Reunión árabe en Doha pide fin de la crisis siria y solución política
Los ministros de Asuntos Exteriores de los tres países garantes del proceso de Astaná (Irán, Rusia y Turquía) y de otros cinco países (Egipto, Jordania, Irak, Arabia Saudí y Qatar), más un representante del Secretario General de la ONU, debatieron en la noche de este sábado en Doha la situación actual en Siria.
Al concluir, Arabia Saudita, Jordania, Egipto, Irak, Qatar, Irán, Turquía y Rusia emitieron una declaración conjunta sobre estos sucesos, en los que calificaron la continuación de la crisis siria de acontecimiento peligroso para el país y la seguridad regional e internacional.
De acuerdo con estos países, la crisis siria requiere la búsqueda de una solución política, que conduzca al cese de las operaciones militares.
Juntos resaltaron el fin de estas acciones bélicas como paso previo para el lanzamiento de un proceso político conjunto que logre preservar la unidad de Siria y su soberanía.
Los cancilleres presentes en Doha recalcaron la necesidad de poner fin a la escalada iniciada por la ofensiva rebelde y proteger al país «del caos y del terrorismo.
También destacaron en su comunicado la necesidad de detener el conflicto armado y el derramamiento de más sangre inocente e indefensa.
La declaración fue publicada después de que los titulares de Exteriores de Qatar, Arabia Saudí, Jordania, Egipto e Irak se reunieran en el hotel Sheraton, de Doha, con sus homólogos del Formato de Astaná (Irán, Turquía y Rusia), un mecanismo creado en 2017 para encontrar una solución negociada a la guerra en Siria.
Como representantes de los países árabes, exigieron el cese de la ofensiva lanzada hace más de una semana por la alianza Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organismo de Liberación del Levante, en árabe) y otras facciones opositoras respaldadas por Turquía, para evitar «la prolongación de la crisis».
Además, pidieron preservar la unidad, la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Siria, y garantizar el retorno voluntario de los refugiados y los desplazados, cuyo número la ONU estima en unos 14 millones tras 13 años de guerra en ese país árabe.
«La continuación de la crisis siria constituye un acontecimiento peligroso para la seguridad del país y la seguridad regional e internacional, y esto exige de todas las partes la búsqueda de una solución política que conduzca al fin de las operaciones militares y a la protección de los civiles», apuntaron en su declaración.
Asimismo, destacaron la importancia de «continuar las consultas y la coordinación estrechas entre países para contribuir eficazmente a encontrar una solución pacífica, en la cual se materialicen las aspiraciones del pueblo sirio a la seguridad, la estabilidad y la justicia.
De igual modo pidieron intensificar los esfuerzos encaminados a consolidar la seguridad de Medio Oriente, mientras que afirmaron su apoyo a los esfuerzos de la ONU para alcanzar una solución política a la crisis siria en base a la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Ese texto, aprobado por unanimidad en 2015, sienta las bases para el logro de un alto el fuego y una solución negociada al conflicto en vigor en Siria desde 2011.
Tomado de Al Mayadeen.