de ampliación del BRICS, Argentina tiene una posibilidad muy valiosa de comerciar en términos estratégicos con países que tienen un enorme peso, no solo en términos demográficos, sino por lo que representan en el comercio mundial. Esa oportunidad se vio amputada por la decisión del presidente”.
“Dentro de unos años, probablemente el país vuelva a mirar a este bloque. Ahora habrá una lista de 40 aspirantes que demandan entrar, y Argentina quedará bastante desplazada”, concluyó Venturino.
Tomado de Sputnik / Foto de portada: Sputnik.