Internacionales

En busca de culpables (I)

Por José Luis Méndez Méndez * / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

Cada día la masacre continúa, la sed de venganza es insaciable, el poderoso Estado de Israel, contra una formación capaz de inmolarse por sus ideales, pero insuficiente para enfrentar a un enemigo poderoso, respaldado por Estados Unidos y sus aliados. En medio del genocidio, la aniquilación de una población no combatiente, arrinconada, hambrienta, enferma, pero decidida a resistir hasta morir por su tierra, ancestros y legítimo futuro con derecho también a existir y defenderse.

Los tambores genocidas claman e insisten en diezmar hasta el exterminio, empero ha comenzado la búsqueda de responsables, cada parte involucrada se redime de culpas y busca la paja en el ojo ajeno.

El ejército israelí promueve investigaciones que lo mantengan incólume de lo que se avecina, depurar adeudos militares y políticos. Sustentan que en la línea del frente estaban las eficaces tatzpitanit vigilantes, las jóvenes reclutas que su inteligencia militar adiestra para colocarlas como sus ojos, dirigidas por el Mando Sur y su División de Gaza, dedicadas a la observación permanente por medio de monitores conectados a las decenas de cámaras de seguridad en los puestos de vigilancia fronterizos, que husmean, graban y procesan la información obtenida en tiempo real de todo lo que acontece detrás de la frontera de Gaza.

Los preparativos estuvieron a la vista, no fue un problema de retina ni de nervio óptico, no se quiere extraer conclusiones claras y precisas del por qué aconteció, si se pudo prevenir, evitar, disuadir y extirpar la amenaza. Si hubo fallos, el ejército se prepara para negar la paternidad.

Los informes de las observadoras eran objetivos y concluían, sin lugar a dudas que: “Hamás estaba preparando una operación”. Durante días, semanas, meses, emitieron decenas de informes advirtiendo de lo que se gestaba. Ahora, insisten en que se investigue el motivo de las no respuestas a sus alertas ni al menos haber recibido requerimientos para esclarecer cualquier duda de lo observado. Parecía que molestaban y debían mirar para otro lado.

Han denunciado, que no se trataba de “cosas raras”, eran hechos graves y tangibles, como asaltar la valla de seguridad fronteriza; asesinar civiles en los kibutz; asaltar bases del ejército y de las fuerzas de seguridad adelantadas a la frontera; cegar las cámaras de seguridad; inhabilitarlas y capturar rehenes.

Un análisis retrospectivo realizado por observadoras sobrevivientes, incluye el menosprecio por lo informado, fueron tachadas de alarmistas por sus jefes, que las obligaban a corregir sus conclusiones, variar sus análisis, amenazarlas con ser llevadas a cortes marciales por desinformar e incluso establecer términos en sus funciones, limitarlas a solo observar bajo la definición de: “Son los ojos del ejército, pero no su cerebro”. Sus superiores jerárquicos se afanaban por variar las conclusiones, insistían que estaban equivocadas y que las valoraciones eran subjetivas.

El trabajo de observadoras en la línea del frente fronterizo, es reservado a reclutas, es intenso, desgasta física y mentalmente. Los niveles de estrés son elevados, cualquier omisión es castigada con severidad ejemplar, las observadoras tienen turnos de 8 horas seguidas frente a los monitores con la indicación expresa de no desdeñar el menor indicio. La pericia es tal, que pueden detectar el más leve cambio en su área de vigilancia y reportarlo con prolijidad.

En el año 2022, 180 escogidas, después de pasar meses en la misión, se negaron a continuar y fueron detenidas, procesadas y juzgadas por esa indisciplina según la opinión de los mandos castrenses.

Hay casos de suicidio, por las condiciones extremas del servicio, obligadas a trabajar en turnos imposibles, sin relevos, escasa comida, privadas del sueño. De repente todo este esfuerzo y resultados deliberadamente se omiten, ocultan y se trata de manipular.

Predomina también, en el ejército de Israel, una actitud machista que desestima la igualdad de misiones para hombres y mujeres, los primeros son remitidos a unidades de combate y las féminas a la observación en la inteligencia militar, en ocasiones se reciben solicitudes para ocupar puestos de entrenamiento, pero por lo general no se les da respuesta.

Asuntos delicados empolvados han resurgido, como el abuso sexual generalizado hacia las soldados, a quienes por años se les ha privado de su privacidad sexual, han sido víctimas de acoso lascivo sistemático por sus superiores e iguales en el cuerpo. No aceptar las exigencias equivale al recargo del servicio, amonestaciones o designaciones a posiciones peligrosas o la prolongación del alistamiento. Han sido grabadas durante la realización de los actos sexuales en las relaciones no consentidas y subidas a las redes sociales, con el detrimento de su moralidad mancillada, esta realidad ha sido causa de suicidios, mutilaciones, auto agresiones para ser trasladadas.

Ahora, todo esto resulta altamente sospechoso e induce a la teoría de la conspiración que versiona, que el ataque fue conocido y permitido para fines estratégicos, pero con la cuota de sangre de cientos de no combatientes israelíes, que permitió la despiadada respuesta en desarrollo. Se concibe que el premier Benjamin Netanyahu, ordenó no neutralizar el plan agresivo en gestación por Hamás, en realidad le interesaba dejar actuar a esa organización, para provocar una contundente respuesta que restaurara la legitimidad y el desgaste que ha sufrido su coalición política. ¿Cómo explicar, que para recuperar la autoridad lesionada haya sido necesario el martirologio de más de mil ciudadanos israelíes?

Otra variante absurda de esta ideación conspirativa, es que los decisores políticos en Israel, fueron burlados por Hamás, tenían la idea preconcebida de que esa organización había disuadida, infiltrada, comprada y eliminados sus dirigentes belicistas, en resumen que el tiburón se había convertido en vegetariano y estaba más interesado en mejorar la economía de Gaza y no en promover una guerra contra Israel. Ni los escolares israelitas podrán asimilar, como válida, una teoría como esa.

El ejército de Israel favorece comenzar una investigación exhaustiva, integral y abarcadora de lo previamente acontecido, han emergido conflictos entre agencias de reciente data, que se tratan de insertar con el pretexto de que fueron aceleradores y precursores de lo acontecido, algunas figuras “expertas” han sido vetadas para que no vicien con sus conceptos preconcebidos los argumentos que se utilicen y a las conclusiones a las que se lleguen. El proceso apenas comienza, pero se presiona para su inicio antes de concluir la ofensiva genocida, para evitar que los esperados resultados victoriosos acallen las protestas en desarrollo.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: AFP

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