¿Un futuro incierto para Tele y Radio Martí? (II)
Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
El cataclismo, que ha removido los cimientos de varias agencias estadounidenses por la mano ejecutiva del laqueado Donald J. Trump, no es nuevo, aunque si más intenso. En su anterior mandato, en medio de grandes recortes al financiamiento del Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), el presupuesto asignado para el año fiscal 2019 restauró los fondos destinados a subvertir el orden en Cuba y Venezuela. En total 19 millones, $10 millones para programas contra el Gobierno cubano y otros $9 millones para similares objetivos en Venezuela.
Sin ambages ni ocultamientos púdicos, el Departamento de Estado argumentó su propuesta al Congreso: “La asistencia apoyará tanto en Cuba como en Venezuela la promoción de la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales”. La retórica que ahora está de moda, sobre el supuesto actuar independiente y ajeno a su razón social de la USAID y la NED, ha sido política oficial de administraciones empeñadas en intentar desestabilizar gobiernos legítimos en clara injerencia en sus asuntos internos.
De sobra es conocido que los presupuestos presidenciales indican cuales son las prioridades del ejecutivo, pero el Congreso puede hacer cambios o aprobar una versión completamente distinta. Tal es el caso de 2017, cuando el Departamento de Estado presentó al Congreso un presupuesto con cero financiamientos a los programas relacionados con Cuba dentro de la partida para el desarrollo económico en los que habitualmente se han ubicado los fondos para los programas injerencistas, disimulados en la “promoción de la democracia y los derechos humanos” en Cuba. También había eliminado las ayudas a Venezuela.
Si bien la cifra destinada a Cuba para el año fiscal 2019, fue la mitad de lo aprobado por la administración demócrata de Barack Obama en 2016, que igualmente se obcecó en derrocar a la Revolución Cubana, con el ensayo de “nuevos” métodos, ante el fracaso de vías trilladas y vencidas por la resistencia de millones de cubanos.
Parte de los fondos fueron a parar al saco sin fondo de las mal llamadas y oprobiosas Radio y TV Martí que, a pesar de no alcanzar sus objetivos en la Isla, era inminente que también podrían sufrir los mayores recortes. El presupuesto presentado por el Broadcasting Board of Governors (BBG) incluyó un recorte de $10 millones a la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB), que administra a Radio y TV Martí, así como el sitio digital Martínoticias. También previó la reducción del personal contratado como permanente de 113 a 51.
Era evidente que el razonamiento costo-beneficio indicó que esos instrumentos de subversión no estaban dando el resultado esperado, pero no se suspendieron por intereses con la emigración cubana y el impacto que podría tener en la captación de dinero y votos en las elecciones, procedentes de los cubanos de Miami.
Los recortes fueron repartidos en las distintas divisiones de la OCB. Radio y TV Martí recibieron aproximadamente $2.2 millones menos cada una. En total, el presupuesto de la OCB quedó reducido a $13.6 millones, menos de la mitad del recibido en el año fiscal 2017, cuando recibieron $28.9 millones, no obstante, el evidente desperdició de capital, el presupuesto del año fiscal 2018 fue de $23 millones.
Cambios cosméticos tratando de evitar el derrumbe de un proyecto que surgió torcido y durante décadas condenado al fracaso por su esencia, contenido y forma, además de los sucesivos escándalos de corrupción, nepotismo y malos manejos administrativos que desviaron a sitios inciertos y desconocidos a millones de dólares en contratos fantasmas, hasta fisuras de seguridad que permitieron infiltrados de la Isla. Han probado con cambios de directores, desfilaron Wilfredo Cancio Isla, fue nominada Sylvia Rosabal, puertorriqueña de origen cubano, con vasta trayectoria profesional, pero con ideas renovadoras ajenas a los intereses intolerantes de congresistas estadounidenses de Miami y del norteño y corrupto Robert Bob Menéndez, que la impugnaron. La agencia, sin embargo, solicitó $1.2 millones adicionales para expandir la programación de la Voz de América dedicada a Venezuela. Nadie pensó que podrá ser Donald Trump el enterrador de Radio y TV Martí. ¿Lo será? Musk, tiene esa posibilidad.
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
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