Internacionales

Los terroristas de Miami y el golpe fascista en Chile (III Final)

Por José Luis Méndez Méndez */ Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

Los nexos entre los terroristas anticubanos y los golpistas chilenos se inician y desarrollan de inmediato, los contactos se producen entre representantes del mencionado MNC, y Acción Cubana, ocurren desplazamientos de estos hacia Chile y se insertan activamente en la emergente Operación Cóndor. Los criminales ejecutan actos por interés de la DINA y el Servicio de Inteligencia de Estado (SIDE) de Argentina.

Cuando ya la alianza entre los fascistas sudamericanos y los cubanos de Miami había comenzado tener sus propios logros, en Estados Unidos se comenzaron sintieron sus efectos. El 8 de mayo de 1976 sesionó una audiencia ante el Sub-Comité Judicial para investigar el terrorismo en el área de Miami, comparecieron funcionarios. Uno de ellos, el teniente Thomas Lyons, del Departamento de Seguridad Pública del condado Dade, Florida, declaró: “Tengo un informe del 1 de abril de 1974, donde se asegura haber entrevistado a un jefe de Acción Cubana. Este afirmó que esa organización ha atacado propiedades del gobierno cubano en México, Perú y Chile en las últimas semanas”.

Otro de los comparecientes, el detective Raúl J. Díaz, aseguró: “Quisiera referirme primero, a que Acción Cubana, ha sido identificada por fuentes confidenciales como derivada del grupo Poder Cubano de 1968. El jefe de ese Poder Cubano fue identificado entonces como el Dr. Orlando Bosch Ávila, el pediatra exiliado cubano convertido en terrorista anda errante por América Latina, después que sus captores venezolanos lo soltaron y Estados Unidos anuló sus cargos contra él, se refieren a sus actividades en 1968 en el área de Miami, que incluían bombas y extorsión”.

El declarante añadió, que Bosch había sido entrevistado en Curazao, donde declaró que estaba custodiado por un grupo de chilenos, tenía abundante dinero y parecía tener acceso a la influencia política.

Uno de los nexos estadounidenses con los terroristas de Miami, fue el mercenario de ese origen radicado en Chile, antes del golpe, Michael Vernon Townley, sindicado de ser agente de la CIA y de la DINA. Este actuó contra la Unidad Popular desde las filas de la fascista organización Patria y Libertad y después en los grupos punitivos al servicio de los fascistas contra los opositores al golpe. Experto en explosivos y casado con una oficial de la citada agencia de espionaje y subversión chilena Mariana Ines Callejas Honores, ambos junto a terroristas de origen cubano, como Virgilio Paz Romero, ejecutaron operaciones en América Latina, Europa y Estados Unidos.

El terrorista Townley declaró, que él accedió a los terroristas cubanos por medio de Rivero Díaz y a este a través de un extremista croata que lo conocía. Rivero, le reveló que la parte terrorista estaba a cargo Guillermo Novo.

Un hecho que confirma la complicidad entre los terroristas anticubanos y Michael Townley, es el intento reiterado de volar la embajada de Cuba en París, Francia. Se conoce que los autores materiales del plan, Aldo Vera Serafín y Juan Felipe de la Cruz se unieron con el agente chileno, para colocar una bomba contra la sede diplomática en agosto de 1973, un mes antes del golpe castrense. El terrorista Aldo Vera Serafín, se integró a los grupos terroristas de Miami. Organizó el llamado Movimiento Anticomunista Panamericano (MAPA). Mientras, el también criminal Juan Felipe de la Cruz. colocó la bomba preparada con explosivos plásticos en la oficina comercial de Cuba en Montreal, el 4 de abril de 1972, que estalló, asesinó al diplomático cubano Sergio Pérez Castillo e hirió a siete funcionarios de esa sede.

La acción se la acreditó el grupo terrorista Joven Cuba, dirigido por Antonio Calatayud Rivera. Este acto de terror fue uno de los primeros en ser ejecutados en el marco de la llamada ofensiva terrorista “guerra por los caminos del mundo”, que los grupos fascistas anticubanos urdieron para aumentar el terror contra Cuba y sus intereses en el exterior.

El terrorista De la Cruz, cobró notoriedad en el medio terrorista de Miami, era contratado para colocar bombas. A finales de julio de 1973, llegó a España, de donde cruzó la frontera francesa para dirigirse a París.

El 3 de agosto en un cuarto del hotel Avranville estalló, en las manos del terrorista, la bomba que preparaba para ser colocada en la embajada de Cuba. La onda expansiva destruyó la habitación y otras cinco del mismo piso, el asesino murió en el acto.

La unión entre los terroristas anticubanos y otros grupos o elementos fascistas para cometer crímenes por el mundo tiene sus antecedentes mucho antes del derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular, de la creación de la DINA, de la Operación Cóndor y de la alianza de la CORU. Esta conclusión está referida solo a la parte formal de la aparición de estos engendros de forma oficial, ya que en esencia por su contenido funcionaban para los fines de terror.

