Culturales

Zaida del Río, premio Nacional de Artes Plásticas en Cuba: “mi obra es básicamente de cosas hermosas, siempre he exaltado la mujer”

Por María Torrellas.

Zaida del Río, artista cubana extraordinaria, pintora, dibujante, grabadora, actriz, poeta, cantante, una creadora de muchas artes. Con una larga trayectoria artística y reconocida en el mundo por su originalidad, belleza, espiritualidad, y como ella misma dice, dedicada a enaltecer a las mujeres y a las cosas bellas, y como se puede ver en su obra a los pájaros, las flores , las mariposas y todo lo que sea la vida de la Madre Tierra. Con ella pudimos hablar en el rodaje de la película: Cubanas Mujeres en Revolución donde nos compartió su infancia y el nacimiento de su amor por el arte.

-Quería que nos contaras, por qué decidiste ser artista plástica, cómo te surgió, qué viste, cómo te surgió en tu pequeño pueblo natal el amor a la creatividad cultural

-El espíritu, la voz del espíritu. Porque yo vivía en un lugar cerrado sin información, un campo, en unas montañas, sin luz eléctrica sin  referencia de ningún tipo, sin libros, sin muñequitos ni nada, un bohío, solamente con algunos cuentos que hacían algunas personas. Finca Guadalupe, Zulueta se llama mi lugar, rodeado de unos pequeños pueblos en la parte norte de Villa Clara, que antes era Las Villas. Desde niña escribía poemas, desde niña pintaba, desde niña montaba obras de teatro y recitaba.

Y yo creo que fue como que nací para eso. Yo sí tengo que creer  en que hay un toque del espíritu para tú inclinarte por algo de eso y de todas maneras artista iba a ser si tenía la oportunidad, que la tuve, porque si no hubiera sido por lo que sucedió en el 59, yo no hubiera tenido la menor oportunidad. Porque en medio de un campo, con padres campesinos, yo siendo la mayor que tuve que criar a mi hermano más chiquito y ayudar a mis padres en el campo, y a mi madre a trabajar y todo, no hubiera tenido la menor oportunidad. En mi casa no había dinero para cosas materiales y mucho menos para estudiar arte, que mi madre, que hubiera sido una gran artista se frustró porque era muy pobre y ahí están sus dibujos y sus poemas que hace. Recientemente hace dos o tres años le publiqué un libro que se llama Mi palabra liberada de sus poemas, fabuloso. Y así sucesivamente muchísimas mujeres de mi familia por parte de madre no pudieron estudiar porque no tenían cómo, y si no hubiera sido por la Revolución yo no hubiera podido estudiar. Me hubiera enredado, me hubiera casado a los 14, 15 años, como tantas mujeres me hubiera enamorado de cualquier guajiro, me hubiera llenado de hijos y no hubiera estudiado ni hecho nada y al final hubiera terminado muy mal, como terminaron mis tías, mis abuelas y mis bisabuelas, que eran unas mujeres finísimas y que se la pasaron tejiendo pacientemente, qué iban a hacer, tejiendo y bordando sobrecamas porque algo tenían que hacer con sus manos.

-¿Y dónde fuiste a estudiar, cómo se dio la oportunidad?

– En el año 67 se abrieron las escuelas de arte en las provincias, para becas, porque existían escuelas para los niños y niñas que vivían en las ciudades y como eran becas pues yo pude ir a estudiar a Cienfuegos, que era entonces donde era la escuela de arte para los niños de lo que era Las Villas antes. Que también el cuento es de lo más simpático, porque yo fui a estudiar canto, porque realmente lo que yo hacía era cantar en un conjunto guajiro  y para no perder el viaje hice pruebas de artes plásticas, sin saber qué era artes plásticas, pues estudié plástica, que me gustaba también. Yo realmente lo que quería era ser cantante o bailarina, pero en el paso de los años he cantado, bailado, y  hecho de todo.

-¿Cuáles son los temas que te han inspirado?, desde que empezaste, me hablabas hace un momento que habías hecho toda una serie de mujeres.

