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EE.UU: cuando se trata de elegir a un presidente y gana el mejor showman

Por Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

De camino a las próximas elecciones en EE.UU. un candidato marcha a toda vela, parece que en su camino no encontrará muchos obstáculos para llegar a la elección, en este caso a la reelección porque nos referimos a Donald Trump.

El gran showman de la política estadounidense, en el último debate televisivo, utilizó su habitual táctica, interrupciones constantes a su rival, insultos y mentiras. El método es claro, busca abrumar al contrario y confundir a los televidentes con una avalancha de palabras que parecen no tener sentido a la luz de la razón.

Para nada le importa la verdad, miente sin sonrojo, se atribuye éxitos que jamás tuvo en su gestión como presidente del país, hace burlas de todo, sobre actúa, muestra expresiones faciales y gestos mal estudiados, como buen actor de cuarta.

Cantinflea, divaga, cambia de tema sin sentido, sin hacer pausas, arremete contra sus adversarios con una sarta de disparates y falsedades apocalípticas, promete cosas imposibles.

Sin embargo, increíblemente las encuestas le favorecen. Lleva ventaja clara sobre un Joe Biden que se mostró en ocasiones titubeante, todo el tiempo a la defensiva, a la riposta, esquivando golpes e intentando descifrar lo indescifrable.

Trump esconde, tras su caótico discurso, las restricciones al aborto, las exenciones fiscales a los multimillonarios, el apoyo a las grandes petroleras que destruyen el planeta, sus promesas racistas y ultraderechistas, sus amenazas a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Por otro lado, fue condenado por 34 delitos graves y declarado responsable de agresión sexual y fraude financiero, y dice que se va a auto perdonar si llega a la presidencia, no solo a él sino también a sus acólitos del intento de golpe del año 2020.

Mientras, interrumpe y acosa, impide que se vean sus manchas, su esencia fascistoide. Las fanfarronerías del expresidente anaranjado hacen que la gente mire al lugar equivocado.

Resulta imposible de comprender cómo nadie recuerda la responsabilidad de Donald Trump con el mal manejo de la pandemia; sobre la conciencia del expresidente pesa la muerte de más de un millón de estadounidenses.

Las imágenes de las rastras utilizadas como morgues, los entierros masivos, la gente apiñada en los cuerpos de guardia sin atención médica, las enormes facturas giradas a los sobrevivientes, el sacrificio de miles de técnicos, enfermeros y médicos luchando sin recursos en un país que aún es el más rico y poderoso del mundo, parecen haber sido olvidadas.

Joe Biden, esta vez no es el menos malo, representa al partido de la guerra, a los grandes intereses económicos de compañías como BlackRock, un gobierno que apoya a Israel (nada nuevo) y que ha llevado al mundo al borde de un conflicto global, así que el pueblo estadounidense no tendrá mucho para elegir.

Si gana Biden tendremos más escenarios de guerra y un escalamiento del conflicto en Europa, si gana Trump mayor injerencia en América Latina y viceversa. Nadie sabe con certeza, porque al final eso lo decide el verdadero poder.

En noviembre ganará como siempre, el mejor actor, no importa el programa ni el resto del reparto, el que domine el espectáculo y tenga más dinero será el próximo mandatario del Imperio.

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

Foto de portada: Getty Images.

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