Internacionales

En busca de culpables (II)

Por José Luis Méndez Méndez / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

El genocidio de los bárbaros israelíes en la Franja de Gaza continúa, para mandar un mensaje colateral de terror a los países vecinos, a la comunidad árabe en particular, como muestra de lo que les puede pasar si intentan apenas pensar en cualquier reproche.

Acciones de distracción como violar la soberanía libanesa; incursionar contra quienes los rechazan en el Mar Rojo y agredir a Yemen, país masacrado durante años por alianzas regionales, son expresiones de su capacidad de atacar objetivos simultáneos con el apoyo militar, logístico y político de Estados Unidos, que le protege a Israel su espalda diplomática en la debilitada y sometida ONU.

También la busca de culpables internos no cesa, todos los actores participantes en la conjura, se adelantan a esgrimir sus argumentos defensivos, ninguno quiere sobresalir en el circo depurador.

Ataques directos contra los servicios especializados, de manera histórica eficaces en preservar la defensa del país, están siendo denostados sin pudor. Cuestionadores alegan: “¿Falló la inteligencia israelí en el ataque de Hamás? Desde todas las latitudes llueven los comentarios incrédulos y reticentes como: “Cuesta creer que no hayan podido detectar un ataque tan orquestado”, dice el general de Brigada Sánchez Tapia, mientras Nicolás Marchal, experto en Seguridad y Defensa, no descarta que Israel tuviera conocimiento del ataque.

El aura de infalibilidad, bien ganada, que desde su creación ha rodeado a los servicios de Inteligencia de Israel se intenta derrumbar, tras al aparente ataque sorpresa ha debilitado en apariencias lo establecido, en particular en su secular confrontación con los palestinos. Los más de un millar de cadáveres en suelo israelí, que dejó la incursión de Hamás desde la Franja de Gaza, es una supuesta mancha muy difícil de borrar para la institución que ha sido uno de los pilares del Estado de Israel, lo cual nadie duda.

Algunos, quienes promueven la versión dudosa del “error”, opinan: “Ha sido un golpe muy duro para la Inteligencia israelí. Cuesta creer que no hayan podido detectar un ataque tan orquestado como este. El shock ha sido importante, como ocurrió en la guerra del Yom Kipur, cuando los israelís se vieron sorprendidos por Egipto”, afirma Salvador Sánchez Tapia, general de Brigada, quien ha sido profesor de Estrategia y Seguridad Nacional en el US Army War College de Pensilvania.

Este opinador militar estima que es prematuro aventurarse en analizar qué ha podido fallar, pero apunta a “un fallo de coordinación” entre los diferentes servicios de Inteligencia de Israel, como parece haber ocurrido en Estados Unidos con los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, según el citado general: “Una de las conclusiones a las que llegó la comisión de investigación del 11-S es que hubo un fallo de coordinación entre los servicios de Inteligencia de Estados Unidos y se decidió entonces crear la figura del director de Seguridad Nacional, que no existía, para coordinarlos a todos. En Israel también hay diferentes servicios de Inteligencia, cada una con sus necesidades burocráticas y sus propios objetivos, lo que provoca que veces haya solapes o huecos sin cubrir”. Recordar que funcionarios y trabajadores israelíes establecidos en las derribadas torres, fueron advertidos de no concurrir a trabajar, casualmente ese día y todavía el motivo de la advertencia es un enigma.

El Mosad es, sin duda, la agencia de inteligencia más famosa de Israel, pero su cometido es la seguridad exterior, es decir, lleva a cabo sus operaciones en países extranjeros, mientras que el Shin Bet es la agencia encargada de la seguridad interior y en los territorios palestinos ocupados, incluida Cisjordania y la Franja de Gaza. Además, la inteligencia militar, Aman, opera dentro de Israel y también en los territorios palestinos ocupados. Son estas dos últimas las que están en el punto de mira, aunque Sánchez Tapia también señala al Mosad, como un obligado culpable.

El presentar como respuesta a lo acontecido un fallo de coordinación entre servicios de Israel, está en sintonía con liberar de responsabilidad a Benjamin Netanyahu, quien fue informado por varias fuentes y no pudo o no quiso admitir como probable lo ya casi público, sobre el inminente ataque palestino. El jefe de la inteligencia egipcia alertó al Premier, de manera directa para prevenirlo, no fue un chisme entre agencias especializadas en la seguridad y defensa, que de manera habitual colaboran. Se conoce que el Mosad y el Shin Bet, son controlados por la oficina presidencial, responden a ese nivel.