-Sí, la mujer, porque siempre dije que mi obra era bastante autobiográfica, no porque me pintara yo como Frida, que se retrataba así misma, sino por mi vida, lo que estaba ocurriendo en ese momento, mis sentimientos, mis cosas, por eso digo que es autobiográfica. A mí no me interesa ni las frustraciones del mundo, ni los temas sociales, si hay una guerra en no sé dónde, a mí no me interesa reflejarla, yo podría ir quizás a combatir y a dar mi grano de arena, pero no pintarlo, porque yo siempre he apostado por la belleza, y mi obra es básicamente de cosas  hermosas, siempre he exaltado la mujer. No me lo propuse salió así, realmente casi nunca me propongo nada mentalmente, porque no soy tan síquica, soy más bien emocional y entonces, sí, pintar mujeres, en muchos casos han sido retratos como la de las campeonas olímpicas que hice el año pasado, como esa obra que está ahí, que son estas mujeres que se llamó Reina de Corazones, mujeres del mundo que yo quise escoger, lo mismo artistas que de vocación social, como le digamos, como Celia Sánchez o Indira Gandhi.

-Celia Sánchez fue una heroina guerrillera, humanista, que se ocupaba de que ninguna infancia huérfana quedara abandonada, muy sencilla y tan importante para guardar la historia de la Revolución, ¿también ella fue tu inspiración?

-Celia era una mujer que todo el mundo quiso mucho en este país y de alguna manera esos seres así siempre quedan vivos. Celia fue esa mujer que en la Revolución, no quiero decir que otras no lo tuvieran, hizo todo esos planes preciosos como el famoso Parque Lenín, Celia le dio un toque, yo no la conocí, yo soy de otra generación, pero Celia tuvo el gran interés de todas estas niñas que estudiaran labores , campesinas, de venir a la capital a formarse. Como sabemos Celia era la Secretaria de Fidel, siempre estaba con él y la obra mía es la foto de ella en la ONU, que está escribiendo concentrada y dice “ella siempre responde”, porque Celia, se sabe que la gente del pueblo le escribía y ella respondía las cartas, es decir, resolviera o no el problema que le estaban pidiendo resolver, ella respondía, te respondía por carta porque eran otros momentos que no era correo electrónico ni nada de eso. Era una mujer bastante sencilla y de pueblo y te puedo decir que en Cuba a Celia la quisieron y la quieren mucho. Siempre estuvo al lado de Fidel, en la sierra en todas partes hasta el final de su vida. También he hecho otras como Rita Montaner, acuérdate que es aquella cantante maravillosa, a Alfonsina Storni, Isadora Duncan, y otras artistas.

– ¿Cómo apoyó la Revolución a la cultura? Fidel se reunía con las y los artistas para hablarles de los valores?

-En los últimos tiempos de Fidel, se reunió mucho con nosotros los artistas, cuando en una etapa la llamada Tribunas Abiertas, y estaba horas conversando, es decir, desde las ocho de la noche hasta las tres, cuatro, cinco de la mañana y eso ocurrió varias veces. Fidel no sé de dónde sacaba la energía para hablar con cada una de las personas y atenderte, porque hay veces que tú estás hablando con una persona y te das cuenta que está dando una respuesta que es pública o que es para dos o tres, él si te preguntaba directamente, tenía una conversación contigo directa, de qué tú hacías, dónde estudiabas, que si esto, que si lo otro.

En el tiempo que se inauguro la Capilla del Hombre en Ecuador, nosotros fuimos también los artistas y con Fidel, estuvimos tres días y él habló con cada uno de nosotros. Yo tuve unas conversaciones con él muy lindas que me gustaría conservarlas para mi, porque no eran conversaciones… era que de dónde yo era, que si yo hacía ejercicio, que si yo sabia que había que  comer vegetales,¿Qué tu pintas? ¿Por qué pintas?, ¿tuviste hijos? o ¿los criaste? cosas así. . Tuvimos unas conversaciones de películas, de cosas muy hermosas, nada que ver con lo que se puede imaginar uno que era una conversación con Fidel, una conversación muy afable, con mucho cariño.

-¿ Crees que hay que dar en estos momentos una batalla cultural, en un mundo, como tú decías bien, que está lleno de guerras, lleno de destrucción, cuando vemos las noticias de pueblos invadidos, tú crees que desde el arte se tiene que dar esta batalla, y en este caso desde Cuba, de otros valores?   