El seguimiento, ha demostrado que la asociación se remonta mucho antes del golpe fascista en Chile. Según el General, el norteamericano nunca fue un operativo de la agencia chilena. Sirvió, según el jefe castrense, ocasionalmente a la DINA y que siempre trabajó para CIA. Sin embargo, el funcionario de esa agencia Marvin L. Smith, a cargo del grupo de operaciones, y de la dirección de información de personal, declaró bajo juramento, el 9 de noviembre de 1978, que Michael Townley, el 14 de junio de 1973, meses antes del golpe en Chile, llamó a un oficial de caso de la agencia en Miami, Florida, para notificar su presencia en Estados Unidos, en el caso de que desearan interrogarle. Afirmó que mientras estuvo en Chile, trató sin éxito de ponerse en contacto con la CIA. El 18 del mismo mes nuevamente llamó al oficial en Miami, cuando fue informado que no tenía interés en hacerle ninguna pregunta, pero aceptaría complacido cualquier información que deseara compartir. Smith aseguró que el dispuesto norteamericano no proporcionó ninguna información. Sobre Tonwley, se conoce que el 7 de abril de 1957 llegó a Chile en compañía de sus padres. Lo más revelador, es que Smith aseveró en su testimonio, firmado, que no existía en esa fecha de 1978, ningún antecedente posterior de contacto de la CIA con Townley.

Otro testimonio bajo juramento procedente de la CIA, es el de Robert W. Gambino, quien al declarar que era el director de Seguridad de la Agencia Central de Inteligencia, es decir, de la Oficina de Seguridad este juró que investigó el paso por la agencia del norteamericano y encontró que en febrero de 1971, el Directorio de Operaciones solicitó aprobación preliminar de seguridad para usar a Townley en calidad de agente operativo. No se pudo establecer si se utilizaron sus servicios o no, lo cual indica que se aprobó su empleo y lo más importante: “[…] el interés por el señor Townley cesó el 21 de diciembre de 1971. A partir de dicha fecha no existen datos que indiquen ningún interés por parte de la agencia en el señor Townley”. Es lógico, ya su vínculo como agente de esa Agencia, se había materializado y pasado a la clandestinidad, todo lo que hiciera sería negado. Ya Allende estaba en el poder y era asediado para su derrocamiento.

Los juramentos de Smith y Gambino, de ser ciertos, indican que cuando se produce el golpe militar en Chile, el norteamericano no tenía vínculos “públicos” activos con la CIA, ni posteriormente. En estos casos es usual “negar conocimiento”.

De ser así, echaría por tierra las afirmaciones de Contreras. La duda de que el norteamericano haya estado en operaciones tan sensibles por órdenes de la CIA, afloran como resultado de los testimonios. Si Townley no trabajaba para la DINA como afirma el represor chileno, que debió ser su jefe ni para la CIA como aseguran estos funcionarios, entonces a quién respondía. ¿Era un “vigilante” que libró al gobierno chileno de adversarios políticos de forma espontánea y no solicitada? Sus frecuentes viajes y el manejo de incontables recursos y fondos no parecen dar credibilidad a la imagen de agente solitario, un “lobo gris”. El proceder del terrorista Tonwley, confirma su filiación mixta.

Un tercer testimonio de un funcionario de la CIA, F. W.M. Janney, quien desde el 26 de noviembre de 1973, dos meses después del golpe, ocupó el cargo de director de Personal de la Agencia Central de Inteligencia, y como tal, bajo juramento declaró: “Los empleados encargados de realizar la investigación […] me han comunicado el resultado de la misma. El resultado es que los registros de la Oficina de Personal no contienen el nombre de Michael Vernon Townley”. Hasta allí llegó la depuración de su expediente en la Agencia, cuando el extremista figuró como uno de los asesinos del dirigente de la resistencia chilena en Estados Unidos, Orlando Letelier del Solar, el 21 de septiembre de 1976, junto a varios terroristas de origen cubano.

Todas estas declaraciones juradas, dan fe de que por lo menos Townley si no lo era, se hacía pasar por agente de la CIA y por esa vía accedía a los medios que necesitaba para realizar sus actos criminales. Lo cual, es un absurdo, como se evidenció en la solución, que le dio la CIA a Townley, cuando todas las evidencias lo culparon de ser el asesino de Letelier, entonces se le orientó declararse culpable, entrar en negociaciones con la Fiscalía estadounidense después de extraditado, denunciar a los terroristas cubanos participantes en el crimen y acogerse al programa de protección a testigos, donde se encuentra en Estados Unidos.

Los extremistas de Miami, sirvieron a las peores causas junto a los fascistas chilenos, que cruentamente hace cincuenta años usurparon el poder y enlutaron a su país para organizar operaciones que asesinaron a ciudadanos de varios países. Es una fecha de reflexión, para evitar que el fascismo resurja, germine, se haga fértil ni ahora ni nunca.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Los terroristas de Miami y el golpe fascista en Chile (II)

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