Es una práctica universal de los servicios de seguridad el proteger al Presidente y por tanto capaces de negar conocimiento de cualquier fiasco por él cometido. Están para asumir la responsabilidad de manera íntegra, aunque sea la más colosal mentira, en pos de exonerar la honradez política del mandatario. “En Israel hay varias agencias de Inteligencia, cada una con unos objetivos, y a veces hay solapes o quedan huecos sin cubrir”, el general opinante olvida de manera deliberada, que el enfrentamiento a Palestina es la prioridad principal de todas las agencias especializadas israelitas. En ese caso, no hay brechas ni espacios que queden en medio de todos, sin resguardar.

En la desenfrenada casería en busca de culpables, el llamado “experto” estadounidense opina: “Habrá que analizar la intervención de los diferentes vectores en el conglomerado de seguridad e inteligencia israelita”. “Primero tiene que disiparse la niebla de la guerra, pero es evidente que ha habido un fallo de inteligencia y habrá una comisión de investigación porque Israel es un país democrático y los poderes públicos deben rendir cuentas”, lapida.

Para colocar el mítico Caballo de Troya dentro del tildado fiasco del 7-O, Sánchez Tapia insiste en que la participación de Irán no es para nada descartable: “Uno puede preguntarse de dónde ha sacado Hamás miles de cohetes y cómo los ha metido en Gaza. Y luego está Hezbolá, la milicia auspiciada por Irán, que ha terciado y ha intentado apoyar las acciones de Hamás desde el sur del Líbano”. Indudablemente este militar dedicado a la ciencia, no medita sobre lo que opina.

En primer lugar oscurece más que aclarar y le añade más lodo al desprestigiado Mosad, ahora no es solo que no hayan anticipado el ataque, ahora se suma, que ese servicio tampoco pude prevenir la introducción de “miles de cohetes” ante los cegados ojos y sordos oídos del Mosad y otras agencias. Introduce además la aparente incapacidad del Mosad de conocer lo que gestiona Hezbola desde sus posiciones en el sur del Libano, en fin añade pareceres que denigran aún más a la hasta ahora joya del espionaje sionista.

En sus devaneos suma: “Uno de los objetivos que puede buscar Irán es hacer descarrilar el acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, que estaba apoyando Estados Unidos, porque es evidente que a Teherán eso no le conviene, como tampoco le conviene a Hamás”. Tal vez por eso es que Israel se ha sumado a la agresión en Yemen, genocidio preservado a los sauditas, para demostrar que no hay antagonismos cuando se trata de alcanzar objetivos comunes.

A la adivinanza de los cuestionados se ha sumado Nicolás Marchal, director del Departamento de Seguridad y Defensa de la Universidad Nebrija, quien ve muy poco creíble que a los omnipresentes y omnipotentes servicios de inteligencia israelís se les pasara por alto un ataque masivo como el orquestado por Hamás, que no se prepara en poco tiempo y que debió dejar trazas por doquier. 

Añade, según su opinión: “Se lanzaron más de 5.000 cohetes desde Gaza que lograron saturar la Cúpula de Hierro que protege a Israel y que esta vez fue incapaz de parar un ataque con tantos activos, lo que provocó que muchos impactaran en localidades israelís. Pero es que Hamás también atacó por 27 puntos diferentes de la frontera con Israel y sus milicianos penetraron por tierra, mar y aire. Es imposible creer que un país con uno de los mejores servicios de inteligencia y con mejor armamento haya podido sufrir un ataque tan coordinado y perfectamente ejecutado”.

No entendió y opinó: “Israel tiene uno de los mejores servicios de inteligencia del mundo, tanto interior como exterior, y está en perfecta coordinación con otras agencias como la CIA. Además, la gran mayoría de herramientas tecnológicas para la obtención de información proceden de Israel, como el famoso software Pegasus. Es extremadamente difícil creer que no tuviera conocimiento de esta amenaza”.

Así está de ardiente el debate en busca de los infractores, que propiciaron el descalabro, la teoría de la conspiración aumenta. Continuará

Foto de portada: Alejandro Ernesto / VOA.

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