-Yo creo que sí, que nosotros, que todas las personas desde nuestros puntos de vista  debemos hacerlo y más los artistas, porque el arte tiene esa capacidad de trascender y no siempre hay que pintar una guerra, aunque yo respeto al que pinte la guerra exactamente como la pinta, porque cada uno con su herida y su visión del mundo. Yo creo que Cuba sigue siendo un ejemplo, porque nosotros desde tiempos inmemoriales, desde los mambises que estuvieron tantos años sin nada, desnudos , en los montes luchando por la autenticidad de este país y por ser libres, es una herencia que nos toca. Los cubanos saben que nosotros no nos hemos entregado y que saben lo que significa que la arquitectura se mantenga, no destruida pero con los valores que nos hacen ser Cuba, que el Cementerio de Colón sea tan lindo, que no se roben las cosas, por qué no querer tu país.

Hay un desamor que veo muchas veces en la juventud y muchas veces en alguna gente que se fueron y que tiene amargura por dentro, de no amar la tierra, la tierra es toda, yo me siento parte de esto pero me siento parte del mundo, pero de alguna manera el arte y los sentimientos y las personas deberíamos ir en todo momento hacia algo que sea armónico, por lo menos para que las personas puedan vivir en paz y que no se destruyan ni las culturas, ni las tierras ni las personas, ni las muertes físicas de los seres que todos tienen derecho a estar en el mismo plano, con las mejores condiciones.

Pero yo creo que Cuba sigue siendo un ejemplo, yo me considero un ejemplo de lo que ha sucedido aquí, porque también he viajado por el mundo y me gusta el mundo completo, pero siempre quiero regresar aquí. No simplemente por estar aplatanada, ni por guajira, sino porque todavía nosotros no tenemos que pedir audiencia para llegar a casa de nadie a una hora, todavía aquí se vive así, no hay que mandar un mensaje para ver si te responden para recibirte, esa frialdad que existe en otras tierras nosotros no la tenemos. Es una cosa de que de verdad si tú resbalas en la calle viene alguien y te recoge, es decir existe una preocupación por el prójimo al menos humana, porque he visto muchas cosas en el mundo, he estado en España, por ejemplo y he visto una mujer caerse y nadie levantarla, o en Paris. Al principio de haber salido de Cuba me espantaba de ver los niños en México pidiendo, cosas que no podré olvidar porque son rostros que yo veía, desgraciadamente, tristemente veía más de aquel rostro, de lo que estaba sucediendo. Yo vi cosas que me estremecieron en lugares así y eso sigue siendo asi y saber la cantidad de gente que desaparecen todos los días.

La mujer pájaro de Zaida.

-Además de Celia Sánchez, ¿con qué otras heroínas cubanas te identificas, sientes que te inspiran para tu vida y tu arte?

-Yo quizás con Lidia Doce porque yo no tuve edad para luchar en esa época. Cuando triunfó la Revolución yo tenía 5 años pero tú puedes estar segura que si yo hubiera tenido la edad, yo también hubiera luchado contra Batista. Hay muchas historias que han ido apareciendo después que son gente que estaban en la clandestinidad, pero la historia de Lidia Doce y Clodomira fue una historia que se hizo una película y es muy linda, muy fuerte, tú puedes estar segura que yo hubiera luchado igual. Te puedo hablar de Haydee, de tantas , yo me identifico con todas un poco.

Era una niña, tenía 5 años, pero sí observé y te digo, muchas veces, que yo pinto rostros, yo vi los rostros de mis primas, de las mujeres que ya tenían 16; me acuerdo exactamente del ataque a Playa Girón, yo tendría 6, 7 años.  Pero que vino una prima y le dijo a mi papá, Cheo, qué va a pasar, si nosotros los cubanos no tenemos nada; pero era el rostro de aquellas mujeres que no son nada, pero en ese momento quedaron como espíritus, eran para mí como las diosas, porque yo no sabía ni quién era, en aquel campo.

Mis diosas eran ellas, mis tías, mis primas, mujeres que estuvieron a favor de la Revolución, que hicieron lo que había que hacer, que cosieron, que tuvieron la energía para hacer fiesta, para celebrar un 26 de Julio, para poner banderitas, que parece nada, pero sin la alegría en el corazón no pueden hacer nada. Te hablaba de Celia Sánchez, en aquellos tiempos tampoco se hablaba tanto de las grandes mujeres de la Revolución, digo al menos donde vivía yo, pero todas son las heroínas que me han inspirado.

Tomado de Resumen Latinoamericano Argentina / Fotos: María Torrellas.

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